Invocando a lo evidente: el terrorismo palestino no nació el sábado 7 de octubre

06/Nov/2023

Radio Jai- Por Luciano Mondino

Radio Jai- Por Luciano Mondino

Muchos dicen que no toda la Franja de Gaza es Hamas y que no todos los civiles son Hamas. Y es verdad. Aunque también es verdad que además de la organización terrorista que el sábado 7 de octubre ha masacrado a más de mil cuatrocientos israelíes, secuestrado a más de 230 y herido a más de tres mil personas, hay otras organizaciones terroristas que son tan peligrosas como Hamas y que en definitiva transmiten el sentimiento que hay en los palestinos desde hace décadas: destruir a Israel.

No importa lo que se diga, dónde, cuándo y cómo. Los distintos líderes palestinos y todo un molesto activismo foráneo, especialmente el que ha mutado en los campus universitarios europeos, hablan de “territorios ocupados” sólo para utilizar un eufemismo al genocidio y la masacre que harían contra la población israelí ni bien puedan. Este sábado lo han demostrado con un sadismo que debe ser respondido de forma implacable. Por eso es por lo que cuando Hamas y el activismo palestino hablan de liberar los territorios ocupados lo que quieren decir en realidad es que hay que borrar a Israel del mapa y liberar a Palestina “desde el río (Jordán) hasta el mar (Mediterráneo)”. Borrar a más de nueve millones de personas cuyo 20% es de origen árabe musulmán.

¿Qué hay de cierto en que no todos los palestinos son Hamas? Esto es una obviedad e Israel conoce la dificultad y el aspecto humanitario que respetará a la hora de atacar sobre Gaza y arrasar contra el terrorismo. Sin embargo, invocando otra vez a lo evidente, Hamas no ha nacido de ningún lado más que en el resentimiento y la incompatibilidad que ven los árabes de tolerar un estado judío en Medio Oriente. Por eso la solución de los dos estados es una opción políticamente correcta sólo impuesta a Israel, pero que los propios palestinos rechazan porque no quieren su propio estado. Tuvieron muchas oportunidades para tenerlo y las han tirado por la borda.

En complicidad con Irán y otros grupos terroristas ligados a Teherán, los palestinos han buscado siempre dinamitar cualquier esfuerzo (porque son verdaderos esfuerzos de todas las partes) de paz entre Israel y estados árabes. Entre 2020 y 2023, gracias a la firma de los Acuerdos de Abraham, el comercio entre Israel y Emiratos Árabes Unidos creció más de un 500% sólo en el primer año, pero los palestinos prefirieron ser Beirut antes que una ciudad del emirato.

¡Pero no todos los palestinos son Hamas! Gritan, desesperados, quienes critican el plazo de 24hs que Israel le ha dado a los gazatíes para abandonar la zona norte, pero no dicen nada sobre los 15 o 30 segundos que los israelíes tienen para escapar a sus refugios en medio de un bombardeo de Hamas, la Yihad Islámica o Hezbollah (sí, Israel está rodeado de enemigos). Esa cuestionable afirmación se ha vuelto el eslogan de las últimas horas. Sin embargo, el terrorismo palestino no ha nacido el sábado 7 de octubre de 2023, sino que tiene un tristísimo historial.

Como si fuera un catálogo de terroristas a disposición de la sádica ideología destructiva, el terrorismo palestino tiene otras alternativas a Hamas que no son recordadas hoy en vistas de la masacre del último sábado. Por ejemplo, los palestinos también tienen al Frente Popular de Liberación Palestina, el FPLP que merodea en zonas de Al-Fatah en Judea y Samaria en aquellos territorios bajo la Autoridad Palestina (AP) liderada por Abu Mazen, un negacionista del holocausto. Sí, la AP serían para muchos la carta moderada de los palestinos. Increíblemente.

La incursión terrorista de FPLP fue casi en simultáneo con los atentados terroristas perpetrados por la Organización para la Liberación Palestina (OLP) de Arafat durante los setenta y también bajo las filtraciones que asesinaban civiles. Leila Khaled, miembro activo de este grupo considerado terrorista por la Unión Europea, se ha paseado por las universidades españolas proclamando su antisemitismo y jactándose de haber secuestrado, torturado y asesinado civiles israelíes en nombre de una resistencia popular.

Sobre la OLP, que se creó en 1965 en Egipto cuando eran los egipcios y jordanos que tenían el control militar de esos territorios que hoy los palestinos exigen, también hay mucho material. En la década de 1970 quisieron montar un estado paralelo en Jordania y en el septiembre negro de ese año el rey hachemita los masacró y expulsó a los restantes al Líbano, país donde se alían con Siria y provocan la guerra civil libanesa que dejó un saldo de muertos mucho mayor a la que tiene todo el conflicto palestino-israelí en casi ocho décadas.

Los palestinos también tienen a la Yihad Islámica Palestina, una organización también contemporánea a Hamas y que tiene unos vínculos muy aceitados con Irán a través del Líbano. Durante mucho tiempo las reuniones entre funcionarios iraníes y del terrorismo palestino tuvieron lugar en Beirut y desde ahí se planificaron muchos de los ataques que Israel ha sufrido. La Yihad también ha participado de los ataques del último sábado y, entre los clanes, disputan territorio con Hamas dentro de la Franja de Gaza.

También tienen a Al-Fatah, el brazo armado de la Autoridad Palestina. En 2007, después de la retirada unilateral israelí (donde salieron las fuerzas militares y la población civil) Hamas expulsó a los primeros y reclamó el control total. Eso ha iniciado una guerra entre los liderazgos palestinos que todavía hoy sigue en pie. Además, hay que sumar a las milicias y brigadas que están funcionando de forma inorgánica dentro de los territorios bajo control palestino en Judea y Samaria (como en el Área A) que son el Batallón de Jenín o Lion’s Den que no mutan en un peligro existencial sólo porque Israel mantiene mayor control en el área.

Queda claro entonces por qué Egipto en las últimas horas ha rechazado que los palestinos crucen al país y el gobierno de Al-Sisi prefiere que esperen su destino en Gaza bajo las órdenes de Hamas a la que prefieren seguir como el burro y la zanahoria. Los daños colaterales contra los civiles se pueden reducir, pero no se podrá hacer nada frente a la voluntad expresa de morir por una causa en la cual los propios palestinos se considerarán mártires.