La mayoría de los sectores del Frente Amplio condenaron a Gadafi; el Movimiento de Participación Popular (MPP) solicitó más tiempo

03/Mar/2011

Búsqueda

La mayoría de los sectores del Frente Amplio condenaron a Gadafi; el Movimiento de Participación Popular (MPP) solicitó más tiempo

Desde que el 15 de febrero de este año estalló en Libia una revolución contra el gobierno de Muamar el Gadafi, en el poder desde 1969, hay muertes todos los días. La discusión es si rondan el millar o si llegan a los 6.000, según la organización que se consulte. La situación que se vive en ese país, que se suma a los cambios que se produjeron semanas atrás en Túnez y Egipto, fue rechazada por el gobierno uruguayo, aunque su fuerza política, el Frente Amplio, aún no pudo fijar una postura única para condenar los hechos.

La revolución que llevó al poder al ahora jaqueado mandatario al final de la década de los 1960 fue recibida con entusiasmo por la izquierda uruguaya. Pero en 40 años la mayoría de sus grupos cambiaron esa visión y sólo el Movimiento de Participación Popular (MPP) evitó criticar a Gadafi. Es que los tupamaros a fines de la década de los 1980 tuvieron contacto con su gobierno. En el libro “Donde hubo fuego”, del politólogo Adolfo Garcé, se indica que en setiembre de 1989 una delegación de tupamaros que viajó a Libia para participar en los festejos por los 20 años del régimen recibió entrenamiento militar. Este último dato fue luego relativizado por dirigentes tupamaros. Pero en el libro “Cero a la izquierda”, de Federico Leicht, se informa que el hoy ministro de Defensa, Luis Rosadilla, junto con Arturo Dubra, Julio Marenales y Jorge Zabalza, viajaron a Libia en procura de nuevas fuentes de financiamiento. Zabalza afirmó que su objetivo era recibir entrenamiento, pero que eso no se concretó.

“Tuvimos una relación con el proceso político” con el gobierno de Gadafi, dijo a Búsqueda el senador tupamaro Ernesto Agazzi. “Fueron compañeros y nos hicieron informes. Recorrieron zonas con nuevas instalaciones de riego, visitaron universidades y nos trajeron la visión de la importancia de la religión. Eso fue hace 15 años, después no hemos seguido con ese contacto político”, explicó.

Agazzi sostuvo que el proceso de Libia es “bien diferente” al de Egipto y Túnez. “No es parte de la ola de movilizaciones de jóvenes desocupados o de la gente que está soportando condiciones políticas muy adversas –aseguró-. En realidad, Libia hace muchos años que invierte fuerte en ciencia y tecnología, tiene un sistema educativo con prestigio y ha hecho cambios en su aparato productivo desde los años ’70. El problema es más político. Libia ha estado condenada por los Estados Unidos. La situación es muy delicada, por la posición que están teniendo gobiernos extranjeros que están diciendo que hay que invadir Libia”.

Si bien aclaró que su sector no tiene una posición tomada, afirmó que le “preocupa mucho la situación de los ciudadanos libios, la situación de los derechos humanos, que haya un baño de sangre entre quienes quieren cambiar las cosas y el gobierno que se quiere defender. No debe ser esa la manera en la que se deben dirimir los conflictos internos”.

El lunes 28, a instancias del MPP se postergó la aprobación de una declaración de condena al gobierno de Libia que fue presentada por la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (Carifa).

El representante del MPP en la Mesa Política del FA Heber Bouses dijo que en la reunión plantearon que en el proyecto de declaración no se contemplaba toda la situación del norte de África y Medio Oriente. “No nos oponemos a la declaración, pero no se puede perder de vista el contexto”, señaló Bouses. Una postura similar manifestaron los delegados “de base” del interior.

En paralelo, la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L), sector que integra Rosadilla y que lidera el senador tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro –no forma parte del Frente Amplio pero presentó su aspiración de hacerlo- tampoco se pronunció de manera institucional sobre el conflicto en Libia.

