En estos días muchos gobiernos occidentales, comentaristas y analistas en política exterior se afanan en tender alfombras rojas, y hasta en ocultar el patrimonio artístico que a ojos del régimen de los ayatolás resulta pernicioso, para dar la bienvenida a los jerarcas persas al concierto internacional, acuerdo nuclear mediante. En juego están contratos multimillonarios para sus empresas. Pero de lo que no se habla tanto es de cómo Irán creó Hezbollah, en 1982, para luchar contra Israel. De este modo, parece que se quiere soslayar a la opinión pública el hecho de que Hezbollah, un día sí y al otro también, renueva sus amenazas de atacar a Israel y pone en su punto de mira numerosos intereses occidentales.
