El judaísmo creó momentos claves, para que el hombre se detenga, se contemple, se interrogue y se juzgue.
En ese sentido Rosh Hashaná y Iom Kipur constituyen un dique frente al incontrolable devenir temporal.
Los Iamim Noraim nos abren un espacio y un momento para examinarnos y esbozar un plan estratégico espiritual que nos permita actuar y sentirnos más humanos.