La muerte de Osama Bin Laden es un hecho relevante por lo simbólico. No por liderar la red terrorista Al Qaeda, que apenas tiene alrededor de un millar de combatientes activos en sus células. Murió el ideólogo de algunas de las más apocalípticas operaciones de terror, que lo convirtieron en una referencia para ese heterogéneo mundo fundamentalista y radical. Todos los que siguen matando en nombre de Alá, y son muchos, lo reivindican casi mitológicamente.
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Primer ministro británico se comprometió con la seguridad de Israel
El primer ministro británico, David Cameron, se comprometió a hacer lo posible para garantizar la seguridad de Israel aunque desestimó la posibilidad de rechazar un acuerdo de unidad entre los grupos palestinos Fatah y Hamas. Cameron fijó estas posiciones en la reunión que mantuvo hoy miércoles con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
Preocupa al Centro Wiesenthal el aumento del antisemitismo en América Latina
El Centro Simon Wiesenthal expresó su preocupación por el incremento de los casos de antisemitismos en América Latina y alertó que la decisión de reconocer la existencia de un Estado palestino por parte de varios países no hace más que generar “un problema” en el conflicto de Medio Oriente. El cazador de nazis y director general de la institución, Efraim Zuroff, expresó, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias: “Es muy negativo que haya aumentado el antisemitismo en Latinoamérica –según lo reveló un estudio de la Universidad de Tel Aviv- y el hecho de que muchos países hayan reconocido al Estado palestino es un problema”.
Oportunidad histórica
Ni bien se anunció el acuerdo de reconciliación entre las dos facciones palestinas rivales, Fatah y Hamas, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netaniahu, declaró que los palestinos deben elegir entre el acuerdo con Hamas y la paz con Israel. A mi juicio está equivocado: el dilema es diferente. Los palestinos deben elegir entre la insistencia en seguir con los fracasos del pasado y la adopción de una política acorde a un Medio Oriente que desea ingresar plenamente a la democracia y la modernidad; deben elegir entre el pragmatismo responsable y el dogmatismo destructivo que va a frustrar por enésima vez su aspiración de tener un estado; deben elegir entre el triunfalismo vacío y la audacia necesaria para romper con concepciones obsoletas. Ni Hamas ni la Autoridad Palestina pueden darse el lujo de seguir con su política rutinaria.