Los atentados en Jerusalem y la lucha israelí contra el terror

01/Feb/2023

El País- por Yoed Magen, Embajador de Israel en Uruguay 

El País- por Yoed Magen, Embajador de Israel en Uruguay 

Los últimos atentados sangrientos perpetrados por terroristas, que cobraron la vida de 7 israelíes y dejaron a varios heridos, constituye una escalada en la actividad terrorista contra Israel. La comunidad internacional condenó en general esos actos, a pesar de que algunos hayan vinculado estos alevosos ataques contra inocentes israelíes con el operativo llevado a cabo por Israel para eliminar una célula terrorista en Yenin. Crédito foto: Estefanía Leal.

Israel es el único Estado miembro de Naciones Unidas cuya seguridad y soberanía son permanentemente desafiadas por los palestinos y otros, quienes no aceptan nuestra presencia en el Medio Oriente. Lo demuestra su rechazo al plan de partición de la ONU en 1947 y a posteriores propuestas de paz, además como evitar a toda costa al diálogo político con Israel.

Durante décadas los árabes intentaron vencer a Israel a través de las guerras, en una de las cuales, la de 1967, perdieron el control sobre los territorios que los palestinos reclaman hoy de Israel para su Estado. Israel ha mostrado disposición de negociar a pesar de las negativas de la contraparte.

Lamentablemente los palestinos han acudido al terrorismo como método de lucha contra Israel, primero la OLP y luego Hamas y la Yihad Islámica. Su objetivo inmediato es matar israelíes, causar caos y sufrimiento, desestabilizar la seguridad del país y eventualmente llevar a cabo la destrucción de Israel, tal como lo establece la carta fundacional de Hamás de 1987.

Frente al terrorismo, el Estado judío tiene el derecho y obligación de defender a su población. En este marco y para proteger a los civiles de los cohetes lanzados desde Gaza, fue creado el sistema anti-misiles “cúpula de Hierro” y se han construido refugios antiaéreos. Paralelamente las fuerzas de seguridad de Israel han estado enfrentando al terror de manera continua y precisa, haciendo el máximo esfuerzo para evitar daños a civiles no involucrados.

Por su lado, los terroristas palestinos utilizan tácticas que constituyen crímenes de guerra. Se ocultan en centros poblados poniendo en riesgo deliberadamente la seguridad de civiles, utilizándolos de manera cínica como escudos humanos.

La Autoridad Palestina (AP) no puede lavarse las manos. Los atentados en Jerusalem son el resultado directo de la incitación por parte de las organizaciones terroristas, con la silenciosa bendición de la AP. Esta sigue financiando los salarios de las familias de los asesinos, alentando de esta manera el terrorismo. Asimismo, le coloca a calles y rotondas nombres de terroristas, glorificándolos ante la opinión pública.

El hecho que el sábado anterior en Jerusalem un adolescente palestino de 13 años disparara contra civiles israelíes causando heridas a 2 transeúntes, se debe a la permanente incitación al odio contra Israel. Las organizaciones terroristas adoctrinan a los jóvenes, incluso usando “fake news” e incitan en las redes sociales en las que también enseñan cómo asesinar israelíes inocentes.

Los terroristas no necesitan un pretexto para atacar. Lo hacen cuando tienen la oportunidad y la posibilidad. Los atentados en Jerusalem no fueron producto de la operación israelí en Yenin, como insinuaron aparentemente algunos países en el debate del Consejo de Seguridad, sino el producto de dicha incitación.

Esta lucha justa de Israel contra el terrorismo no se puede equiparar ni moral ni éticamente con las acciones de los terroristas palestinos. Mientras que el primero busca matar civiles, el segundo trata de impedirlo. Los terroristas quieren lograr su objetivo final de destruir a Israel, nosotros hacemos lo posible para frustrar esta intención.

El terror palestino sigue siendo el mayor enemigo de la paz. Israel intenta erradicarlo para mejorar las condiciones para un diálogo político. Cuando se consideran en forma similar las acciones de defensa de un Estado con el terrorismo, no sólo se comete una injusticia con los asesinados sino también se premia al terror.