TISHA BEAV: Una fecha que marcó la historia del pueblo judío.

16/Jul/2021

CCIU, Por Lic. Rafael Winter (Rufo)

CCIU, Por Lic. Rafael Winter (Rufo)

Tisha Beav, el 9 del mes de Av del calendario hebreo, simboliza el dolor nacional y religioso del pueblo judío a lo largo de la historia. Este año coincide con el 18 de julio, comenzando el 17 de julio a la noche. En este día o alrededor del mismo, en distintos periodos, ocurrieron una serie de catástrofes, acontecimientos decisivos que marcaron la historia del pueblo judío hasta el día de hoy. Imagen: Destrucción del Templo de Jerusalem, por Francisco Hayez (fuente: Wikipedia)

“¡Cuan solitaria ha quedado la ciudad antes llena de gente!¡tiene apariencia de viuda la ciudad capital de los pueblos! ¡Sometida está a trabajos forzados la princesa de los reinos!” (Lamentaciones 1:1)

La “ciudad” es Jerusalem. El libro “Lamentaciones”, atribuido al Profeta Jeremías, se encuentra en la tercera parte del TANAJ (Biblia hebrea), en la sección que se llama Ketuvim (escritos).

Tisha Beav, el 9 del mes de Av del calendario hebreo, simboliza el dolor nacional y religioso del pueblo judío a lo largo de la historia. Este año coincide con el 18 de julio, comenzando el 17 de julio a la noche.

En este día o alrededor del mismo, en distintos periodos, ocurrieron una serie de catástrofes, acontecimientos decisivos que marcaron la historia del pueblo judío hasta el día de hoy.

Tales como la destrucción del Primer Templo de Jerusalem en el año 586 aec. perpetrada por los babilonios. La destrucción del Segundo Templo de Jerusalem en el año 70 ec. perpetrada por los romanos, lo cual trajo como la peor y duradera consecuencia la pérdida de la independencia nacional durante casi dos mil años. Independencia que recién se recuperó con la creación del moderno Estado de Israel en 1948.

Porque -y esto no es un “detalle” menor- ya había habido Estado judío en la antiguedad: en la época del Primer Templo y en la época del Segundo Templo. Y lamentablemente ambos estados cayeron no solo por el poderío enemigo sino por propios errores: luchas internas casi fratricidas, falta de unidad.

Así lo reconocieron con mucha autocrítica los sabios del pueblo de Israel de aquellos lejanos tiempos.

Algunas décadas después (135 ec.) y ya sin independencia en este tan aciago día, la destrucción de la fortaleza de Betar, último bastión en la segunda guerra de los judíos contra Roma en la tierra del antiguo Israel.

Y llegamos a la Edad Media…

Y nuevamente en esta fatídica fecha o alrededor de la misma la expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290 y la expulsión de España en 1492, esta última particularmente dramática, marcando un momento culminante de la historia del pueblo judío.

La reseña sería interminable. La Primera Guerra Mundial estalló el 1 de agosto de 1914 (9 de Av )…

Y en nuestro tiempo, hace tan solo 27 años y volviendo a coincidir con el 18 de julio, el atentado a la AMIA: fue un 10 de Av  pero al igual que algunos otros hechos de los mencionados y no mencionados (que ocurrieron “alrededor” del 9 de Av) pasó a formar parte de las tragedias que recordamos en esta fecha.

Día de ayuno. Se va a las sinagogas; se recitan plegarias alusivas, poesías de recordación (kinot) escritas a lo largo de los siglos, muchas veces por contemporáneos de los desastres; lectura del ya mencionado Libro de las Lamentaciones (en hebreo “Eijá”)

La ciudad de Jerusalem ya no es “solitaria” ni tiene “apariencia de viuda” como lo señalaba amargamente el libro bíblico. Es una ciudad vital, llena de vida, antigua y moderna, espiritual y terrenal al mismo tiempo (sí: con problemas también).

Y recuperamos el Kotel, el Muro de los Lamentos que milagrosamente sobrevivió el paso del tiempo. Aunque el Tercer Templo aún no está, la independencia ha sido recuperada.

De todos modos, es una fecha que debemos recordar y más allá de la maldad de los enemigos (causa principal del desastre) considerar cuales fueron nuestros errores antes y durante los acontecimientos.

Aprender del pasado para que el mismo no se repita en el futuro.

En lo personal, mis recuerdos de este día son entre otros, cuando en Tisha BeAv iba a la sinagoga con mi papá, y nos sentábamos en el suelo como símbolo de dolor, recitando y escuchando las lamentaciones y poesías alusivas… con las tristes melodías que aún resuenan en mis oídos…