Revolución árabe

17/Feb/2011

El País, Editorial

Revolución árabe

EDITORIAL 17-2-2011
El 2011 habrá de marcar un antes y un después para el mundo árabe y Medio Oriente. Las caídas de los presidentes de Túnez y de Egipto por revueltas populares parecen ser solo el comienzo de movimientos y manifestaciones que se multiplican, y que ponen en jaque a los gobiernos de Argelia, Jordania, Yemen y Arabia Saudita. Como una onda expansiva, pueden alcanzar también a Marruecos y Siria, y desestabilizar el autoritario gobierno iraní.
Están quienes se preocupan por la evolución de la región en registros simplistas. Así, prevén la extensión de la anarquía porque los árabes “no están preparados” para vivir en libertad: gente sin costumbre democrática, primitiva, que no razona sino desde la intolerancia de una religión bárbara. Esta vetusta y caricatural forma de ver las cosas, que linda con un etnocentrismo occidental al límite del racismo, no arroja una luz explicativa convincente para quien quiera ir más a fondo en el entendimiento de los profundos cambios que vive Medio Oriente (y en particular, su mundo árabe).
Es cierto que la falta de información fidedigna y amplia del real peso social del movimiento islámico Hermanos Musulmanes en Egipto, por ejemplo, preocupa a quienes temen que la revuelta popular sea cooptada en un sentido extremista, al estilo del Irán de 1979. Y es cierto también que esta amenaza islamista, entendida como una ideología política que pretende resolver todos los problemas de la sociedad, está presente en toda la región. Tiene bases sociales, fuerzas políticas, y perpetra actos terroristas.
Sin embargo, como bien señala Olivier Roy, especialista del mundo árabe, no se verifica hoy un protagonismo islamista como el de los años ochenta. De hecho, por ejemplo, el histórico líder islamista tunecino Ghannouchi, que retornó a su país luego de 20 años de exilio, descartó de plano que vaya a aplicarse allí la ley islámica. En estos días también, los Hermanos Musulmanes dieron garantías de que en las próximas elecciones no presentarán candidato a presidente en Egipto.
Es que a poco que se analice más en detalle las características de estas revueltas, impacta lo positivo de la demanda democrática más que el peligro de una extendida islamización. El escenario social egipcio es parecido en distintos países de Medio Oriente. Hay un mayor protagonismo de los menores de 30 años de edad que representan cerca del tercio de la población total de cada país; un crecimiento económico que no alcanza a insertarlos satisfactoriamente en el mercado de trabajo; y regímenes autoritarios con libertades cercenadas y democracias fraguadas.
Las nuevas generaciones de Medio Oriente no se interesan tanto en la ideología. Son más educadas que las anteriores, viven en familias nucleares y tienen menos hijos, están más informadas, se conectan a través de internet sin intermediaciones políticas o religiosas, y saben que los regímenes islamistas se afirmaron como dictaduras corrompidas, como lo muestra el Irán de Ahmedinejad. Lejos de esos modelos, observan con atención lo que ocurre en Turquía, en donde el partido islamista AKP de Erdogan avanza en un sentido de democracia y desarrollo económico, y promueve la independencia internacional conjugando ciertos valores identitarios musulmanes.
Las revueltas a favor de la democracia ya tuvieron ciertas consecuencias. Por ejemplo, el cambio de composición del gobierno jordano, o la voluntad de terminar con el “estado de urgencia” en el que viven los argelinos desde hace casi veinte años. Sin embargo, la dificultad será transformar la espontaneidad de las revueltas en cimientos democráticos duraderos que sobrepasen las lógicas clientelísticas y los poderes de hecho cuyo protagonismo es tan fuerte en Medio Oriente -ejército, identidades religiosas y tribales, etc.Es un proceso que llevará años. Entretanto, la seguridad de Israel es objeto de profunda preocupación. En lo inmediato, el ejército egipcio ha dado bienvenidas señales tranquilizadoras. A largo plazo, más y mejor democracia en la región será su mejor garantía.