La historia de los judíos en la India

28/Nov/2022

Aurora

Aurora

Los judíos son una minoría religiosa de la India, pero a diferencia de muchas partes del mundo, han vivido históricamente en la India sin ningún caso de antisemitismo por parte de la población local mayoritaria, los hindúes. Se identifican en la India varias comunidades judías, que en 1997 contaban con aproximadamente 6.000 miembros: Los Bene Ephraim: Estos judíos hablan el idioma télugu. Los Bene-Israel: Estos judíos se hacen llamar «Los hijos de Israel». Los Bnei Menashe: Estos judíos se hacen llamar «Los hijos de Manasés». La Comunidad Bagdadí, y la comunidad de Cochin, en Kerala.

Los Bnei Menashe se convirtieron en masa al descubrir su pasado judío. Ellos creen que son miembros de las Diez tribus perdidas de Israel. Muchos eran cristianos y abandonaron el cristianismo. Su líder tuvo un sueño donde D-os le dijo que debían retornar al judaísmo y a la Tierra de Israel, su mayor anhelo es poder regresar a la Tierra Prometida.

Cada una de ellas está ubicada en un área geográfica bien determinada. La particularidad de las religiones de la India, no misioneras y basadas en la realización personal, hizo que estas comunidades no sufrieran persecución alguna, ni manifestaciones de antisemitismo, a excepción del período de la colonización portuguesa, durante el cual la Inquisición fue trasplantada al territorio indio.

La comunidad de Kerala

Antes de su migración a Israel, existían tres comunidades judías residentes en Cochín, en el estado de Kerala, organizadas con un sistema de castas inspirado en el modelo indio.

Las relaciones mercantiles entre el mundo mediterráneo y la India son muy antiguas. Desde la Antigüedad, esta última proporcionaba a los países del Mediterráneo materias primas y productos finos. Algunas de estas materias primas eran virtualmente monopolio indio:

Las especias, entre las cuales la pimienta que solo se producía en la costa de Malabar, en el sur de la India;

La madera de sándalo;

La madera de teca, muy apreciada en la construcción naval;

Los diamantes y otras piedras preciosas.

Entre los productos elaborados apreciados se contaban:

Los tejidos de Guyarat, de los que se ha hallado que fueron utilizados en el Antiguo Egipto;

El acero de Damasco, cuya técnica (wootz) procede de la India.

Este comercio floreciente precisaba una red organizada de mercaderes, y es tal vez esta una de las razones de la presencia de una comunidad judía muy antigua en el sudoeste de la India, en la costa de Malabar.

Según su tradición, los judíos de Cochín estarían presentes en dicha región desde la destrucción del segundo Templo de Jerusalén. Esta destrucción ocurrió en el año 70, cuando la ciudad fue conquistada por las tropas de Vespasiano. Al comienzo, la comunidad se habría concentrado en Cranganore (Kodungallur) donde, al decir de su tradición, habrían tenido un principado independiente.

Además de haber acogido a los primeros judíos, es de notar también que estos son los lugares por los que habría llegado el apóstol Tomás a la India para evangelizarla, aproximándose primero a la comunidad judía que allí vivía. Cranganore es también el lugar tradicional de la que sería la más antigua mezquita construida en la India, realizada según la tradición alrededor de 640 por Malik ibn Dinar.

Ciertas o falsas, estas tradiciones presentan a Kerala como la puerta de entrada a la India de las nuevas religiones judía, cristiana e islámica, e indican mucho acerca de la tolerancia religiosa que ha imperado, y aún impera, en Kerala.

Si la historia antigua de los judíos de Kerala es desconocida, su presencia es atestiguada fehacientemente desde el siglo X, cuando un rajá de la dinastía Chera, que dominaba Malabar (Región histórica y geográfica del suroeste de la India), otorga una carta de reconocimiento a los judíos -como así también a los cristianos nestorianos- residentes en su territorio.

El siglo X marca, pues, la entrada de los judíos de Kerala en la historia escrita. Antes de esta fecha es imposible precisar cuándo se implantaron en la zona, y qué fue de sus vidas. Se piensa que la comunidad judía de Kerala se fundó sobre el comercio, terminó no desempeñando el mismo papel. Será la comunidad musulmana la que ganará importancia en esta actividad por sus habilidades en el comercio marítimo. Los hindúes abandonarán el terreno o no invertirán en él, pues franquear los océanos es considerado por ellos fuente de impureza.

