Gatestone Institute- por Richard Kemp
El gobierno israelí ha dejado en claro que los ataques fueron para prevenir una amenaza inminente para la población. Tenía información sólida de que la Yihad Islámica, dirigida por Jabari, estaba planeando ataques al otro lado de la frontera con Gaza.
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Al comentar sobre el asesinato de Zawahiri [por parte de EEUU], el portavoz del secretario general de la ONU, Stephane Dujarric, dijo que la ONU estaba “comprometida con la lucha contra el terrorismo y el fortalecimiento de la cooperación internacional para contrarrestar esa amenaza”.
Por supuesto, fue una historia diferente cuando Israel actuó contra Jabari. El Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, estaba “profundamente preocupado” por “el asesinato selectivo hoy de un líder de la Yihad Islámica Palestina dentro de Gaza”.
Israel no ha afirmado que su operación en Gaza, cuyo nombre en código es Breaking Dawn, es para disuadir. El gobierno ha dejado en claro que los ataques fueron para prevenir una amenaza inminente para la población israelí. Tenía información sólida de que la YIP, dirigida por Jabari, estaba planeando ataques al otro lado de la frontera con Gaza. Proteger a su pueblo de ataques externos violentos no solo está permitido por el derecho internacional, sino que es el deber de todos los gobiernos. Si la disuasión de tales ataques fuera posible, Israel habría tomado medidas para disuadir.
YIP es un representante iraní, dirigido y financiado por una suma de cientos de millones de dólares por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC). Su líder, Ziad Nakhaleh, ha estado en Teherán durante los últimos días, reuniéndose con sus pagadores del IRGC y otros funcionarios gubernamentales, incluido el presidente iraní Ebrahim Raisi.
Como YIP y sus compañeros yihadistas han disparado indiscriminadamente unos 400 misiles (en el momento de escribir este artículo) contra objetivos desde Sderot hasta Tel Aviv desde que comenzó la Operación Amanecer, las FDI han seguido lanzando ataques de precisión desde el aire y desde tierra para detener los ataques sobre los ciudadanos israelíes. Así como el casus belli de Israel para atacar objetivos de la Yihad Islámica Palestina es legal, ha tenido sumo cuidado para garantizar que sus ataques continuos también sean legales, atacando solo objetivos que son proporcionados y necesarios para los objetivos militares y advirtiendo dónde podrían ocurrir bajas civiles.
Podemos esperar que las organizaciones no gubernamentales (ONG) como Human Rights Watch se sumen [a este tipo de postura sesgada]. Amnistía Internacional, sin embargo, podría ser un poco más circunspecta, ya que en este momento está dando vueltas por el reproche internacional generalizado que recibió su informe recién publicado que condenaba las acciones defensivas de Ucrania, en el que nuevamente mostró la total incomprensión de la guerra y las leyes de la guerra que ellos demuestran a menudo en sus denuncias contra Israel.
Babeando durante los últimos dos días ante la perspectiva de bajas masivas infligidas por las FDI, gran parte de los medios inmediatamente y sin ninguna evidencia señalaron con entusiasmo a Israel por el trágico asesinato de siete personas, incluidos cuatro niños, en el campamento de Jabalia en la Franja de Gaza. Indudablemente lo intentarán, pero a los periodistas e investigadores de la ONU les resultará difícil refutar la confirmación de las FDI de que no atacaron el lugar y tienen evidencia concluyente de video y radar de que las muertes fueron causadas por un cohete de la YIP fallido, que a menudo caen adentro de la propia Gaza, afectando a su población civil. Esto ciertamente encajaría, ya que aproximadamente una cuarta parte de todos los cohetes terroristas disparados hasta ahora durante esta campaña han aterrizado dentro de Gaza, no en Israel.
