Palabras pronunciadas por el Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Ing. Roberto Cyjon

13/Sep/2013

Palabras pronunciadas por el Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Ing. Roberto Cyjon

Señor Presidente de la Cámara de Representantes, Señores del Cuerpo Diplomático, a todos los que nos acompañan, autoridades nacionales, representantes de la sociedad civil, comunidad judía uruguaya, amigos todos.
>Como bien decía el diputado Cardoso, esta es la Casa del Pueblo y como uruguayos nos sentimos sumamente honrados, porque esta también es la casa del pensamiento, la casa de la reflexión. Acá se estudian todos los elementos que son necesarios para lograr un bienestar colectivo y una convivencia pacífica entre todos los integrantes de nuestro país. Se sacan conclusiones y se actúa mediante leyes que luego la Justicia se encarga de hacer cumplir. Por lo tanto, este día en especial en el cual estamos declarando el 19 de abril como día “Día de la lucha contra la Discriminación y los Delitos de Odio”, es realmente muy significativo y me gustaría hilvanar algunas fechas que hacen a este acontecimiento. Precisamente en esta Casa, de nuestra mayor democracia, que es unos de los pilares fundamentales de la buena convivencia.
Hoy estamos, para el pueblo judío, entre los días de Rosh Hashaná y el Día del Perdón. En estos diez días a los judíos se nos convoca a una introspección, a una mirada hacia nuestro interior, de forma tal en que podamos enmendar todo aquello en lo cual no fuimos los mejores, y podamos lograr sostener así, una mejora continua. Se nos convoca a que lo encaremos desde tres puntos de vista, como ayudándonos a realizar esta misión filosóficamente compleja.
La primera es el arrepentimiento y el arrepentimiento es quizás uno de los pilares fundamentales del pensamiento crítico, más que eso, del pensamiento autocrítico, es decir pensar, pensar hacia adentro y pensar hacia afuera cómo ser mejores.
Se nos exige una respuesta. ¿Qué es una respuesta? Una respuesta es pasar a la acción, una acción que nos transforme. No que libere a la reflexión en palabras bonitas, sino en una acción concreta, proactiva y positiva hacia uno mismo y hacia la sociedad.
Finalmente nos orienta en una forma de cómo hacerlo. Una de las formas que se nos sugiere es la caridad, dado que la caridad se podría interpretar como la solidaridad y la solidaridad es unos de los bienes fundamentales de una convivencia pacífica y respetuosa entre todos, porque ser sensible al que necesita más, es una expresión mayúscula de una sana convivencia.
Por lo tanto tenemos frente a las acciones y al quehacer de esta Casa suprema en nuestro país, también en estos días, una línea, un hilo conductor que nos convoca a los mismos pensamientos.
A su vez estamos en el marco del 70º aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia, que se conmemora en un día muy especial: el 19 de abril, fecha patria uruguaya. Pero también una ocasión que para el mundo judío es tan propia como universal.
Se trata de Pesaj, las pascuas judías. Y las pascuas judías precisamente son la recordación permanente de lo que es la libertad en la lucha contra la esclavitud.
Cuando nosotros nos encontramos con nuestros hermanos afro descendientes, sabemos lo que es, no solo para nosotros, sino para todos aquellos que padecen la esclavitud: uno de los peores males de la discriminación.
Pues las Pascuas se conmemoran todos los años e incluso se pretende, dentro de lo que es la cena familiar, el recordarle y sugerirle a cada uno de los participantes que se sienta a la mesa, que él mismo fue el esclavo que salió de Egipto. No se trata de recordar solamente una leyenda, sino que lo sintamos como propio, de manera que estemos siempre atentos a la lucha contra esa discriminación violenta.
En ese momento es que un grupo de “chiquilines”, en el Gueto de Varsovia, entre los que se encontraba Mordechai Anilevich, de veinte y pocos años, resuelven pasar a la acción; como nos convoca el Año Nuevo; pero pasar a la acción que también es una acción de lucha, porque determinadas discriminaciones y delitos de odio tampoco se resuelven con simples declaraciones.
Una lucha en que estaban predestinados a morir, pero que sin embargo se transformó en un valor heroico, que representa un ícono, no solamente judío, sino universal, de haber sido el primer grupo de personas que se levantaron en armas contra la bestia nazi, más allá luego, por supuesto, del resto de los partisanos y gente que peleó contra los nazis. No estamos hablando de ejércitos. Fue ésa la primera lucha armada que duró unos pocos días, mas quedó el emblema. Los Nazis finalmente destruyeron el Gueto de Varsovia.
Hoy, en este marco, donde aparte de los valores que estamos reivindicando, se reivindica la lucha contra la esclavitud y la libertad como valor supremo, es que se declara el “Día de la lucha contra la discriminación y los delitos de odio”.
No obstante ello, Eli Wiesel, Premio Nobel de la Paz, a la vez que sobreviviente del campo de Auschwitz, en el prólogo de su libro “La Intolerancia” – Academia Universal de las Culturas- plantea una pregunta muy interesante: “¿Cuán tolerantes debemos ser con los intolerantes?”
Una pregunta que no la responde, la deja presente. Me parece que el valor de este día es que desde nuestro Palacio Legislativo estamos encontrando una respuesta; estamos declarando un Día de Lucha contra la Discriminación y los Delitos de Odio, que forma parte de la educación. Es éste un mensaje de los líderes políticos de todos nuestros Partidos hacia la sociedad civil, para que seamos mejores y podamos combatir la intolerancia.
Tenga Ud. la certeza, señor Presidente, que la sociedad civil, los uruguayos y la comunidad judía, estaremos presentes todos los 19 de Abril, conmemorando esta decisión.
Muchas gracias.