Mimochi: un acto de amor hacia la infancia.

21/Feb/2024

Por Adrián Epstein, de CCIU

Mimochi surgió de un grupo de amigas que año a año, desde 2017, buscan hacer llegar a los niños uruguayos de bajos recursos, sus mochilas y útiles escolares que de otra manera sería difícil obtener. Para conocer más sobre este proyecto, hablamos con Deborah Durlacher, una de sus integrantes que nos contó todo sobre su historia, actualidad y perspectivas. La campaña 2024 culmina el viernes 23 de febrero.

Los siguientes son los medios para colaborar:

Podés regalarles la mochila completa para este año lectivo a través de Mercado Pago, o acercándote a cualquier centro de recepción y dejando una mochila con los útiles necesarios.

1 Minochi (1 mochila completa) 🎒♥️ https://mpago.la/2aV3i2i

2 Mimochis 🎒🎒❤️https://mpago.la/2svzjqX

5 Mimochis 🎒🎒🎒🎒🎒❤️https://mpago.la/33V9H6C

Cómo se inició Mimochi

Deborah: Mimochi comenzó en enero de 2017, éste es el octavo año de la campaña, con el fin de hacer algo por los niños. Como grupo de amigas, poder potenciar esa fuerza que teníamos y volcarla a la sociedad, haciendo algo por la infancia. Así es que surge el proyecto en una conversación de whatsapp en el verano de 2017.

Cuando nos pusimos a pensar que hacer concretamente se nos ocurrió que el comienzo de clases era un momento muy especial de la vida de nuestros niños, de nosotros mismos. Todos recordamos la emoción de un nuevo comienzo, esta nueva oportunidad, y la emoción all estrenar un cuaderno, un marcador, y como esa magia que compartimos con nuestros hijos era tan lejana para tantos niños y niñas de nuestro país. Ese envión, esa oportunidad ese empujón de empezar una etapa con esperanza, con ilusión y sabiendo que alguien se preocupa por ellos. Así que de esa forma fue que se concretó la idea con el objetivo de alcanzar un mimo y una mochila para todos los niños.

De esta forma, no solamente estaríamos apoyando a miles de niños y niñas (porque ya son más de 20000), sino que también educando en solidaridad, a nuestros hijos, a las escuelas que participan, a las familias, a las empresas, que con cualquier acción, por más pequeña que sea, uno puede tener un impacto positivo en el mundo en que vive.

¿Quién integraba Mimochi en su origen? ¿Cómo hacer para integrarse?

Deborah: El proyecto nace de un grupo de amigas que fuimos todas integrantes de la tnuá Habonim Dror, una amistad que trascendió para toda la vida. Originalmente éramos Gaby Fleiss (Z’L), Patty Albojer, Nathalie Macadar, Patricia Rachjnudel, Rosina Singer, Noemí Geppert (que hizo aliá) y quien te habla Debby Durlacher. Cambios tenemos todos los años, hoy estamos trabajando codo a codo con Involucrate y Un Granito de Arena, dos ONG que trabajan en temas de voluntariado y de infancia que colaboran estrechamente con nosotros. Voluntarios se suman todos los años en diferentes modalidades, por ejemplo colaborando en jornadas de armado de mochilas, entregando materiales, etc., y esto va cambiando también año a año.

¿Cómo se seleccionan los grupos que serán adjudicatarios?

Deborah: Nosotros no entregamos mochilas a individuos particulares sino que siempre trabajamos a través de instituciones, merenderos, fundaciones, escuelas, etc., para asegurarnos el correcto uso de las mochilas y que haya un contexto educativo en el que se trabaje sobre solidaridad, sobre responsabilidad, y que no sea solamente una mochila fría que llega al niño. Las instituciones deben anotarse en el listado que tenemos disponible, se estudia cada una de ellas y, a medida que vamos alcanzando el objetivo de completar las mochilas, vamos avisándoles a las instituciones que las recibirán (que son de todo el país).

