Walid Salem – Una aproximación muy interesante pero incompleta

02/May/2011

CCIU, Marcos Israel

Walid Salem – Una aproximación muy interesante pero incompleta

Marcos Israel
La visita de Walid Salem a Auschwitz y su propuesta de visitas conjuntas de judíos y palestinos como forma de avanzar en un entendimiento y comprensión entre los pueblos, es realmente interesante. Diría que significa un avance en la dirección correcta y, sobre todo, una actitud positiva en el sentido contrario de la incitación al odio que ha sido la característica más saliente de la actitud árabe respecto de los judíos en todos estos años.
Todo el desarrollo de la idea para “humanizar” la relación entre israelíes y palestinos y generar un clima de comprensión mutua es altamente compartible.
Sin embargo, hay una parte de la argumentación de Walid Salem que nos muestra un aspecto que limita el alcance de su propuesta y pone en peligro el resultado final esperado. Lo bueno es que si esa parte de su argumentación se corrigiera –y creo que se puede-, entonces sí, podríamos transitar hacia una paz genuina, real y sólida.
Me refiero a su apelación de que los palestinos serían “las víctimas de las víctimas”. Esto es exactamente lo que los responsables del conflicto actual han querido –y logrado- hacer creer a los palestinos y a buena parte del mundo. Pero no es verdad y solamente sobre la verdad se habrá de poder conseguir una paz genuina, real y sólida.
Si en 1947 los dirigentes políticos árabes –todos ellos provenientes de regímenes despóticos tal como los vemos hoy día-, hubieran aceptado la solución de dos Estados, los árabes habitantes de Tierra Santa no hubieran tenido los padecimientos que han tenido. Me consta que esos dirigentes políticos árabes no consultaron la voluntad de esa población árabe –en su mayoría migrantes recientemente llegados a la zona (basado en los datos de los censos del Imperio Británico de 1922, 1931 y 1945)-.
Si en 1948 esos mismos regímenes despóticos árabes no hubieran lanzado una guerra contra el Estado de Israel –otra vez sin consultar a la población árabe de la zona-, no se hubiera producido el problema de los refugiados.
Teniendo en cuenta que entre 1948 y 1967  los territorios previstos para un Estado palestino estuvieron en manos árabes en forma ininterrumpida, si los dirigentes políticos árabes hubieran querido, o si los habitantes de esos territorios les hubieran exigido a aquellos la creación de tal Estado, hoy no estaríamos hablando de este asunto. Israel no tuvo nada que ver con eso.
Pero incluso si en 1967 los mismos regímenes árabes no hubieran lanzado una nueva guerra contra Israel, nunca hubiera habido ocupación. Aún luego de la ocupación, Israel propuso inmediatamente la idea de devolución de los territorios ocupados a cambio de paz y entonces sobrevino la famosa respuesta de setiembre de 1967 de los tres NO de Jartum –para la cual obviamente los dictadores árabes tampoco consultaron a los habitantes de los territorios-.
En conclusión, los palestinos deben cambiar el imaginario creado e impuesto por los dirigentes políticos árabes, de que son víctimas de las víctimas del Holocausto. Los palestinos deben comprender que han sido víctimas de un proyecto panárabe que no admite un pequeño Estado judío en lo que consideran parte de su imperio.
Hay algo más, no menos importante que lo anterior. Walid Salem habla del miedo de los israelíes producido por la experiencia del Holocausto como otro de los problemas para un entendimiento. Y tiene razón en poner ese tema arriba de la mesa. Pero el miedo israelí –que compartimos los judíos del mundo- no se explica sólo por eso. Los palestinos deben saber que después del genocidio nazi hubo tres intentos de genocidio de parte de los regímenes árabes de que estamos hablando. Anunciados por todo lo alto e intentados en el terreno.
El primero en noviembre de 1947 cuando en la sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas el embajador de Egipto Heykal Pashá dijo, textualmente: “La ONU no debe perder de vista que la solución propuesta puede poner en peligro a un millón de judíos residentes en los países musulmanes. La partición de Palestina puede crear en el seno de dichos países un antisemitismo aún más difícil de curar que aquel que los Aliados intentan curar a Alemania… Si la ONU decide dividir Palestina, podría ser responsable de disturbios muy graves y de la matanza de un gran número de judíos”. Como sabemos, 850.000 judíos de aquel millón se tuvieron que refugiar en Israel.
El segundo en mayo de 1948 cuando el Presidente de la Liga Árabe Azur Pashá predijo públicamente, cito: “una guerra de aniquilamiento, una masacre colosal que será recordada junto con las Cruzadas y las masacres de los mongoles.”
El tercero en mayo de 1967 cuando Nasser expresó: “…la guerra será total y nuestro objetivo básico será destruir Israel. La cuestión…es la agresión de 1948, … la misma existencia de Israel es una agresión… echaremos a los judíos al mar…”.
En esos mismos días, en una entrevista que salió publicada en el Semanario Marcha de Montevideo, Shukeiry, Dirigente del Ejército de Liberación Palestino, ante la pregunta de si los árabes ganaban la guerra que se aproximaba: “¿Qué suerte correrán los sobrevivientes israelíes? “ “No habrá sobrevivientes”. “Si llegan a quedar unos pocos miles (de los dos millones y medio), serán repatriados a sus países de origen”.
¿En cuanto a los trescientos mil árabes que viven en Israel?, “se les cortará la cabeza sin excepción, por ser traidores y colaboradores durante diecinueve años.”
Es pertinente destacar en este punto, que el genocidio de los pueblos originarios del sur de Sudán y de Darfur –producido con la complicidad de los otros 20 países de la Liga Árabe y también de los otros 36 países que integran la Conferencia Islámica-, constituye un recordatorio especialmente siniestro para los judíos de lo que hubiera sucedido a los israelíes si no hubieran ganado todas las guerras que se les impuso.
Podemos agregar en esta lista al Mufti de Jerusalem, Amin Al Husseini, que en 1941 se entrevistó en Berlín con Hitler para pedirle que incluyera en sus planes genocidas a los judíos del Medio Oriente. Ni qué decir de las barbaridades que se expresan en la Carta Fundacional del Hamas.
Como se verá pues, la idea que presenta Walid Salem es muy positiva y digna de nuestro mayor apoyo, pero los palestinos deben tener un panorama completo del problema, basado en la verdad de los acontecimientos fundamentales de esta historia. Deben conocer los pilares del miedo y la desconfianza de los israelíes, así como de quién realmente son ellos víctimas. Sólo así se podrá ingresar en un camino sin retorno hacia una paz genuina, real y sólida.