La de Egipto ha sido, por cierto, una revolución de sorpresas. Comenzó por la de sus mismos organizadores, los mayormente jóvenes integrantes de un movimiento claramente informal (con excepción del grupo llamado 6 de Abril en Facebook) que desde 2008 agita, desde las clases medias urbanas y afectas a la tecnología de las comunicaciones, por una apertura democrática en Egipto.
