La justicia social y el derecho

28/Jul/2010

Valores en el judaísmo

La justicia social y el derecho

Por el rabino Dr. Mordejai Maarabi (*)

La fe del pueblo judío conjuga las ideas de estudio y acción. Estudio para la acción. Por lo tanto, el conocimiento de la Ley presupone la realización de tareas que, lejos de marcar un ideal y delinear los horizontes de una tradición religiosa, propongan la ejecución constante de principios y valores que sustenten el diario vivir. El diario convivir. “Lo le-tohu beraá, lashebet ietzará” afirmaban los sabios del Midrash1 cuando miraban una y otra vez la Obra de la Creación. Afirmaban los maestros del judaísmo que El Todopoderoso ‘no creó este mundo para que se mantenga siendo un vacío y un desorden, sino que para ser habitado lo formó’.

Así entonces, la Palabra creadora trajo al universo la Palabra educadora. Una guía y un orden. Guía para la conducta, orden para continuar creando a la ‘imagen y semejanza de D’s’.

A la luz de nuestros patriarcas –“quienes observaron cada precepto de nuestra Torá”- es que iluminamos los hechos cotidianos, aprendiendo a ser. Aprendiendo a hacer…

1. La justicia social y el derecho‘Tzedaká u-Mishpat’ son los primeros valores que deseamos rescatar para transitar nuestro camino.Llamamos a la ‘Tzedaká’ –el arte del saber dar de sí lo que que se debe-, como justicia social.‘Mishpat’ significa el juicio tribunalicio. Aquella justicia que imparte el derecho y que sin ella, nuestro mundo no es posible.

Abraham es el pionero. El estandarte que guía nuestro camino. “Porque Lo conozco”, afirma D’s, “por cuanto habrá de ordenar a sus hijos y a su casa en pos de él para guardar el Camino de D’s, en hacer Tsedaká u-Mishpat”.‘Derej HaShem’ –el Camino de D’s-, es la justicia social y el derecho. El mundo creado se asienta sobre dos pilares, sin los cuales, toda la obra se habrá de desmoronar.‘Tzedaká’ abre las compuertas del amor, de la compasión, de la piedad. Es vivir y poder pensar más allá de mí. Es abrir las ventanas del corazón y las compuertas de mis manos hacia el otro. Es actuar a la par de D’s Creador: “ve-Rajamáv al col maasav” -‘cuyo amor compasivo se dirige hacia todos Sus creados’-.

El Rambám 2 en su obra de Codificación Legal “Mishné Torá”, define ocho grados en la práctica de la Tzedaká, criterios que definen la calidad del concepto y los alcances de la acción.“Hay ocho grados en la Tzedaká, uno superior al otro:Aquél que da refunfuñando, a regañadientes, o con pesar.Aquél que da menos de lo que debería, pero da cortésmente.Aquél que da lo que debería, pero sólo cuando se lo piden.Aquél que da antes que se lo pidan.Aquél que da sin saber a quién da, si bien el que recibe conoce la identidad del donanteAquél que da sin hacer conocer su identidad.Aquél que da sin saber a quién da, como tampoco sabe el que recibe de quién recibe.Aquél que ayuda a su semejante a mantenerse mediante un regalo, o un préstamo, O encontrando empleo para ayudarlo a mantenerse por sí mismo”.(Hiljot Matanot Aniím, Cap.X: 7-14)

Como vemos la moralidad contenida en la Tzedaká nos lleva a perfeccionar nuestra manera de ser, nuestro obrar. Nos conduce a educar la voluntad y encaminarla hacia los objetivos más nobles, los más elevados. Pues al ayudar a mi hermano a erguirse, yo me elevo. Al sostenerlo en su debacle, me dignifico. Al proporcionarle un trabajo, hago de él un ser viviente, un ser tenido en cuenta, una persona con sentidos y con sentido. Y habremos de hacer de nosotros, los hombres más refinados en virtudes y actitudes…

‘Mishpat’ es condición sine qua non. Es lo que califica el hacer de los humanos. El mundo creado por D’s en los tiempos del Bereshit deja entrever que la delicada trama de la existencia general tanto como particular del universo, se entreteje con los hilos de la justicia. Del juicio justo.En ocasión de celebrar el pueblo judío el Nuevo Año –‘Rosh HaShaná’- 3 , la liturgia de esos tiempos nos presenta al Creador del Mundo como “HaMelej haMishpat”, es decir, ‘El Rey de la Justicia’, ya que en esos tiempos El Creador como Juez Supremo, juzga a cada criatura por sus acciones meritorias o no, concediéndole su absolución en caso de merecerlo.Una sugestiva manera de comenzar el año y en extensión, el universo mismo. Cada ser humano es un microcosmos –‘Adám olam katán’ dice el Zohar ha-Kadosh y el Midrash 4 – y la justicia es el fiel de una balanza que pesa y mide los alcances del hacer diario.El clamor por la justicia se ha hecho carne en la voz desgarrada de los profetas de Israel, quienes han recorrido pueblos y ciudades, sociedades y palacios, reclamando por este aspecto conmovedor de la exigencia de D’s para con los hombres.Hay una ciudad que se la llama ‘Ir haTzedek’5 –la ciudad de la Justicia- en boca de Isaías. Jerusalém tiene entre sus huéspedes eternos a la Justicia “que pernocta en ella” al decir de “Eijá” 6 entre sus lamentos, que la ha trocado ahora “por asesinos”. Cada paso respira justicia, cada día trae consigo “un sol de justicia y la cura entre sus rayos”7 .

