Ultraderecha israelí pone en aprietos a Netanyahu

26/Ago/2010

Ultraderecha israelí pone en aprietos a Netanyahu

LA CUESTIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS JUDÍOS EN LOS TERRITORIOS PALESTINOS ESTÁ EN ENTREDICHO
Ultraderecha israelí pone en aprietos a Netanyahu
El premier israelí tiene que compensar a sus aliados y convencer a la comunidad internacional
La congelación de la construcción en los asentamientos judíos en Cisjordania, que terminará el próximo 26 de setiembre, pone al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, entre la espada y la pared a nueve días del comienzo de las negociaciones directas con los palestinos.
Las presiones de la ultraderecha, incluida la que apoya su gobierno, han cobrado fuerza con las últimas amenazas por parte de los partidos Israel Betenu y Hogar Judío de que se saldrán de la coalición parlamentaria.
El ministro de Exteriores y líder del partido, Avigdor Lieberman, “ha sido muy claro” cuando aseguró que “Israel Betenu no será parte de un proceso en el que Israel se rinda a las demandas palestinas y continúe la congelación”, dice una alta fuente de la formación citada por el diario Yediot Aharonot.
“No es un asunto político sino ideológico (…) Si continúa la congelación nos iremos (del gobierno)”, asegura.
En noviembre, Netanyahu accedió, por presión de Washington, a 10 meses de suspensión en la construcción en los asentamientos, lo cual era una demanda de los palestinos para desbloquear el proceso de paz estancado desde diciembre anterior.
Pero lo hizo con excepciones a las exigencias del presidente Mahmoud Abbas, porque Israel anunció que seguiría la construcción de unos 3.000 inmuebles ya comenzados y la de instalaciones públicas en las colonias de Cisjordania, mientras que la zona ocupada de Jerusalén quedaba fuera. Un informe de Paz Ahora, organización que sigue las actividades en los asentamientos, reveló que en estos últimos nueve meses el gobierno israelí concedió además permisos extraordinarios para otras 600 viviendas.
Para la derecha nacionalista, estas excepciones no fueron suficientes, y ahora exigen a Netanyahu que cumpla su promesa de no renovar la moratoria.
Misión imposible si Israel quiere ver algún progreso en las negociaciones directas que la Casa Blanca lanzará el 2 de setiembre, después de cinco meses de diálogo indirecto con el mediador George Mitchell.
Aquejado también por fuertes presiones internas que se oponen a las negociaciones, Abbas y otros dirigentes palestinos advierten que la paz y la colonización no pueden ir juntas y que esperan que el gobierno israelí “elija la paz y no los asentamientos”.
En previsión de problemas, Mitchell aclaró a las dos partes que Washington espera de ellas que, una vez que comiencen las negociaciones, no pongan obstáculos.
La oposición al primer ministro israelí ha calado también dentro de su partido Likud, en el que el ala más derechista ha convocado a un acto de “rebeldes” durante su visita a Washington.
“Netanyahu no puede confiar en Meridor (el moderado ministro de Asuntos de Inteligencia y Energía Atómica) y en Barak (el líder laborista y ministro de Defensa) para conservar su coalición de gobierno”, arguyó Dani Danón, uno de los diputados que organiza el encuentro. Varios ministros, entre ellas la de Educación, Limor Livnat, y el de Información, Yuli Edelstein, han alzado también la voz en apoyo del grupo de rebeldes. (EFE)
En propio territorio
El informe final de la Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (FINUL) sobre el choque entre tropas libanesas e israelíes el 3 de agosto, confirma que estas últimas se encontraban en territorio de Israel. Aquel día soldados libaneses e israelíes se enfrentaron en la frontera entre ambos países en un choque que dejó cuatro muertos de ambos bandos y que se desencadenó cuando militares de Israel intentaron talar varios árboles en la zona fronteriza. (EFE)