Las presiones internas son los enemigos de Netanyahu y Abbas

23/Ago/2010

El Observador

Las presiones internas son los enemigos de Netanyahu y Abbas

LA CONSTRUCCIÓN DE COLONIAS EN JERUSALÉN ORIENTAL ES OTRO OBSTÁCULO
Las presiones internas son los enemigos de Netanyahu y Abbas
La OLP deberá enfrentar a los radicales y el gobierno israelí a los socios de ultraderecha
Tras más de año y medio de estancamiento, israelíes y palestinos retomarán en dos semanas un diálogo de paz directo impulsado por EEUU que les exigirá hacer grandes concesiones para llegar a buen puerto.
Ambas partes llegarán a la reunión el próximo 2 de setiembre en Washington recelosas una de la otra y tendrán que dominar la presión interna que van a sufrir para no hacer concesiones o, incluso, para abandonar la negociación.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) aceptó la pasada madrugada la invitación que hizo el viernes la secretaria de Estado, Hilary Clinton, para la reanudación de negociaciones directas, tres meses después de que ambas partes iniciasen un diálogo indirecto con la mediación del enviado especial estadounidense George Mitchell.
Sin embargo, la OLP, que encabeza el presidente palestino, Mahmoud Abbas, advirtió de que si Israel no cesa todas las actividades de construcción en las colonias en “todo el territorio palestino ocupado” (es decir, incluido Jerusalén Oriental) esto supondrá “una amenaza para la continuación de las conversaciones directas”.
Por el momento, está en vigor una moratoria parcial a la construcción en las colonias judías en Cisjordania, que declaró el primer ministro, Benjamín Netanyahu, por un plazo de ocho meses y que el gobierno israelí ha reiterado que no renovará cuando toque a su fin el próximo 26 de setiembre.
Fuentes palestinas cercanas a la negociación dijeron a la agencia Efe que la OLP contempla abandonar el proceso de paz en esa fecha si la moratoria no se prorroga. También lo harán si se aprueban nuevas construcciones en territorio palestino mientras se negocia.
El proceso de paz permanece estancado desde diciembre de 2008, tras la operación militar israelí Plomo Fundido contra Gaza.
Fragmentación palestina. La decisión palestina de reanudar el diálogo con Israel ha recibido ya serias críticas internas.
Mustafa Barghuthi, secretario general del partido Iniciativa Nacional Palestina, aseguró que el que las negociaciones se reanuden “sin pre-condiciones”, tal como anunció Clinton, es “vergonzoso” porque supone aceptar totalmente la posición israelí.
El movimiento islamista Hamas, que gobierna en Gaza, repudió el regreso al diálogo. “Rechazamos la propuesta de EEUU. Sus consecuencias no serán cumplidas por nuestro pueblo”, dijo en un comunicado Sami Abu Zuhri, uno de los portavoces de Hamas en Gaza. También hay que sumar el rechazo del Yihad islámico a la decisión de la OLP, que ha calificado de “una rendición ante un edicto estadounidense para servir a los intereses de Israel”.
Gobierno en peligro. En Israel, el gobierno de Netanyahu aceptó de inmediato la invitación de la Casa Blanca. El inicio de negociaciones serán un respiro tras año y medio de deterioro de la imagen del país en la esfera internacional, seriamente dañada por la operación militar contra Gaza, la ampliación de colonias y otros incidentes como el asalto a finales de mayo a la Flotilla de la Libertad, en el que un comando israelí mató a nueve militantes turcos.
Pero el jefe del gobierno israelí también se tendrá que enfrentar a fuertes presiones internas una vez esté sentado en la mesa de negociación, las más inminentes entre ellas las demandas de los colonos y la extrema derecha para que, tal y como prometió, permita reanudar a finales de setiembre la edificación en los asentamientos judíos en Cisjordania.
Las concesiones a los palestinos podrían hacer resquebrajarse la coalición de gobierno que preside Netanyahu, que también tendrá que enfrentarse a las presiones de EEUU para que el proceso de paz llegue a buen puerto. (EFE)