Una increíble reacción automática

20/Ago/2010

Por Ana Jerozolimski

Una increíble reacción automática

Una increíble reacción automática
Por Ana Jerozolimski – Periodista
Una de las prácticas o tácticas más comunes en el mundo árabe es echar la culpa a Israel por todos sus problemas. El odio a Israel, bien lo saben en Oriente Medio, suele ser un arma eficaz para disipar oposición interna, para unir adversarios contra el “enemigo común” y para alejar culpas de quien no quiere cargar con la responsabilidad de algo que hizo o que no supo hacer en bien de sus ciudadanos.
En repetidas ocasiones, choques violentos entre facciones armadas palestinas, dejaban paso cuando una de ellas sentía que las cosas se le iban de las manos a ataques conjuntos contra Israel. Nada mejor que una buena ofensiva de cohetes contra poblados israelíes, para lidiar con las asperezas internas palestinas.
En una zona llena de dictaduras y regímenes totalitarios, esta costumbre es más que natural ya que el odio a Israel va acompañado de una falta absoluta de respeto a los derechos de sus propios ciudadanos.
Por eso, se inventa con facilidad mentiras sobre israelíes envenenando pozos de agua palestinos, sobre caramelos con droga para la excitación sexual y otras aberraciones.
Claro que no todas son tan originales. Más automático es lo que hizo la organización radical pro iraní de Líbano, Hezbolá, al acusar a Israel de haber matado hace pocos años al ex primer ministro libanés Rafiq al Hariri, al ver que el tribunal investigador les pide a ellos explicar si fue Hezbolá el responsable. Tras aclarar que Líbano no debe volver a arder por problemas internos y tras decir el actual premier, hijo del asesinado Hariri, Saad Hariri, que no quiere que la memoria de su padre desgarre al Líbano ¿qué mejor que decir “fue Israel?”.
No sabemos si el responsable fue Hezbolá enviado por Siria, por su cuenta, o Siria sola, como se había dicho en un primer momento. Lo claro es que la arena interna libanesa es un verdadero polvorín y que el problema de fondo allí no es Israel. En su momento, Israel fue arrastrado a esa locura, debido a que el territorio de Líbano fue utilizado como base de atentados contra la población de Israel.
Pero ahora, el ejemplo más increíble de esta práctica antiisraelí lo dio un funcionario gubernamental de Egipto al alegar que la culpa de los asiduos recientes apagones en el país la tiene Israel porque Egipto le vende gas natural, y así le queda menos para consumo interno.
No está claro si lo más apropiado sería reír o llorar, pero que es el colmo, realmente lo es. Egipto, por su libre voluntad y por cierto no gratuitamente sino como en cualquier transacción comercial o sea a cambio de un pago por parte de Israel  firmó la venta de gas natural a Israel. Ahora, con el extremo calor que azota a la región, con temperaturas superiores a los 40 grados casi diariamente y con el aire acondicionado prendido constantemente dondequiera que esté instalado, al parecer también debido a alguna falla de mantenimiento en la red eléctrica local, parecería que la electricidad no alcanza y por eso hay cortes bastante asiduamente. Pero no es el sistema egipcio, ni siquiera las fallas comunes que puede haber en cualquier país, inclusive si es sumamente organizado y toda su infraestructura funciona bien, sino Israel, solo Israel, quien tiene la culpa de los apagones.
Increíble, pero así lo afirman en Egipto. Eso es lo que sostiene un funcionario en el Ministerio de Energía Eléctrica de Egipto, según publicó el periódico A-Shuruq.
El problema es doble. Por un lado, está el hecho que ni siquiera el primer país árabe que firmó la paz con Israel ha logrado digerirla totalmente, lo cual se manifiesta a varios niveles, con sindicatos que boicotean a todo aquel que visite Israel y periodistas amenazados con ser echados de su gremio si entrevistan a alguien del lado israelí o se encuentran con voceros de Israel.
Pero la otra dimensión debería preocupar a los árabes no menos que a Israel. Encontrar chivo expiatorio para todo, fomentando odio y división en la zona no resolverá los numerosos problemas con los que aún lidia el mundo árabe. En realidad, sería mucho más productivo para todo que aprovechen el adelanto israelí en muchas cosas, también en el tema energético, en lugar de inventar fantasmas que no existen.