El establecimiento de Cortes de Justicia se cuenta entre los Primeros Seis Preceptos ordenados por D’s a Adám –la primer creatura del Universo-, preceptos refrendados a Noaj y a sus hijos en ocasión de renovarse el mundo tras el diluvio conocidos como los “Siete Preceptos de los Hijos de Noé”8 .

Desde entonces, la justicia asoma como indeclinable en el sostenimiento del mundo y como posibilidad excluyente para su subsistencia. El hombre debe abrazar la justicia e impartirla y de tal modo, imitará la acción del Creador. No es casual, desde ese entorno, hallar la denominación ‘Elohim’ (que en su aspecto sacro se refiere a uno de los nombres de D’s) como apelativo al Juez Terrenal. “Vehiguishó el haelohim” dice el libro de Éxodo9 , cuando se debe llevar al esclavo que no desea liberarse a fin de perforar el lóbulo de su oreja.Así entonces, apreciamos en un somero recorrido, que la instancia del juicio justo y la justicia como bien a perpetuar entre los hombres, son el eco de un llamado eterno que desde el texto bíblico resuena en nuestra conciencia cotidiana: “Tzedek, Tzedek tirdof, lemáan tijié atá ve-zar’éja…” –‘Justicia, Justicia perseguirás, a fin de que vivas tú y tu descendencia en pos de ti…’-.

1 El Midrash es el arte de la interpretación homilética del texto bíblico. El sentido del verbo ‘Darosh’ significa inquirir, revisar, requerir un nuevo sentido a la palabra. La literatura midráshica es una amplia colección que comienza hacia el año 400 de la era común y se extiende hasta el año 1500 aproximadamente.

2 Sigla que denota el nombre de Rabí Moshé Ben Maimón, sabio judeo-español nacido en Córdoba en 1135. Rabino, Médico, Jurista y Filósofo, abarcó las ciencias del conocimiento para ser referente del saber de todos los tiempos y de todas las creencias religiosas. Murió en Fostat, Egipto, en el año 1204.

3 Literalmente ‘Cabeza del año’. Esta Festividad que se celebra los días 1º y 2º de Tishré, evoca el tiempo de la Creación y su comienzo coincide con la llegada del ser humano al mundo. Rosh HaShaná inicia a la ves un tiempo llamado ‘Aseret Ieméi Teshuvá’ –Los Diez Días del Retorno-, cuando el pueblo judío sumido en plegarias de arrepentimiento y deseos de cambiar su conducta y su hacer, entona sentidas melodías de Perdón –‘Selijot’- hacia el Todopoderoso. Durante los dos días de Rosh HaShaná es escuchado el Shofar –cuerno de carnero-, que conmueve al ser interior llamándole a regresar hacia el buen camino.

4 Peirush al Sefer ha-Ietzirá, 212; Midrash Tanjumá sobre Perashat Pekudé.

5 Profeta Isaías, Cap.I:26.

6 Meguilat Eijá o ‘Lamentaciones’, es el Rollo atribuido al Profeta Jeremías, quien vive los días previos a la destrucción del Primer Templo de Jerusalém, y escribe con desgarrada emoción estos cinco capítulos de un canto de duelo o elegía, leídos en ocasión del Ayuno del 9 de Ab.

7 Profeta Malají, Cap.III:20

8 Ellos son, según los enumera Maimónides: ‘La prohibición de la idolatría, de blasfemia, de asesinato, de incesto, de robo, el mandamiento de establecer cortes de justicia y la prohibición de comer miembro de un animal viviente’(Libro de Jueces, Tratado de Reyes, Cap.IX Halajá 1).

9 Libro de Exodo –‘Shemot’-, Perasha Mishpatím, Cap. XXI:6

(*) Mordejai Maarabi es médico y docente. Fue gran rabino de la Comunidad Israelita del Uruguay. Publicó tres libros, artículos y escritos. En 1994 fundó Maor, Retorno a la Vida, primer programa comunitario de asistencia y prevención de las adicciones.