Se puede notar que los malabari, aunque muy aislados de otras comunidades judías, han mantenido contactos con el Yemen, de donde hacían traer sus textos religiosos. Esta es sin duda una de las dos razones por las que un grupo numéricamente débil no fue asimilado. La otra es el sistema indio de casta, que impone una estricta endogamia, lo que se opone fuertemente a la asimilación de una comunidad religiosa o étnica.

La comunidad migra de Cranganore a Cochín después del asalto musulmán de 1524; estos reprochaban a los judíos su intervención en el comercio de la pimienta. Los judíos se instalan entonces cerca de Cochín, en Mattancheri, sobre tierras contiguas al palacio del rajá en las que construyen una sinagoga. Mostrarán al rajá de Cochín la misma lealtad que ya habían probado al de Cranganore, hasta la independencia de la India.

La llegada de los occidentales

Aproximadamente en la misma época de la migración a Cochín, los portugueses se instalaron en la región. Los judíos habían sido expulsados de Portugal en 1493, y en consecuencia la política de los portugueses hacia los judíos estuvo marcada por la hostilidad. El período portugués (1502-1663) no fue afortunado para la comunidad de Cochín. Solo la protección del rajá los libró de no sufrir las desgracias de la Inquisición.

Una averiguación legal relativa al estado de los judíos y de los meshuchrarim negros hecha por David ben Salomón ibn Abi Zimra y por Rabbi Jacob ben Abraham Castro en Alejandría alrededor de 1600 estima en 900 familias el número de judíos de Cochín.

En 1663 los portugueses son sustituidos en la región por los holandeses. Estos, protestantes, fueron muy tolerantes con respecto a los judíos: los Países Bajos habían servido de refugio a muchos judíos expulsados de España y Portugal. Por lo tanto, la situación de la comunidad mejoró.

El período holandés es considerado como una suerte de segunda edad de oro después de aquella, mítica, en la que la comunidad habría poseído un reino en la región de Cranganore. Además, al entrar en contacto con la comunidad judía de Ámsterdam, en gran parte originaria de España y accionista de un 25% de la Compañía holandesa de las Indias Orientales, los judíos de Cochín pudieron establecer importantes contactos comerciales y proveerse más fácilmente de textos religiosos.

Así, en 1686, la comunidad judía de origen portugués de Ámsterdam envía una delegación a Cochín, dirigida por Moses Pereira de Paiva. El objetivo era establecer contacto con la comunidad judía local, y recolectar datos sobre su historia y su modo de vida. Los visitantes tendrían un impacto considerable sobre la comunidad de Cochín, así como la colección de libros en hebreo enviados a la comunidad. El día del aniversario del arribo ha sido durante largo tiempo ocasión de un festival conmemorativo en Cochín. Los contactos entre los judíos de Cochín y los de los Países Bajos continuarán desarrollándose regularmente hasta el período de la dominación británica.

En 1781 el gobernador holandés, A. Moens, menciona que la comunidad estaba compuesta de 422 familias, alrededor de 2000 personas.

En 1795, luego de la conquista francesa de los Países Bajos, la región pasa a estar bajo la influencia británica, situación que subsistirá hasta la independencia de la India en 1947. Las relaciones del poder británico con los judíos locales serán también muy correctas.

La primera organización sionista en Cochín se funda en 1923.

Al declararse Israel se produjo un gran éxodo que dejó en la India una minúscula comunidad judía con menguante población.

Un centro de la comunidad fue uno de los objetivos de los atentados que en 2008 causaron 166 muertos en la ciudad de Bombay, como hoteles de lujo o la principal estación ferroviaria.

Las tres castas

Todas las comunidades judías que viven durante siglos en un país han sido influenciadas por la cultura del mismo. Los judíos de Kerala no son la excepción a esta regla. Sus hábitos de vida conocerán una influencia de las prácticas brahmánicas, como por ejemplo el hecho de descalzarse al entrar a la sinagoga. También se nota una exclusión de las mujeres de la vida social durante sus períodos menstruales, práctica más severa que la recomendada por el judaísmo tradicional. Pero la influencia más significativa es la del sistema de castas.

