Dondequiera que la violencia y la agresión estallan alrededor de las fronteras de Israel o Arabia Saudita, se puede encontrar la mano de Irán o alguno de los grupos terroristas que lo representan. La persistente subversión y promoción del terrorismo por parte de Irán no solo es una amenaza para Israel, sino también para sus vecinos árabes sunitas, que se interponen en el camino de los diseños políticos expansionistas y las acciones radicales de Teherán para el Oriente Medio.
El desprecio y el odio, por aparatosos que sean, no tienen un futuro prometedor. La ponzoñosa verborrea de Irán contra Israel no logrará su cometido: convencer al mundo de que el pequeño país de los judíos es un cáncer. ¡Todo lo contrario, Israel cura el cáncer de muchos de sus enemigos! Irán no da a los demás países remedios y medicinas, artilugios para transformar la humedad del aire en agua; ni produce frutas y flores excepcionales; no inventa aparatos ortopédicos, chips electrónicos o semillas resistentes para cultivar los desiertos etc. Por dar, lo único que da es resentimiento y una furia cada día más impotente, a pesar de lo cual aún tiene arrestos para financiar el mal y la mentira aquí y allá, en Yemen y en Siria como antes en Libia y en ciertas zonas de Irak.
Desde su creación en 1979, el régimen de la Revolución Islámica en Irán ha convertido la erradicación de Israel en el centro de su ideología, expresándola y enfatizándola abiertamente en sus declaraciones. Sin embargo, esta aspiración nunca ha sido limitada a declaraciones. El régimen revolucionario islámico ha invertido tremendos esfuerzos militares de años a fin de actualizarlas. Estos esfuerzos han incluido, entre otras cosas, proveer financiamiento y armas permanentes a Hezbolá, entrenarlo y capacitarle como fuerza de combate y equiparlo con más de 120.000 misiles para ser utilizados contra Israel; [1] y ayudar a Hamas y a la organización Yihad Islámica palestina proporcionándole fondos, entrenamiento y armas, incluyendo misiles y en ocasiones hacer que operen de acuerdo a las necesidades de Irán.
En su visita a México para participar en el seminario Acercamiento a la política exterior de Israel, el embajador y portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Emmanuel Nahshon, reconoció que el mayor desafío de Israel es Irán por ser un país que apoya el terrorismo e impulsar un programa nuclear que supone un peligro para el mundo. “Irán es el principal desafío no solamente de Israel sino también de muchos países en el mundo, lo que vemos en Irán es un régimen religioso extremista que apoya al terrorismo en todo Medio Oriente, en Yemen, Siria, Iraq, Líbano y con los palestinos también, apoya al movimiento Hamas y es un país que está dándose los instrumentos para desarrollar un programa nuclear militar para crear bombas atómicas y eso es evidentemente peligroso”, aseguró.
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