Una luz de esperanza

06/Dic/2010

Una luz de esperanza

Un incendio forestal de proporciones gigantescas azota el norte de Israel. Bosques de paseo, reservas naturales, kibutzim, zonas urbanas, la propia ciudad de Haifa y hasta la misma universidad de Haifa, padecen el temido riesgo de ser alcanzadas por las llamas.Los incendios forestales son un fenómeno natural de nuestro planeta, uno más de sus mecanismos de destrucción y recreación. Existieron previos a la humanidad y su poder es tal, que aún hoy y probablemente por siempre, ignoren los desarrollos más sofisticados de nuestras sociedades modernas. No todo lo puede evitar la tecnología ni las herramientas desarrolladas por el hombre. Ni en las profundidades del mar cuando extrae petróleo, ni en las alturas del espacio cuando fallas impensables generan tragedias, por no hablar del combate a enfermedades y virus microscópicos sobre la faz de la tierra. El piso que pisamos, o el aire que respiramos.Estos episodios de incendios catastróficos han sacudido grandes y pequeñas naciones como EE.UU., Australia, Sri Lanka, Indonesia, España, Grecia, a veces a nuestro propio país Uruguay, para citar algunos ejemplos y ahora Israel se agrega a la lista.La luz de esperanza del título de nuestra Editorial, abarca varias metáforas. Habrá quien la asigne una vez más a las luminarias de Jánuca que fueron un emblema de milagro de resurrección, con la sutil ironía que “aquellos” griegos nos destruían el Templo mientras que los actuales griegos vienen por nuestro salvataje.  La mirada científica hacia la propia luz tenebrosa que genera el fuego de los bosques ardiendo y que ya será dominada como siempre lo son; pero agregamos especialmente la de la solidaridad.Israel está siempre primero en la ayuda humanitaria a países en ocasiones de desastres, Armenia durante terremotos, Turquía oportunamente, Haití en el recientemente ocurrido, para mencionar sólo algunos.Esta vez necesita que la ayuden y la ayuda llega. El Estado Judío ha tenido que recurrir a la ayuda internacional para combatir el fuego porque carece de los medios para hacerlo con sus propios recursos, como reconoció el primer ministro Benjamin Netanyahu.Grecia, Chipre, Gran Bretaña, Turquía, Egipto, Jordania, Francia, Croacia, Rusia, Estados Unidos, Rumania, España incluso la Autoridad Palestina, han aportado apoyos u ofrecido colaborar, mientras se suceden los mensajes de pésame y solidaridad en la comunidad internacional.Esta luctuosa oportunidad de un incendio de proporciones inéditas que ha cobrado tantas vidas y bienes, bien podría ser un efecto catalizador para que el mundo deje de hostigar los principios básicos del derecho de Israel a existir, su constante deslegitimación y tantas otras barbaridades creadas artificialmente en su contra, frutos de oleadas “educativas” de odio y de falsas ideologías mal aplicadas por prejuicios inaceptables.El hombre es uno solo en sus fortalezas y debilidades, debe saber dar ayuda y recibirla, convivir y coexistir pacíficamente aun en las discrepancias y sobre todo: saber que siempre nos necesitamos unos de otros. Para ello debemos tener una mano extendida de cooperación y convivencia y no de retóricas incendiarias y amenazas de destrucción. Deseamos a nuestros hermanos en Israel que esta pesadilla acabe pronto. Como judíos uruguayos, ciudadanos de un país solidario por cultura y esencia natural, celebramos dentro de la adversidad, que países aun hostiles a Israel se hayan acercado a ayudar al Estado Judío, que otros se sumen y que esta actitud permanezca vigente una vez superado el incendio forestal.