Las dos castas malabari

Los judíos de Cochin hablan la lengua local, el malayalam, y se visten a la usanza india. Su apariencia física es la de los dravidianos del sur de la India, de piel muy oscura. Las conversiones, tal vez con objetivos de matrimonio, han sido importantes en la formación de la comunidad.

Un hecho muy impactante para los judíos originarios de otros países es que los judíos de Kerala están divididos en castas, al estilo indio. La primera de ellas es llamada actualmente judíos negros, si bien esta denominación no está relacionada con el tipo físico. Esta es la casta dominante.

La segunda casta es la de los meshchrarim, los libertos. Al parecer, se trataría de descendientes de esclavos locales liberados por sus amos judíos. Su estatus social era muy inferior, y hasta 1932 no tenían derecho a sentarse en las sinagogas de sus antiguos amos. Conforme a la práctica india de castas, los matrimonios entre individuos de grupos distintos están prohibidos.

A estos dos grupos como conjunto se los denomina malabari (85% de la población en el siglo XX), por oposición a los «judíos blancos» o paradesi (o pardesi, extranjero), que suman el 15% restante.

Judíos blancos o paradesi

Estos comenzaron a arribar a Cochín durante el siglo XVI, en pequeño número, y fueron reforzados por nuevas llegadas en los siglos XVII y XVIII. Si bien por razones geográficas se los clasifica entre los judíos de Cochín, en realidad constituyen un cuarto grupo tradicional de judíos de la India, junto con los malabari, los Bene Israel y los bagdadi.

Los paradesi son mayormente refugiados sefardíes provenientes de la península ibérica en el siglo XVI. Luego llegaron los judíos de los Países Bajos (también ellos descendientes de refugiados de España y Portugal), a los que más tarde se unieron judíos de Alemania (askenazíes) y del Medio Oriente (también de rito sefardí). A pesar de sus diversos orígenes, han conformado un grupo homogéneo en el que las prácticas religiosas son sefardíes, con algunos componentes askenazí.

La llegada de los neerlandeses en los años 1660 les concedió un marcado ímpetu, reforzando al pequeño grupo. Los paradesi constituyeron rápidamente una nueva casta, superior a la de los “negros”. Su condición superior les venía de una mayor riqueza, ligada a una mejor conexión con el comercio internacional. Su piel mucho más clara, y una cultura occidentalizada, los diferenciaban netamente de sus correligionarios de ascendencia india. Los matrimonios con los malabari estaban prohibidos, y cada grupo practicaba su culto en sinagogas separadas. Esta situación será condenada en numerosas ocasiones por las autoridades religiosas externas a Cochín.

Las comunidades de Cochín no tenían rabinos, a falta de escuelas religiosas para formarlos, y eran gobernadas por los ancianos a imagen de los panchayats (gobierno ejercido por el concejo communal) indios. Un jefe tradicional, el mudaliar, hacía de enlace con el rajá, y luego con los representantes de las potencias coloniales europeas.

Debe notarse que el sistema indio de castas, respetuoso de la libertad de cultos, ha contaminado sin embargo todas las comunidades religiosas instaladas en Kerala desde tiempo antiguo. Los cristianos de Santo Tomás y los musulmanes reprodujeron, como los judíos, el sistema brahmánico, estableciendo la distinción de cristianos «blancos» y «negros» y musulmanes ashraf y ajlaf –los primeros, a su vez, divididos en thangals, árabes y malabari–, grupos no comensales y endógamos. A los ojos de los hindúes, los judíos, cristianos y musulmanes no son más que otras castas (jati).

Con 2.500 miembros en 1945, las comunidades de Cochín emigraron en masa a Israel después de la creación de aquel Estado en 1948, y solo permanecieron en la región personas ancianas que rehusaron cambiar de ambiente y de modo de vida. Para 1951 el 85% de los judíos de Cochín habían emigrado. El número continuará decreciendo, pasando de 370 en 1951 a 112 en 1971, luego a 50 en 1982 y a 20 en 2002.

Los detalles de su historia son difíciles de reconstruir, pues la mayor parte de los documentos fueron destruidos durante incursiones árabes y portuguesas. En Israel habría entre 5.000 y 8.000 en 2005.