Sobre Gabriela Fleiss

Deborah: Gaby fue una de las fundadoras y creadoras del proyecto. Algo de lo que siempre recordamos de ella, es que fue la promotora de que cada mochila tenía que traer, además de los materiales tradicionales –cuadernos, marcadores, tijeras, cartucheras, etc.- un libro de cuentos. Para poder llevar a los niños lo lúdico, la imaginación, la lectura, el compartir ese libro con el resto de la clase. Realmente ha sido algo muy importante del proyecto, tenemos editoriales con donaciones muy importantes todos los años; recuerdo siempre a Gaby disfrutando cuando revisaba las mochilas, para saber con qué librito venía cada “mochi”, poniéndose a leerlo como si fuera para ella, y descubriendo joyitas entre los libros. Esto ha sido un sello de Gaby que acompaña cada mochila hasta el día de hoy.

Nuevos desafíos

Deborah: Se me ocurren desafíos en diferentes frentes. Por un lado, el desafío de poder atender a las necesidades de todos los chicos que nos llegan; es un gran desafío que tenemos siempre por delante. Actualizarnos en cuanto a la comunicación para poder llegar al público ya que los medios van variando: primero era solamente Facebook, luego whatsapp, Instagram, obviamente a futuro será Tik Tok y algún otro más que debamos incursionar. También los centros de recepción, lo que en un principio eran las familias llevando la mochila que había preparado con tanto amor para otro niño, hoy en día tenemos importantes donaciones a través de empresas o de Mercado Pago también, gente que prefiere apoyar la causa desde el teléfono y en un instante puede hacer un pago y donar una mochila completa que sabe que va a ser destinada a un niño. Entonces, constantemente estamos enfrentando desafíos de comunicación, de cómo llegar a la gente, de cómo alcanzar los objetivos,

Anécdotas o recuerdos.

Deborah: Las anécdotas son muchísimas. De cada entrega, hay una anécdota que nos queda grabada. La sonrisa de los niños y el valorar cosas muy pequeñas, cosas que nosotros damos por sentadas, y que tantos niños de nuestro país no logran acceder, como una regla, un cuaderno nuevo, marcadores, como el librito de cuentos; las caritas de sorpresa de esos niños, los abrazos de agradecimiento de sus padres, de las maestras, el esfuerzo de maestras a lo largo de todo el país, que son superhéroes, porque con muy pocas herramientas hacen magia. Son cosas que emocionan hasta las lágrimas.

Mi anécdota favorita: habíamos ido al barrio Casabó a entregar mochilas a toda una escuela; yo fui con una camisa blanca. Cuando llegué a la oficina, me fui directo a trabajar y me di cuenta que mi camisa blanca estaba entre gris y marrón, lo cual atribuía a haber cargado las cajas de las mochilas, bajarlas de los camiones y entregarlas a los niños. Trabajé todo el día y cuando llegué a mi casa, miro la camisa y me doy cuenta que no eran marcas de cajas, eran pequeños deditos los que tenía en mi camisa, marcas de abrazos al recibir las mochilas. Fue algo hermoso, no enmarqué esa camisa pero debí haberlo hecho, y la recuerdo y sonrío porque eran todas esas marcas de manitos que reflejaban la emoción, la alegría, el agradecimiento, que hace que este trabajo sea un regalo para nosotras. Y esos abrazos gracias a todos los que lo hacen posible porque Mimochi es posible porque cada una de las personas, familias, empresas que deciden colaborar y cada una de esas acciones se traduce en un mimo para un niño de nuestro país.

Cómo colaborar

Deborah: Hasta este viernes 23 de febrero, los centros de recepción estarán recibiendo mochilas (que pueden o no ser completas), útiles, que pueden ser nuevos o usados siempre y cuando estén en perfectas condiciones, que luego nosotros revisaremos y completaremos las mochilas si falta algún material. También pueden donar una mimochi a través de Mercado Pago. Tenemos todavía varias instituciones en lista de espera que esperamos en estos días poder concretar las donaciones y darles la buena noticia de que van a empezar el año con la mochila y el mimo que ya pasa a ser costumbre desde hace 8 años. Un abrazo y muchas gracias por el espacio.