Si por algún milagro las conversaciones de paz de esta semana terminan en una solución con la creación de dos Estados, y los sunnitas y los chiitas iraquíes logran redactar su propio contrato social para vivir juntos, podríamos imaginar un Medio Oriente liberado de la extenuante presión de las interminables guerras entre árabes e israelíes y de los autocráticos regímenes árabes. (Por Thomas Friedmann, The New York Times)
