Naomi y Ruth: una narrativa femenina

14/May/2013

Tumeser, Rabá Sandra Kochmann

Naomi y Ruth: una narrativa femenina

Rabá Sandra Kochmann
El sexto día del mes de Sivan festejamos la fiesta de Shavuot, en la cual conmemoramos el recibimiento de la Torá en el Monte Sinai y también la recolección de los bikurim, los primeros frutos que eran llevados como ofrenda al Gran Templo de Jerusalem.
Estas dos celebraciones son dos de los motivos por los cuales leemos el libro de Ruth en esta festividad: La historia de Ruth se desarrolla en la época de la recolección de la cebada y se considera a Ruth como la primera persona que, habiendo nacido en otro pueblo, elige formar parte del pueblo de Israel aceptando la fe en su Dios, sus leyes y el compromiso con el destino común.
“Meguilat Ruth” -el rollo de Ruth- es uno de los únicos dos libros de la Biblia (junto con el de Esther) que llevan el nombre propio de una mujer. Parecería evidente que el libro de Ruth llevara el nombre de este personaje por su centralidad en la historia narrada, pero hay algunos comentaristas que incluyen a Naomi -la suegra de Ruth- como personaje no menos central e importante en esta saga. De hecho, ambas comparten alternativamente el papel de heroína principal del relato.
Una teoría[1] es que el libro de Ruth forma parte de cierta cultura llamada “cultura de mujeres”. Es decir, un conjunto de experiencias vividas por mujeres y narradas por mujeres, donde se pueden ver roles, actividades, funciones y reglas de comportamiento descriptos desde el punto de vista femenino. Esta “cultura de mujeres” no debe ser vista como un mundo aparte, sino que forma parte de la expresión narrativa de un grupo generalmente enmudecido o silenciado dentro de la cultura masculina dominante.
Siguiendo esta teoría, las mujeres no sólo formaban parte de la cadena de transmisión de la tradición oral, sino que también escribían textos. Hay quienes sugieren[2] que había grupos de mujeres que narraban historias populares a una audiencia también compuesta por mujeres, y el relato de Naomi y Ruth formaba parte del repertorio de narraciones de una de las mujeres de dicho grupo, probablemente una mujer anciana y sabia, con características similares a las de Naomi.
En este tipo de relatos se intenta narrar la historia de una forma que llegue a las mujeres de manera diferente a las narraciones tradicionalmente masculinas. Por ejemplo, la historia de Naomi y Ruth rompe con el estereotipo bíblico de la imagen de dos mujeres como rivales[3], como en los casos de Sara y Hagar, Rajel y Lea o Jana y Pnina. Por el contrario, Naomi y Ruth forman una pareja que es modelo de ayuda y respeto mutuo. Ellas se apoyan mutuamente en lugar de competir entre ellas y así demuestran de manera ejemplar cuán exitosa puede ser la cooperación entre mujeres.
Para lograr su objetivo, en este tipo de relatos se encuentran varios conceptos femeninos en lugar de los tradicionalmente masculinos: Por ejemplo, luego de la muerte de sus hijos, Naomi propone a sus nueras volver a las “casas de sus madres” y no a la de “sus padres”; o al final del libro, en lugar de quedar destacada la realidad deseada por Boaz y los hombres de Betlejem de crear una ilustre línea de descendencia con su nombre, las “vecinas” (también un grupo de mujeres) describen la situación diciendo que “un hijo ha nacido a Naomi” (Ruth 4:17), destacando que lo significativo del nacimiento del niño está definido por su relación con la abuela y no con el padre.
El relato de Ruth centra su atención en la compañía mutua y la realización personal. La benevolencia divina (hesed) se ve reflejada en sus protagonistas. Boaz es llamado “ish gibor jail”- “hombre de valor, virtuoso” (Ruth 2:1) y Ruth es llamada “eshet jail” – “mujer de valor, virtuosa” (Ruth 3:11) y ambos actuan con hesed, benevolencia. Este hombre, en su relación sensible hacia estas mujeres, no siente temor de ellas ni siente la necesidad de dominarlas. Él desea y es capaz de participar de manera sincera e incondicional en esta relación mutua, aunque la misma incluya tener un hijo “en nombre” de otro hombre para así asegurar la continuidad de la familia de ese otro hombre en la tierra prometida por Dios al pueblo de Israel. Una “mujer virtuosa” logra reconocer a un “hombre virtuoso” para iniciar con él una relación que asegure una continuidad de vida para su suegra y para su difunto marido, así como la seguridad personal para ella.
Como fue dicho anteriormente, si bien la “cultura de mujeres” permite ver el relato de Ruth desde un punto de vista femenino, la misma no implica una separación total de la tradición masculina dominante: La mujer aún necesita estar casada con un hombre para asegurarse una vida “tranquila” tanto económica como socialmente, y sólo el dar a luz un hijo de sexo masculino asegurará la continuidad de su descendencia y de la posesión de la tierra.
La fiesta de Shavuot también es llamada “Zman matan Toratenu”, el momento de la entrega de nuestra Torá. “Nuestra”: De las mujeres y de los hombres del pueblo de Israel. Todas y todos estuvimos en el Sinai. A todas y a todos nos la fue entregada. Que todas y todos podamos y sepamos recibirla respetando nuestras diferencias personales y de género, y de esa manera, confirmar nuestra igualdad.
¡Jodesh Tov!
[1]Dijk-Hemmes, Fokkelien van, “Ruth: A Product of Women´s Culture?” En: A Feminist Companion to Ruth, edited by Athalya Brenner. Sheffield: Sheffield Academic, 1993.
[2] E.F. Campbell, Ruth (AB, 7; Garden City, NY: Doubleday, 1975), p. 19.
[3] A. Brenner (ed.), A Feminist Companion to Genesis (The Feminist Companion to the Bible, 2; Sheffield: Sheffield Academic Press, 1993).