Mujica llamó a dejar el camino de las armas y la guerra

03/Sep/2010

El País

Mujica llamó a dejar el camino de las armas y la guerra

Mujica llamó a dejar el “camino de las armas y la guerra”
Distinción. Ayer recibió el Premio Jerusalem
“Lo tomo como un homenaje a mi pueblo”, fueron las primeras expresiones de gratitud del presidente José Mujica luego de recibir el Premio Jerusalem. Dijo que añora que el hombre deje “el camino de las armas y la guerra”.
En un acto al que asistieron los ex presidentes Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle, ambos receptores del Premio Jerusalem, así como otros políticos y personalidades de la cultura que lo recibieron, Mujica valoró “la lucha histórica del pueblo judío por haber mantenido la identidad en una diáspora a lo largo de tantos siglos”.
El Premio Jerusalem es una distinción que anualmente se concede a personas o instituciones que, en contexto de la lucha por la libertad en la sociedad actual, se hayan destacado en el ámbito cultural, político, económico, científico o humanitario.
La ceremonia con que se agasajó al presidente estuvo encabezada por la presidenta de la Organización Sionista del Uruguay (OSU), Laura Taragán; el presidente del jurado del Premio Jerusalem, Bernardo Olesker; y el embajador de Israel en Uruguay, Dori Goren.
CONVIVENCIA. Al acto no asistieron los ex presidentes Tabaré Vázquez, que se encuentra en el exterior, y Jorge Batlle, por razones de salud.
“Los pueblos deben aprender a convivir aún siendo distintos”, afirmó el presidente en sus palabras de agradecimiento por la distinción.
Mujica se sorprendió por la “constante” presencia de la guerra en el mundo, y dijo que para él el valor más grande es el de la vida. En tal sentido, dijo que en una ocasión cuando estuvo internado al borde de la muerte, se dio cuenta por primera vez de la importancia de las religiones, cuando pensó “lo diferente que es morir en paz que morir a secas”.
“Y lo dice alguien que no es creyente. La mía (religión) es la adoración a la naturaleza”, subrayó Mujica.
Reiteró su admiración al pueblo judío por sus luchas y sus sufrimientos, e indicó que los judíos “han sido parte constructora de esta nación”.
“¿Cómo no respetarlos o quererlos?”, preguntó.
Luego, reconoció que pertenece a un grupo que soñó “cambiar el mundo” y que un día se pusieron “una pistola al cinto”. “Y (ese grupo) añora que el hombre salga de la prehistoria y salga del camino de las armas y de la guerra. Esa es mi nueva religión”, subrayó Mujica, un ex guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional -Tupamaro (MLN-T).
Se comprometió “en lo que se pueda” a ayudar a construir paz y concordia en la sociedad. “Esa es la gran necesidad del mundo en que nos toca vivir”, añadió.
“Sería un cínico si no les dijera que si mañana tengo que ir a una mezquita musulmana iré con el mismo sentimiento de que los pueblos debemos aprender a convivir siendo diferentes. Y tal vez hace 30 años no lo hubiera hecho porque antes tuve que haber vivido las lecciones que me dio al vida”, reconoció el mandatario, de 75 años de edad.
Mujica dijo que se siente “orgulloso” de que en su gabinete haya tres “uruguayos, orientales, compatriotas, compañeros de origen judío”: Daniel Olesker (Salud), Roberto Kreimermann (Industria) y Ricardo Ehrlich (Educación). “Ellos están gobernando y demostrando desde este pequeño país al mundo que somos abiertos, y luchamos por una integración real. En este país nadie es más que nadie, y somos un país para convivir”, concluyó.
La Coral Aurora amenizó
El presidente José Mujica, su esposa Lucía Topolansky y varios miembros del gabinete asistieron a la ceremonia que tuvo una parte artística a cargo de la Coral Aurora, dirigida por la profesora Rosemarie Rodríguez. El grupo coral interpretó la canción hebrea “Al Kol Ele”, la pieza folklórica “A Don José” del maestro Ruben Lena, y “Ronda Catonga”, un candombe recopilado por Ildefonso Pereda Valdés.