Autocráticos. Pero los otros sectores del Frente Amplio tienen una postura distinta. El senador del Partido Comunista, Eduardo Lorier, dijo que no hay que hablar sólo de la situación de Libia sino tener en cuenta además los casos de Egipto, Túnes, Yemen, Jordania y Bahrein. “En ese cuadro hemos apoyado los procesos democratizadores”, dijo. “Son países autocráticos con políticas neoliberales todos ellos y con grandes problemas de distribución de la riqueza”, añadió.

Lorier afirmó a Búsqueda que “hace mucho tiempo” que la izquierda no tiene una relación con Libia. Ese país, sostuvo, “hizo alianza con la Unión Europea y Estados Unidos. Hace mucho rato que Gadafi dejó de ser aquel Gadafi”.

En tanto, el Frente Líber Seregni (FLS) –un grupo en el que confluyen Asamblea Uruguay, Alianza Progresista, el Nuevo Espacio y Banderas de Líber- emitió un comunicado el viernes 25 en el que “condena” la “criminal represión” del “régimen opresivo y antidemocrático de Muamar el Gadafi”, que “se mantiene en el poder desde hace muchas décadas recurriendo a groseras violaciones de las libertades y los derechos humanos”.

“Estos grandes movimientos populares de rebeldía civil que comenzaron en Túnez, se extendieron a Egipto y que ahora alcanzan su máxima violencia en Libia y se manifiestan en otros países de la región, son el resultado de la existencia de regímenes antidemocráticos, que se han perpetuado en el poder durante décadas, que además aplicaron en los últimos meses políticas de duro ajuste antipopular en sus economías que preservan diferencias sociales escandalosas, donde las cúpulas en el poder y sus socios amasan fortunas gigantescas y millones de personas viven en la pobreza y en la falta de expectativas y esperanzas”, se agrega en la declaración.

El FLS sostiene que en este tema no se puede hacer “ni especulaciones ni mantener silencios cómodos y cómplices”. Sin perjuicio de ello, rechazó las “soluciones militares impuestas” por países que se “presentan como defensores de la democracia, pero que detienen esos principios en las puertas de las refinerías de petróleo e impulsaron alianzas y respaldos a estos regímenes de manera expresa”.

El Partido Socialista, por su parte, emitió el sábado 26 una declaración en la que expresa su “apoyo a la rebelión del pueblo libio por la libertad y la democracia contra la dictadura” de Gadafi. Al igual que el FLS, los socialistas rechazaron “cualquier tipo de intervencionismo” en ese país y, a su vez, calificaron como “violaciones a los derechos humanos” los “asesinatos” cometidos en los últimos días por el gobierno libio.

Declaración. En tanto, el Senado discutirá la semana próxima una declaración en la que “condena” todo “acto de violencia” que suponga la “violación de los derechos humanos”. Además, en el proyecto de declaración se expresa su “solidaridad con los pueblos” de los países en conflicto y su respaldo a las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre el tema. El texto fue redactado por el senador Sergio Abreu (Alianza Nacional) y ya cuenta con el apoyo de legisladores del Partido Nacional, del Partido Colorado y de los frenteamplistas Alberto Couriel (Espacio 609) y Carlos Gamou (Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad).

La semana pasada el gobierno uruguayo condenó la represión de las protestas contra el régimen libio. El canciller Luis Almagro expresó a Búsqueda su “condena” al gobierno de Libia porque decidió “disparar contra su propio pueblo” por “manifestar pacíficamente exigiendo reformas democráticas”.

En el resto de América Latina, en tanto, el presidente de Venezuela, Hugo Chávezx, respaldó a Gadafi, mientras que el ex presidente cubano Fidel Castro no condenó al gobierno libio sino que, dijo, esperará un “tiempo” para pronunciarse.