Líbano: Cuestionamiento doloroso

17/Ago/2010

Líbano: Cuestionamiento doloroso

La República
OPINION INTERNACIONAL
LIBANO : CUESTIONAMIENTO DOLOROSO
EN LAS ULTIMAS SEMANAS SE HAN MULTIPLICADO LOS SIGNOS DE NERVIOSISMO DE HEZBOLLAH FRENTE A LOS RUMORES DE QUE EL TRIBUNAL ESPECIAL PARA EL LIBANO CREADO POR LAS NACIONES UNIDAS, TENDRIA PRUEBAS PARA ACUSAR A LA ORGANIZACION POLITICO-MILITAR SHIITA ALIADA A SIRIA E IRAN, DE ESTAR IMPLICADA EN EL ASESINATO DEL EX PRIMER MINISTRO LIBANÉS RAFIC HARIRI Y SU COMITIVA EL 14 DE FEBRERO DE 2005.
Egon Friedler
Las maniobras de su líder, Hassan Nasrallah, han sido múltiples: desde descalificar a la organización y negar su legitimidad a proponer fórmulas sustitutivas que le quitarían autoridad jurídica. Pero cuando nada de esto resultó, encontró la fórmula dorada : acusar a Israel del asesinato de Hariri.
En la prensa libanesa, que todavía sigue siendo la más libre del mundo árabe, hubo varias reacciones críticas y escépticas frente a esta maniobra del líder de Hezbollah, pero sin duda la más elocuente y al mismo tiempo la más dolorosa fue la del prestigioso periodista Michel Young, editor de opinión del diario “The Daily Star”. Creemos brindar un importante aporte informativo a nuestros lectores con la traducción de fragmentos substanciales de este singular documento que es un verdadero réquiem por la nuevamente perdida independencia del Líbano.
El artículo de Young se titula “Hassan Nassrallah: una guía a la pérdida de la memoria” y comienza en estos términos: ” Cabe expresar asombro ante el desprecio del secretario general de Hezbollah hacia todos nosotros, si espera que creamos su declaración del lunes pasado de que Israel estuvo detrás del asesinato de Rafic Hariri, el ex primer ministro. Sin embargo, en alguna medida ese desprecio parece estar justificado por el hecho de que demasiados libaneses le creyeron, al mismo tiempo que mantuvieron una actitud de torpe letargo ante la rápida erosión de la ya de por sí disminuida soberanía del país”.
“¿Merecemos la independencia los libaneses? Es un tema para reflexionar. Israel ha matado a mucha gente en el Líbano y seguramente matará a más, pero sería degradante para nosotros aceptar la reinterpretación del asesinato de Hariri hecha ahora por Nasrallah. Tendríamos que creer que Siria no amenazó a Hariri en 2004, que no le preocupó la resolución 1559 por la cual responsabilizó parcialmente a Hariri, que no controlaba los órganos de seguridad libaneses en 2005 y que no nombraba a todos los jefes de los aparatos de inteligencia y seguridad. Tendríamos que olvidar que esas agencias hicieron todo lo posible por borrar las huellas que pudieran ser encontradas en la escena del asesinato, que Hezbollah trató de ahogar el movimiento de emancipación organizando una manifestación de carácter intimidatorio el 8 de marzo de 2005 con la clara intención de defender la presencia de Siria en el Líbano y que virtualmente todos los que fueron asesinados después de Hariri (para no mencionar a Marwan Hamadeh, que había escapado a un intento de asesinato antes) eran críticos de Siria”.
Después de cuestionar una serie de detalles polémicos en la exposición del dirigente shiita, Young escribe : “Habría que olvidar demasiadas cosas para creer la teoría de Nasrallah, pero esto es precisamente lo que el secretario general está reclamando. El quiere que el Líbano, y sobre todo su primer ministro, olvide las abrumadoras pruebas del pasado y que permita enterrar al Tribunal Hariri como si el asesinato nunca hubiera ocurrido. Culpemos a Israel, nos dice Nasrallah, de este modo podremos vivir en la feliz armonía de la amnesia”.
“Sin embargo, más allá de la política, ¿qué es lo que todas estas maniobras en torno al Tribunal nos dicen sobre nosotros como libaneses? En un sistema y una sociedad en la que impera la ley y la justicia, el espectáculo de Nasrallah hubiera sido imposible, del mismo modo en que hubieran sido imposibles el viaje de Hariri a Damasco o las declaraciones contradictorias de Walid Jumblatt ante el tribunal”.
“Extraviados en nuestras teorías conspirativas y nuestras divisiones, estamos dispuestos a creer cualquier cosa ridícula y rechazamos todo aquello sobre lo cual tenemos pruebas claras. Hay quienes, sin ser seguidores de Hezbollah, creen que Nasrallah presentó un testimonio serio esta semana. Si es así, ya sería hora de admitir que el Líbano no merece nada mejor que estar dirigido por una milicia armada o por un poder autocrático extranjero”.
“En su encuentro con Ban Ki Moon, el presidente sirio Assad ofreció este juicio sobre la sociedad libanesa: “En el Líbano, las divisiones y los conflictos religiosos tienen un profundo arraigo desde hace más de 300 años. La sociedad libanesa es muy frágil. Los años más tranquilos fueron aquellos en que hubo tropas sirias en el país. Entre 1976 a 2005 el Líbano fue un país estable, mientras que ahora existe una gran inestabilidad”.
“Si los libaneses pueden soportar este juicio desdeñoso y todavía abrazar al hombre que lo hizo, entonces Assad hizo bien en elogiar los años de dominación militar siria. Estamos en vísperas de un retorno de Siria y los libaneses parecen vivir en la feliz inconsciencia de no comprender el significado de este hecho, porque en nuestra locura estamos fascinados por un show por el cual terminaremos por pagar un alto precio”.
Hasta aquí el duro cuestionamiento de Michel Young. Sin duda, augura que al atribulado y hermoso país de los cedros le esperan momentos muy difíciles.