¿Qué llevó Abbas a las conversaciones de paz en Washington?

13/Sep/2010

Marcos Israel

¿Qué llevó Abbas a las conversaciones de paz en Washington?

¿Qué llevó Abbas a las conversaciones de paz en Washington?
Marcos Israel
En un reportaje publicado en el periódico semi-oficial palestino Al-Quds, el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas rechazó los dichos del Primer Ministro Binyamin Netanyahu acerca de un “compromiso histórico” y dijo que no habría compromisos sobre temas centrales tales como Jerusalem y fronteras.
Al mismo tiempo, Abbas también reiteró su rechazo a la exigencia de Netanyahu de que los palestinos reconozcan a Israel como un Estado judío. “Nosotros no estamos hablando acerca de un estado judío y no hablaremos de uno”, dijo Abbas. De hecho, Abbas no declina de la pretensión de que “refugiados” palestinos regresen a sus casas originales dentro de Israel.
Así las cosas, ¿Qué tenía para ofrecer Abbas en las recientes negociaciones de paz?
Si, como se supone, en una negociación las partes deben hacer concesiones, ¿qué traía para conceder Abbas?
Conviene recordar el último antecedente más importante en materia de negociaciones de paz. Ese fue el de Camp David en el 2000, donde Ehud Barak – entonces Primer Ministro de Israel-, llegó a ofrecer el 98% de todas las aspiraciones territoriales palestinas, incluyendo la división de Jerusalem –una concesión muy resistida por los judíos no sólo de Israel sino del mundo en general-, a cambio de la paz. Arafat, por su  parte, rechazó la oferta, menospreciando la oportunidad de fundar inmediatamente el Estado Palestino y llegar a un acuerdo de paz con Israel. En aquella ocasión, Arafat pretendía que Israel aceptara la vuelta de los “refugiados” y sus descendientes al Estado de Israel, lo cual configura una pretensión que encubre la idea -sostenida desde el principio del conflicto-, de destruir a Israel, ya no por la vía armada, sino por la vía de una invasión migratoria árabe.
Pocos días después del fin –y consiguiente fracaso- de aquellas negociaciones, pudimos saber que la actitud de Arafat estaba en perfecta sintonía con los deseos de los palestinos. La “calle palestina” respondió al desenlace de las conversaciones de Camp David recibiendo multitudinariamente a Arafat, como un héroe. ¿Cuál fue su victoria? Ciertamente no fue la constitución de su Estado ni un acuerdo de paz. Podemos deducir pues que el reconocimiento de Israel y la firma de una paz hubieran significado una derrota para los palestinos, a juzgar por su algarabía por el desenlace de Camp David.
Repasando ahora el pensamiento de Abbas, nos asalta una pregunta inquietante: ¿la calle palestina evolucionó algo en estos diez años? ¿Están más cerca ahora de una posible paz de lo que lo estaban en el 2000? ¿Acaso los palestinos aceptan una solución de dos Estados?Lamentablemente no lo sabemos, ya que los palestinos de Gaza no tienen la menor posibilidad de expresarse y los de Cisjordania no mucho. Lo que queda claro, a partir de las declaraciones de Abbas, es que su postura no difiere demasiado de todo lo que la antecedía.
El otro pilar que sostiene políticamente a Abbas es la Liga Árabe. ¿Qué señales envía la Liga Árabe a Abbas? El antecedente más importante ha sido la conferencia de Beirut en marzo del 2002. El discurso del príncipe Abdullah de Arabia Saudita –el peso pesado más importante de la Liga Árabe-, es una obra maestra de cinismo. Luego de varias guerras provocadas por los árabes con el objetivo declarado de destruir a Israel y masacrar a sus habitantes dijo: “Permítaseme en este punto dirigirme directamente al pueblo israelí, a decirles que el uso de la violencia, por más de 50 años, sólo ha dado lugar a más violencia y destrucción, y que el pueblo israelí están tan lejos como lo han sido nunca de la seguridad y la paz, a pesar de la superioridad militar y a pesar de los esfuerzos para someter y oprimir”… “Ha llegado el momento de Israel a que ponga su confianza en la paz después de haber jugado en la guerra durante décadas sin éxito”. Sobre esta plataforma de descarada distorsión de los hechos históricos -sobre cuya base se juega cualquier negociación de paz-, su propuesta fue la siguiente: “Queridos hermanos, en vista de lo anterior, y en este lugar con ustedes y entre ustedes, y con el respaldo del Todopoderoso, propongo que la cumbre árabe presente una iniciativa clara y unánime dirigida al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas basado en dos cuestiones básicas: las relaciones normales y la seguridad de Israel a cambio de la retirada completa de todos los territorios árabes ocupados, el reconocimiento de un estado palestino independiente con Al-Quds Al-Sharif (Jerusalén) como capital, y el retorno de los refugiados”.
La propuesta es la misma que llevó al fracaso de Camp David y que sostiene aún hoy Abbas. En su momento se consideró un “avance” porque era la primera vez en toda esta historia que la Liga Árabe daba un atisbo –aunque fuera equívoco- de llegar a una paz con Israel. Sin embargo, ocho años después, está claro que no fue un aporte concreto a la paz. La retórica de odio y el acoso constante a Israel en los foros diplomáticos se mantuvieron impolutos.
Si los árabes no cambian su postura de querer infringir a Israel en la mesa de negociaciones la derrota que no pudieron infringirle en el campo de batalla, si no aceptan que es imposible obligar a cualquier país del mundo –ellos incluidos- que acepte una migración masiva de otro pueblo, no habrá oportunidad para la paz.
Por eso vale preguntarse acerca de qué traía Abbas para avanzar hacia un acuerdo. Aparentemente nada.Lo único rescatable del encuentro de Washington fueron los discursos de Abbas y Mubarak desmarcándose claramente de Irán. Es buena cosa que el neo imperialismo persa vaya sumando detractores.