Otra belleza venezolana: el Museo Sefaradí de Caracas

20/May/2011

CCIU, Martín Kalenberg

Otra belleza venezolana: el Museo Sefaradí de Caracas

Popularmente se asocia a la mujer venezolana con la belleza. Sin embargo, el país sudamericano tiene otras bellezas menos conocidas y difundidas. Una de ellas es el Museo Sefardí de Caracas creado en 1999 y que, desde 2010, está unido a la Sinagoga Tiferet Israel, profanada en enero de 2009, que forma parte del recorrido del propio museo. El centro artístico pertenece a la Asociación Israelita de Venezuela, fundada en 1930, que reúne a los judíos sefaradíes. Lleva el nombre de Morris E. Curiel, nacido en 1920 y fallecido en 2007, descendiente de una distinguida familia sefardí de Curazao (ex Antillas Holandesas), quien fue un “destacado empresario y banquero que desarrolló una gran obra filantrópica de apoyo a la educación y la cultura”, según destaca el sitio web del museo. La institución se propone conformar, conservar, estudiar y difundir un patrimonio de “judaica”, documentos, libros, objetos y obras de arte que den testimonio de la historia, la cultura y los valores del pueblo judío, con énfasis en la comunidad establecida en Venezuela.A través de eventos, conferencias y exposiciones temporales, “propicia la preservación de la memoria” de la presencia judía en España, la expulsión de los judíos españoles, la Inquisición, la Diáspora, así como de la Shoá (Holocausto del pueblo judío). Igualmente, el museo concibe la tradición “no sólo como herencia sino como un constante devenir para proyectarse hacia el futuro”, por lo que apoya las iniciativas culturales y artísticas “más contemporáneas” originadas en la comunidad judía venezolana e internacional, informa la sitio.Exposiciones. El museo presenta exposiciones permanentes y otras temporales. A modo de ejemplo, del 29 de mayo al 11 de setiembre tendrá lugar la exposición “Walter Margulis. Un espíritu abstracto”, sobre la obra de Walter Margulis (1950-1994) nacido y fallecido Caracas, quien se dio a conocer como pintor a principios de los ochenta. Su obra, inspirada inicialmente en la geometría sensible, se acercó paulatinamente al neo-informalismo, “movimiento del que llegó a ser un destacado exponente”. Según se explica en la página web del museo, “sus grandes formatos de campos de color animados sutilmente por texturas, evocan desde atmósferas sombrías y telúricas hasta otras luminosas y etéreas”.