Obama fija la democracia como eje de su política en Medio Oriente

20/May/2011

Obama fija la democracia como eje de su política en Medio Oriente

20-5-2011 Estados unidos. El presidente presentó un “Plan Marshall” de US$ 2.000 millones para Egipto
Idealista y liviano en soluciones. Así tildaron los analistas el esperado discurso que ayer pronunció Barack Obama en el que anunció la nueva estrategia de Estados Unidos en el mundo árabe, cuya “máxima prioridad” será el apoyo a las reformas democráticas. Obama presentó una propuesta de diálogo a israelíes y palestinos basada en el principio de seguridad por territorios sobre la base de las fronteras de 1967.
Esta iniciativa revisa el papel jugado por Estados Unidos durante décadas en Medio Oriente. El presidente trató la situación de cada nación envuelta en la primavera árabe por separado, marcando para cada caso la impronta del pensamiento estadounidense.
Obama anunció también un plan de ayuda económica para los países en transición democrática que incluirá, entre otras cosas, US$ 2.000 millones para Egipto en cancelación de la deuda externa y en garantías para préstamos.
Obama aludió directamente al presidente sirio, Bashar al Asad, al que dió la opción de “seguir la transición o quitarse de en medio”. Y cerró con una detallada explicación del conflicto Palestina-Israel, defendiendo en parte a los primeros sin dejar de apoyar a los segundos.
Obama pretende aprovechar una oportunidad histórica, en la estela de la ola de protestas que se expande por Medio Oriente y la muerte del líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, el pasado 1° de mayo.
Los cambios, una necesidad
Las exigencias de un cambio democrático en Medio Oriente abren un “nuevo capítulo” para la diplomacia de EEUU, según el presidente. Obama aseguró que las exigencias de cambio hacen “más importante que nunca” la necesidad de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
En un gesto hacia los reclamos palestinos, aseguró que “las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las líneas de 1967”, antes de la guerra de los Seis Días y que “el pueblo palestino debe tener el derecho al autogobierno, y a alcanzar su potencial, en un Estado soberano y contiguo”.
Al esbozar cómo concibe un futuro en el que convivan dos Estados, israelí y palestino, consideró que las fuerzas israelíes deberán retirarse gradual pero completamente de un Estado palestino que será “soberano y desmilitarizado”.
A su vez, el presidente advirtió a los palestinos contra los “esfuerzos por deslegitimar Israel” porque “acabarán en fracaso”, y se refirió de modo específico a la votación prevista para setiembre en la ONU para aprobar un Estado palestino.
Obama no ofreció, pese a todo, pasos concretos para conseguir que unos y otros regresen a la mesa de negociaciones, tarea cuyas complicaciones han quedado de manifiesto ante la dimisión, la semana pasada, del enviado especial estadounidense para la zona, George Mitchell.
Sí fue más preciso a la hora de proponer un plan de ayuda económica para los países que lancen reformas en Medio Oriente, al estilo “plan Marshall”, que comenzará aplicándose a los dos pioneros en la transición, Egipto y Túnez.
En concreto, anunció, Egipto se beneficiará de la condonación de US$ 1.000 millones de su deuda externa, a los que se sumarán garantías crediticias por valor de otros US$ 1.000 millones.
Obama dedicó el grueso del sudiscurso a subrayar el apoyo de su gobierno a los procesos de cambio en la región árabe. EEUU, aseguró, tiene más en común con el frutero que en Túnez encendió la chispa de los levantamientos al inmolarse en señal de protesta, que con los dictadores.
“Los acontecimientos de los últimos seis meses demuestran que las estrategias de represión ya no funcionan” y el cambio “no se puede negar”, indicó.
Aludió a la violenta represión en Siria, donde instó al presidente Al Asad a “liderar el cambio” o abandonar el poder, aunque no llegó a exigir su marcha.