Odio contra los judíos

19/Nov/2013

Butazzoni Blog, por Fernando Butazzoni

Odio contra los judíos

Hace pocos días se recordó en Uruguay, en un acto organizado por la B’nai B’rith local con el apoyo de otras entidades judías, la llamada “Noche de los cristales”, episodio siniestro que en 1938 marcó el comienzo del fin para millones de personas en toda Europa. Durante el acto montevideano, quienes asistimos al mismo pudimos escuchar la notable reflexión del historiador Gerardo Caetano acerca de aquel episodio, y pudimos también asomarnos —apenas, es cierto, y de manera vicaria— al horror del Holocausto, a través de la presencia, silenciosa y humilde, de varios sobrevivientes de los campos de exterminio nazis, quienes en distintos momentos de su peripecia vital llegaron a instalarse en Uruguay y que estaban presentes en el acto.En su discurso de esa noche, el profesor Caetano nos advertía a todos sobre la necesidad de no ser ni siquiera mínimamente complacientes con las actuales expresiones del antisemitismo, presentes de una u otra forma en la vida cotidiana de nuestras sociedades aun hoy, setenta y cinco años después de aquella terrible kristallnatch alemana. Con claridad nos instó a no hacernos los distraídos, a no mirar para otro lado, a no creer que la cosa no es con nosotros.De forma por demás significativa, en Buenos Aires acontecieron de manera casi simultánea dos episodios alarmantes, que merecen ser vinculados a la reflexión de Caetano. Por un lado Jaime Durán Barba, un alto asesor político del jefe de gobierno de la ciudad, declaró muy suelto de cuerpo que “Hitler era un tipo espectacular”, entre otras estupideces. Y por otro lado, en la catedral metropolitana de esa misma ciudad, mientras nosotros participábamos del acto en Montevideo, un grupo de jóvenes católicos ultraconservadores irrumpieron en el templo durante una ceremonia de recordación de la Noche de los Cristales, profiriendo cánticos y rezos de forma escandalosa y agresiva. Su argumento: era una recordación “inapropiada y espuria, un aquelarre hodierno”. Desde su página en Internet, estos jóvenes indicaron que la Noche de los Cristales fue “un hecho extraño a nuestra historia y sobre el que se conocen versiones contradictorias”.Hace un par de semanas se hizo público el resultado de una encuesta realizada por la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, que reveló el profundo antisemitismo presente en varios países del viejo continente. Un dato basta para el pasmo: casi la mitad de los judíos franceses han pensado en los últimos años en emigrar a causa de la hostilidad con la que se encuentran por ser, justamente, judíos. La encuesta se realizó en los ocho países que concentran el 90 por ciento de los judíos de Europa: Bélgica, Alemania, Francia, Italia, Suecia, Hungría, Lituania y el Reino Unido. El 76 por ciento de los encuestados consideró que en los últimos cinco años se ha incrementado el odio contra los judíos.Más ejemplos: el día 14 de noviembre, es decir dos días después del acto montevideano y de la atropellada ultraconservadora porteña, el periódico digital “El Confidencial” de España publicó una nota que rezumaba antisemitismo desde el título: “El lobby empresarial judío catalán pasó del viaje soberanista a Israel de Artur Mas”. Cabe preguntarse: ¿es antisemita “El Confidencial”? No, no lo es. Pero no parece haber escrúpulos lingüísticos a la hora de usar un lenguaje “comprensible para las mayorías”. Es que el lenguaje revela por sí solo la existencia de prejuicios y discriminación. La “judiada” es definida de forma cuando menos ambigua por el diccionario de la Real Academia, que dicho sea de paso tiene responsabilidad en estos asuntos ya que de acuerdo a su lema “pule, fija y da esplendor” al idioma.Lo que resulta quizá más significativo en esa nota de “El Confidencial” son los comentarios de los lectores, que en algunos casos parecen sacados de viejos manuales de adoctrinamiento alemanes.Por cierto que hay que acordar con Nicole Muchnik, quien en un artículo del diario español El País señalaba con claridad que “Internet es hoy el gran vertedero de los odios, el sitio del desahogo antisemita anónimo”.Lleva razón el profesor Caetano: no debemos caer en la tentación de dejar pasar por inocuas las manifestaciones antisemitas de nuestro entorno, por más baladíes o irracionales que parezcan, porque detrás de ellas siempre están agazapados el autoritarismo y la barbarie. Uruguay posee leyes muy estrictas en ese punto, pero también las posee Argentina, Francia y otros países europeos. Sólo la actitud de defensa permanente de ciertos valores de convivencia y respeto nos va a garantizar la preservación de esos valores.