Una apología al terror y la muerte

27/Ago/2014

La República, José Luis Martínez

Una apología al terror y la muerte

El terrorismo es por
definición una estrategia de comunicación. El bárbaro video de la decapitación
del periodista estadounidense James Foley a manos de yihadistas del Estado
Islámico (EI) representa el último episodio de la guerra lanzada por estos
extremistas también en las redes sociales para sembrar el terror y reclutar
nuevos combatientes en su Guerra Santa que llevan adelante en Irak y Siria.
Las historias de
decapitaciones, crucifixiones, fusilamientos, venta de cristianas en los
mercados para servir como esclavas sexuales o la mutilación sexual de miles de
mujeres se pueden ver en las páginas web yihadistas o en twitter acompañadas de
fotos y videos que estremecen.
La táctica del terror y
la cultura de la muerte del EI le ha dado resultado hasta ahora en el
territorio iraquí y sirio con miles de muertos, desparecidos y decenas de miles
de personas que huyen de la ofensiva fundamentalista.
La violencia sectaria
entre las milicias chiíes y suníes no es nueva y la cultura de la muerte que
llevan adelante se ha extendido por el Gran Medio Oriente e incluso ha llegado
a Occidente. Esta guerra intestina en el mundo islámico ha dejado a lo largo de
la historia a millones de muertos en varios continentes. Pero también han caído
en esa confrontación cristianos, judíos, yazidíes, kurdos y otras tantas
minorías que simplemente pagan el precio a una política de terror.
Los ejemplos de esta
apología a la muerte son innumerables. El pasado 6 de junio en Alepo tres
hombres -Ahmad Azizi (soldado de la 17ª Brigada del Ejército Sirio), Barakat
Yassin (acusado de ser espía del Ejército Libre Sirio) y Mohammad al-Mahmud,
recibieron una “condena sumaria” y murieron en la cruz, según consignó el
diario El Mundo.
Pero no fueron las
únicas. En otras crucifixiones los muertos – fotografiados para subir las
imágenes a las redes- tenían los ojos vendados y sus brazos extendidos estaban atados
a tablas de madera con una cuerda de color verde, según relató la BBC al hacer
referencia a estas macabras prácticas de los islamistas.
Las fotos muestran a un
puñado de personas -entre ellos menores de edad- viendo de cerca la escena
mientras que otros civiles sencillamente siguen con sus actividades normales en
la norteña ciudad de Raqqa, sin inmutarse por las personas crucificadas a pocos
metros de distancia.
Los cadáveres
permanecieron en exhibición en el centro de una rotonda durante dos días, según
indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Reino Unido.
Expertos creen que los hombres fueron ejecutados primero antes de ser
crucificados y posteriormente mostrados en público.
También en junio, las
fotografías de soldados iraquíes masacrados y apilados como escombros dentro de
camiones o en fosas comunes dieron la vuelta al mundo. El EI asegura haber
asesinado a más de 1.700 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Otro ejemplo de la
barbarie de este movimiento yihadista fue haber ordenado que todas las mujeres
entre el comienzo de la adolescencia y hasta los 49 años sean sometidas a
intervenciones de mutilación genital, en las zonas que controla en Irak y
Siria, donde ha instaurado el califato islámico, según reveló la responsable de
ayuda humanitaria de la ONU en ese país Jacqueline Badcock.
Según un comunicado
publicado en internet, el EI justifica la medida en su empeño en “cuidar” la
sociedad y evitar la “expansión del libertinaje y la inmoralidad” entre las
mujeres. El EI alude a la tradición de la mutilación genital femenina que se
hacía antiguamente en la en la ciudad santa saudí de Medina.
La máxima responsable de
la ONU, consideró que millones de mujeres pueden ser víctimas de tal práctica
“si se tiene en cuentas que solo en la ciudad de Mosul hay unos dos millones de
personas y que al menos la mitad son mujeres y, de hecho, pueden ser más porque
hay muchas mujeres cabeza de familia allí”.
Esta responsable dijo que
su oficina también ha recibido informaciones de que en las zonas de conflicto
en Irak se están registrando abusos sexuales y matrimonios forzados.
Badcock confirmó la
persecución que sufren las familias cristianas en Mosul -la segunda ciudad más
importante de Irak y que el grupo Estado Islámico controla desde el pasado 10
de junio-, de donde están huyendo hacia zonas más al norte o de la región de
Kurdistán, donde son acogidos en comunidades también cristianas. Las casas de
los cristianos son marcadas y deben pagar impuesto de los contrario tienen que
abandonar sus pueblos o son ejecutados por los islamistas.
La ONU estima en cinco
millones el número de personas que están atrapadas en distintas zonas de
conflicto y con presencia del grupo extremista, lo que hace muy difícil el
acceso de los miembros de la organización.
Amnistía Internacional,
que ha estado investigando estos casos, afirma que miles de yazidíes fueron
capturados por los yihadistas del EI desde el inicio de su ofensiva el 3 de
agosto contra las localidades norteñas de esta minoría kurdohablante.
Los secuestros tuvieron
como blanco aquellos que rechazaron irse o simplemente no pudieron huir de sus
pueblos cercanos al Monte Sinjar, tierra ancestral de los yazidíes iraquíes.
Según los refugiados,
mujeres y niños se hallan detenidos en las prisiones de la provincia de Nínive,
donde la fulgurante ofensiva de los combatientes sunitas fue lanzada en junio.
Temen en cambio que los hombres hayan sido ejecutados.
Unas 200.000 personas
lograron ponerse a salvo en el Kurdistán pero otras miles permanecen en la montaña
y según Donatella Rovera, consejera en Respuestas de Crisis de Amnistía
Internacional, la suerte de “miles” de secuestrados es incierta.
“Las víctimas son de
todas las edades, desde niños hasta ancianos”, dice a la AFP.
Los raptos tuvieron lugar
al parecer en pueblos donde los residentes sacaron las armas para defenderse de
los yihadistas, agregó.
Aunque el EI ha llevado a
cabo secuestros en Siria, el grupo hasta ahora no había capturado a mujeres y
niños en masa. “Parece que se llevaron a familias enteras, a todos aquellos que
no lograron escapar”, según Rovera.
Entre los secuestrados,
hay unas 3.000 mujeres y niñas, retenidas separadamente de los hombres en Tal
Afar, al este del Monte Sinjar, agregó. “Tememos que los hombres hayan sido
ejecutados”, dice Rovera, tachando los secuestros de “crimen” bajo el derecho
internacional.
“Estos extremistas no son
simples locos. Tienen sus métodos. Han conseguido mucho dinero en efectivo y
los recursos naturales más importantes: el petróleo y el agua. Sin duda van a
utilizarlos como una forma de continuar creciendo y fortaleciéndose”, explicó
Basam Lahud, analista político de la Universidad Americana.
“En términos de acción
racional –siguiendo la argumentación de Max Weber– este grupo es racional,
incluso en las acciones que uno tiende a calificar de irracionales: el
horroroso video de decapitación, por ejemplo, tuvo el propósito muy racional de
disuasión hacia afuera y consolidación hacia adentro. Detrás de las acciones
del EI hay un pensamiento muy racional y estratégico”, afirmó en la Deutsche
Welle, Christoph Günther, experto en Islam de la Universidad de Leipzig y
especializado en la cultura visual y los movimientos sociales en el área
islámica árabe.