La Noche de los Cristales Rotos

22/Nov/2011

La Noche de los Cristales Rotos

HISTORIA DE LA HUMANIDAD Escrito por: Dari Mendiondo Bidart Analista
Lunes 21 de noviembre de 2011
Para la rememoración de esa noche siniestra en la historia de la humanidad, nunca es tarde y siempre hay que tener la memoria vigilante, porque los huevos de la serpiente están, así como las fuerzas y los espurios intereses que en su tiempo generaron una ola de antisemitismo en Europa en las décadas del 20 y del 30, lo cual desencadenó el fascismo en Italia con Mussolini, luego Hitler en Alemania, y por supuesto Franco, que con un motín fascista derrotó a la primera república elegida por el pueblo, en 1931. Ello significó que hubiera un millón de españoles muertos; entre esos muertos hubo muchos uruguayos, civiles y militares, que fueron a combatir en defensa de la República española. Se puede decir que la humanidad ha ofrendado en la lucha por la democracia, en la lucha contra el nazismo y el fascismo, más de sesenta millones de muertos. Y todo tuvo un origen que se dio precisamente en Alemania, donde el ministro del Interior acaba de reconocer un resurgimiento de células nazis, particularmente en el Este de Europa, es decir desde la antigua Prusia Oriental, y ¡oh ironía! en la ex República Democrática Alemana (RDA).
Siempre hay que recordar a Émile Zola en su defensa del capitán Dreyfus, quien, entre otras cosas, fue condenado a la persecución y a una pena infame por ser judío; aunque más tarde se abrió el camino de la verdad.
El antisemitismo en Europa se manifiesta hoy también en otras formas: en la persecución de los africanos; en la titulación de “cabecitas negras” a los inmigrantes; en el apaleo y muerte de turcos, latinos, marroquíes, ya sea en Italia, en Francia, en Inglaterra y también en España, todo ello por el solo hecho de ser inmigrantes y diferentes. Esa es una forma reaccionaria de actuar contra sus semejantes por el hecho de ser distintos y de tener cierto color de piel.
El racismo es la manifestación de una ideología, no es un sentimiento, es una ideología que se forja en el odio y que concibe el desarrollo de la humanidad a través de la violencia, la discriminación y el absurdo de sentirse superior. En realidad es el cultivo de los bajos instintos. Nunca tan cierta la frase de Bertolt Brecht: “Al principio vinieron, y era por los judíos. Después vinieron” ­estamos hablando de la Gestapo, de la SS­ “y era por los comunistas. Después vinieron y era por los demócratas. Luego, cuando golpearon mi puerta, ya era tarde”.
Para los poco memoriosos vale la pena recordar que en nuestro país ha habido células nazis, que en nuestro país hay una historia de defensa, de lucha por las ideas democráticas y republicanas, de solidaridad con los aliados (con el ejército inglés, con el francés, con el soviético, con el norteamericano) cuya alianza permitió derrotar al nazismo, derrotar también a Mussolini con el desembarco en el Sur de Italia, donde participaron fuerzas brasileñas, y así derrotar al eje, que también integraba Japón.
Hemos asistido a un proceso de la humanidad en el cual se quiso barrer con las conquistas democráticas, con las instituciones, con las leyes establecidas y elegidas por el pueblo, levantando banderas de persecución racial, de persecución religiosa, como fueron el antisemitismo, el anticomunismo y el antibolchevismo, como se decía en aquel momento.
Cabe recordar, siempre hay que tenerlo presente, que buena parte de la campaña terrorista de la dictadura uruguaya iba enancada de lo antisubversivo. Ya sabemos que los subversivos eran la oposición política, las ideas progresistas, las posturas democráticas y republicanas.
En nuestro país han existido organizaciones nazi-fascistas en la década del 40; trataron de que esas ideas fuesen impuestas en Uruguay y para eso se organizaron, para eso trabajaron. Ante tal suma de acciones hubo que legislar en el Parlamento nacional, hubo que declarar a esos movimientos como subversivos de la democracia.
Quiero reflexionar siguiendo a Bertolt Brecht, cuando lleva al teatro esa magnífica obra “El irresistible ascenso de Arturo Ui”, en la que grafica cómo un lumpen, un desclasado, llegó al máximo del poder. ¿Y qué podía generar esa personalidad sino horror, odio, violencia, destrucción?
Por lo tanto, quiero con este artículo introducirme en la memoria, en la reflexión, en la solidaridad y también condenar a aquellos que niegan el Holocausto, porque ¡hay quienes lo niegan! a nivel de boliche, quizá por ignorancia o desconocimiento, pero hay quienes niegan el Holocausto por razones ideológicas, porque sienten que el problema de la humanidad es de razas o religiones, cuando el problema de la humanidad no es de razas ni religiones sino de cómo el hombre distribuye mejor la riqueza que acumula. Ese es el problema de la humanidad y en esa dirección hay que empujar.
Ha demostrado la historia una y mil veces que solamente mediante la democracia se pueden lograr esos objetivos. Por más que las formas ajenas a la democracia levanten sus pendones diciendo que el suyo es el camino para resolver el problema del hombre, no es así. La vida ha demostrado que solamente con la democracia, con las instituciones democráticas, con la gente eligiendo, con la gente decidiendo, podemos resolver los problemas sociales de la humanidad, y la defensa de los derechos del hombre y del ciudadano.