Occidente debe despertar ante la amenaza de la yihad

01/Sep/2021

Ynet Español- por Ben Dror Yemini- adaptado por Leandro Fleischer

Ynet Español- por Ben Dror Yemini- adaptado por Leandro Fleischer

La yihad no lucha contra los actos de las personas, sino contra la esencia de su ser: sus enemigos son la libertad, la democracia y los derechos de las mujeres. Los islamistas radicales asesinan a los débiles y oprimidos, la mayoría de los cuales son musulmanes. En la foto: afganos trasladan el ataúd de una víctima del atentado en Kabul. (AFP)

No es por casualidad que la reunión pospuesta el jueves entre Bennett y Biden coincidiera con el ataque mortal fuera del aeropuerto de Kabul, que mostró cuán despiadado es el islam radical, que no tiene reparos en matar a los pobres y oprimidos, incluso a sus propios hermanos musulmanes.

La reunión inicialmente planeada para el jueves entre el primer ministro Naftali Bennett y el presidente estadounidense Joe Biden en Washington coincidió casi al minuto con el mortal ataque terrorista en el aeropuerto de Kabul.

Si hubo alguien que todavía no estaba seguro de qué es el islam radical, ahora lo tiene muy claro.

La yihad no lucha contra los actos de las personas, sino contra la esencia de su ser: sus enemigos son la libertad, la democracia y los derechos de las mujeres.

Los islamistas radicales asesinan a los débiles y oprimidos, la mayoría de los cuales son musulmanes

“Estamos todos juntos en esto”, debería haberle dicho Bennett al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante la reunión que mantuvieron después de que se retrasara 24 horas, y tal vez lo hizo.

Estados Unidos salió de Afganistán, Israel abandonó el Líbano y la Franja de Gaza. Pero a la yihad no le importa, ya que continúa sembrando muerte y destrucción sin cesar.

Por lo tanto, quien protesta contra Israel, se manifiesta a favor de la yihad, que también asesina a los estadounidenses.

Los casi 200 asesinados en Kabul se unen a otras 1.124 víctimas que murieron en ataques yihadistas en todo el mundo durante los 30 días anteriores al atentado con bomba en el aeropuerto. Una abrumadora mayoría de las víctimas eran musulmanas.

Solo dos días antes del ataque en la capital afgana, 36 personas murieron en Nigeria y otras 80 habían muerto la semana anterior en Burkina Faso, todos civiles inocentes, no ocupantes.

Los ideólogos de Hamás han dicho en repetidas ocasiones que su objetivo es establecer un califato islámico que incluya a “las Américas grandes y pequeñas”, refiriéndose a Estados Unidos e Israel.

Los islamistas radicales asesinan a los débiles y oprimidos, la mayoría de los cuales son musulmanes.

Veinte años después de que Estados Unidos invadiera Afganistán, deja el país en manos de los talibanes, una demostración de la percepción fallida de que aplacar a los grupos yihadistas los haría cambiar sus costumbres.

“De esto se trata la yihad, esta es su naturaleza y su esencia”, debería haber dicho el primer ministro Naftali Bennett a los estadounidenses.

La sola idea de que realizar concesiones a Hamás, eliminando el bloqueo y proporcionándole más suministros y fondos derivaría en un cambio positivo por parte de la organización terrorista, es una locura. Eso no va a suceder.

Hamás es parte del movimiento de los Hermanos Musulmanes, y su fundador, Hassan al-Banna, proclamó en 1938 que su lema es “industria de la muerte”.

Los ideólogos de Hamás han dicho en repetidas ocasiones que su objetivo es establecer un califato islámico que incluya a “las Américas grandes y pequeñas”, refiriéndose a Estados Unidos e Israel.

Me pregunto cuántas vidas inocentes más se perderán hasta que Occidente, el mundo académico, los medios de comunicación y la Casa Blanca se den cuenta de esto

Además, se debe tener en cuenta que Irán se ha convertido en un centro regional para el terrorismo.

La implacable carrera de Teherán para poner sus garras en las armas nucleares no es solo un problema para Israel u Occidente, sino para todos los musulmanes.

Todos, chiítas y sunitas, se convertirán en víctimas de su yihad.

En 2014, el autor estadounidense Sam Harris publicó un episodio en su podcast llamado “¿Por qué no critico a Israel?”

A pesar de que el episodio fue bastante crítico, Harris lo terminó con algunas palabras explosivas. “La verdad es que todos vivimos en Israel. Es solo que algunos de nosotros aún no nos hemos dado cuenta”, expresó.

Me pregunto cuántas vidas inocentes más se perderán hasta que Occidente, el mundo académico, los medios de comunicación y la Casa Blanca se den cuenta de esto.

Esperemos que no sea demasiado tarde.