Con fuertes críticas a la decisión del gobierno y el señalamiento político de que se trata de una medida “apresurada” y un “error” político, los partidos de la oposición reaccionaron frente al reconocimiento formal que hizo el Poder Ejecutivo del Estado palestino. En el mismo sentido, la comunidad israelí rechazó la decisión diciendo que los palestinos no contribuyen a la paz en Medio Oriente.
Comunicate con el CCIU
Si querés establecer contacto con el CCIU, estas son las vías de comunicación. Seguinos y conversemos.Últimos artículos
El deber de proteger a los libios
La soberanía no es un permiso para matar. Ningún Estado puede abdicar del deber de proteger a su pueblo de crímenes contra la humanidad y menos aun justificar la perpetración de semejantes crímenes por su parte. Cuando un Estado deja manifiestamente de dar dicha protección, la comunidad internacional más amplia tiene el deber de hacerlo adoptando medidas “colectivas, oportunas y decisivas” mediante el Consejo de Seguridad y conforme al capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.
Opositores dicen que se acabó la política exterior de Estado
“Tenemos que subirnos al estribo de Brasil”, ha dicho el presidente José Mujica sabedor de que el pequeño Uruguay no puede desentenderse de las consecuencias económicas que genera el gigante norteño a su alrededor. Pero desde la oposición se advierte que esa estrategia, sumada a otras cuestiones, tiene una importante contraindicación: está resquebrajando la tradicional política de Estado en materia de relaciones internacionales.
El derrumbe de las dictaduras
Las dictaduras modernas solo sobreviven mientras cuenten con inercia tolerante o hasta cierto apoyo de sus pueblos, el respaldo de la estructura militar y ayuda o benevolencia internacional. Caen cuando estos factores se diluyen, como ocurrió en Egipto y Túnez y va en camino de suceder en Libia (si se logra evitar la masacre del régimen libio sobre su pueblo) y otros países árabes. Los golpes de Estado que se expandieron en Medio Oriente al final del período colonial en el siglo pasado fueron inicialmente aceptados por la mayoría de la población como esperanzado reemplazo de monarquías absolutas, en las que campeaba la corrupción y el favoritismo elitista, en desmedro del bienestar de la gente.