Nuevo diálogo de paz por Medio Oriente

30/Ago/2010

El País, Daniel Herrera Lussich

Nuevo diálogo de paz por Medio Oriente

Nuevo diálogo de paz por Medio Oriente
Avance. Habrá conversaciones directas de israelíes y palestinos, con mediación de Obama
DANIEL HERRERA LUSSICH En WASHINGTON CORRESPONSAL PERMANENTE
El próximo jueves 2 de septiembre volverán a plantearse conversaciones directas entre Israelíes y palestinos. No habrá condiciones previas de ninguna de las partes. Los temas principales estarán libremente sobre la mesa de la Casa Blanca.
El paso para reanudar el espinoso diálogo, suspendido drásticamente en diciembre del 2008, “fue dado desde el inicio de la Administración Obama”, anunció oficialmente hace una semana la secretaria de Estado americana. Hillary Clinton fue clara en su reciente exposición ante el periodismo: “hemos trabajado con los israelíes y los palestinos y los asociados internacionales para avanzar en la causa de la paz global en Oriente Medio. En esas reuniones se incluyó, desde un principio, una solución de dos estados y las garantías de seguridad para israelíes y palestinos”.
El gobierno de Estados Unidos, después de las largas y difíciles conversaciones indirectas, invitó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y al presidente palestino, Mahmud Abbas, para relanzar las negociaciones directas con el fin de resolver todos los estatutos. “Nosotros creemos que pueden resolverse dentro de un año”, aclaró Clinton.
A su vez el presidente Barack Obama invitó al presidente Mubarak, de Egipto, y al rey Abdullah de Jordania, teniendo en cuenta sus papeles claves en todo este último proceso que culmina fijando las bases del encuentro. El mandatario americano mantendría reuniones bilaterales con los líderes, el miércoles 1º de septiembre, previo a una cena que ofrecerá con todos los invitados en la Casa Blanca. Estarán presentes asimismo, el representante del Cuarteto de Paz para Medio Oriente, (Unión Europea, EE.UU., Naciones Unidas y Rusia), Tony Blair.
En la conferencia ofrecida por Hillary Clinton conjuntamente con el embajador y delegado especial de Estados Unidos en Medio Oriente, George Mitchell, se puso énfasis en el papel fundamental que han jugado a lo largo de las múltiples reuniones el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, la ministro de Relaciones Exteriores de la UE, Lady Ashton y el canciller ruso, Lavrov.
¿Cuáles serán los temas que encabezarán la agenda del retorno a las conversaciones directas?
Según declaraciones de Hillary Clinton, sin un orden preferencial, se promoverá (“iniciativa para la cual se cuenta con buena disposición general”) la creación de dos estados, el existente de Israel y el palestino. (Israel ha promovido el estado Judío), la formalización de un “estatuto político para Jerusalén”, el retorno de palestinos en el exilio y garantías para la seguridad de Israel.
Todos estos complicados temas están mencionados en forma global, pero cada uno encierra una larga serie de exigencias, no por cierto de menor cuantía, que nadie duda protagonizarán desencuentros y prolongarán el fin de las conversaciones.
¿Qué ha determinado la fijación de un año de diálogo directo?
Fue primero Netanyahu, en su anterior visita a Washington, que impulsó la estimación de definir los temas en un plazo de un año, ratificado de inmediato por Abbas y el presidente Obama. Clinton, en sus últimas declaraciones expresó que “piensa que las negociaciones podrían concluir en un año exitosamente, pero por lo complicado de la agenda, muchos especialistas no esperan que se produzca fácilmente un acuerdo”.
En estos momentos hay optimismo de todas las partes. Y tanto Barack Obama como el Cuarteto de Paz podrían intervenir si se “trancaran las conversaciones en el correr del año. Harían el intento de allanar nuevamente el camino con proposiciones que se han ido trazando a nivel de sugerencias para los dos protagonistas sobre casi todos los problemas en discusión”.
Hay algunos aspectos que se sabe de antemano despertarán serias polémicas. Uno de ellos apunta al “compromiso asumido por Israel de congelar durante 10 meses” -se cumplen el 26 de septiembre- la construcción de asentamientos. Los palestinos se niegan a sentarse en la misma mesa si continúa la expansión de construcciones en Cisjordania. A su vez Netanyahu ha sido categórico: “se reconocerá el estado palestino desmilitarizado, con presencia del ejercito israelí en las fronteras”.
Pero los problemas no son de israelíes y palestinos enfrentados. Cada uno de ellos tiene serios inconvenientes internos.
Netanyahu no cuenta con sólidos respaldos. La coalición de gobierno abarca a ultranacionalistas, que se oponen en forma tajante a dialogar sobre el “status” de Jerusalen. El Primer ministro tendría que buscar un nuevo acuerdo con el partido centrista Kadima, más flexible a realizar concesiones para llegar a un acuerdo de Paz.
A su vez Abbas, entre los palestinos, sustenta una débil posición. Su mandato democrático ha expirado pero las elecciones no se han podido realizar por el desacuerdo existente entre su partido Fatah y el movimiento radical Hamás, el cual controla la franja de Gaza y se opone radicalmente a todo diálogo con Israel.