El líder de la rama norte del Movimiento Islámico, jeque Raed Salah, arribó a Londres y casi pronuncia un discurso en el Parlamento británico; a pesar que tiene prohibido su ingreso al Reino Unido. Saleh fue detenido el martes por la noche. La ministra de Interior británica, Theresa May, lanzó una investigación para establecer cómo ingresó el activista islámico a Londres y agregó que los funcionarios de inmigración expulsarán inmediatamente a Salah.
El Ejército de Defensa de Israel señaló que asegura diariamente el ingreso de 6 mil toneladas de productos a la franja de Gaza, que se traduce aproximadamente en 260 camiones, a través del paso de Kerem Shalom. A pesar de toda la conmoción causada por la provocación de la flotilla en 2010, los barcos transportaban solamente 4 mil toneladas de bienes (en su mayoría equipamiento médico vencido), dos tercios de lo que Israel transfiere diariamente hacia ese enclave costero.
Entre el lunes y hoy, miércoles, 55 legisladores judíos de 22 países se reunieron en Jerusalem para debatir acerca de “los desafíos diplomáticos sin precedentes” que enfrentan el pueblo judío y el Estado de Israel, en el marco del Consejo Internacional de Parlamentarios Judíos organizado por el Congreso Judío Mundial (CJM). En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), el senador argentino Samuel Cabanchik consideró “valioso analizar, informarnos y compartir experiencias sobre la situación de Israel, su conflicto con los palestinos y la situación del judaísmo en el mundo”.
Allí estuvieron guardados durante décadas buena parte de los manuscritos que Franz Kafka le entregó a su amigo y póstumo editor Max Brod. Era la casa de la secretaria de Brod, Esther Hoffe, y allí –en la planta baja del edificio de la calle Spinoza de Tel Aviv– vive su hija Eva, que ya ronda los 80 años. Sólo en la ventana hay 10 gatos y, puertas adentro –dicen los vecinos– hay más de 50. El olor a pis de los animales se siente desde la calle. Eva no contesta los golpes a la puerta de este enviado de Clarín , que –en cambio– escucha el reclamo de una vecina poco amistosa que reclama: “Déjenla en paz”.
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