La doble vara

14/Feb/2024

Por Alain Mizrahi (en X, exTwitter) 

Por Alain Mizrahi (en X, exTwitter) 

“Lo que traigo aquí no es el motivo de la guerra de Israel contra Hamás. Es el del espacio que ocupa ese conflicto en muchos medios que no le dedican ni la décima parte de ese espacio a otros conflictos muchísimo más dramáticos.”

Desde abril 2023 hay una guerra civil entre dos generales que se pelean por el poder en Sudán. Decenas de miles de muertos civiles, millones de desplazados, 25 millones de personas que dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Pero un medio uruguayo, siempre tan atento a señalar a Israel con su dedo acusador, solo publicó DOS notas sobre Sudán.

En setiembre pasado, Pakistán decidió expulsar a todos los afganos indocumentados. Son 1.7 millones que habían huido al país vecino al volver al poder  los fundamentalistas talibanes en 2021. A fin de año, 200.000 ya habían vuelto a Afganistán, un país en quiebra, con lo puesto. Sin trabajo ni posibilidad de conseguirlo, sin hogar, sin bienes, y con riesgo de ser perseguidos por ser disidentes. El mismo medio uruguayo no le dedicó ni una sola nota a este drama.

Los rohinyá son una minoría étnica musulmana que vivió durante siglos en el oeste de Birmania (hoy Myanmar). Myanmar es mayoritariamente budista y nunca reconoció a los rohinyá como ciudadanos de ese país, que cuenta con más de 150 grupos étnicos diferentes. En 2017 el gobierno de Myanmar decidió expulsar a los 700.000 rohinyá hacia Bangladesh. Limpieza étnica lisa y llana. El mismo medio uruguayo, que un día sí y otro también, se hace eco de las noticias falsas que propagan Hamás y sus amigos, le dedicó UN artículo al drama de los rohinyá desde 2017.

Tampoco encontré en ese medio una condena a las violaciones en manada, mutilaciones y ejecuciones de mujeres israelíes en el pogrom del 7/10. La violencia sexual no parece ser tan grave como lo es habitualmente, si es usada sistemática y planificadamente como arma de guerra por Hamás contra mujeres israelíes.

Lo que traigo aquí no es el motivo de la guerra de Israel contra Hamás. Es el del espacio que ocupa ese conflicto en muchos medios que no le dedican ni la décima parte de ese espacio a otros conflictos muchísimo más dramáticos. Hay 20 millones de yemeníes sin agua ni comida que llevan 8 años de guerra, pero ese medio uruguayo del que hablo – y varios otros! – le ha dedicado solo cinco notas desde 2021. Pero cuando se trata de Israel pone el grito en el cielo día por medio: genocidio! Apartheid! Limpieza étnica! Escuelas y hospitales bombardeados! Niños asesinados!

Claro, esto paga más que hablar de los rohinyá o los yemeníes, que a pocos le importan y aun menos saben dónde ubicarlos en un mapa. ¿Y por qué paga más? Porque Israel es el único país judío del mundo. Durante muchos años le discutí a muchos de mis paisanos (hasta pelearme con varios!) que el antisemitismo era casi inexistente en Uruguay. Pero hoy debo reconocer que me equivoqué muy feo, y que toda esa verborragia antisionista vomitada por ignorantes que no tienen idea de lo que es el sionismo no es más que judeofobia apenas disimulada bajo una fina capa de barniz. Aquellos que pretenden asimilar a Israel a la Alemania nazi, o banalizan y bastardean la palabra genocidio sabiendo cuánto nos duele a los que somos hijos y nietos de sobrevivientes de la Shoá, son antisemitas de la peor calaña. La única duda que aun me queda, y no sé por cuánto tiempo más, es si lo son por racistas convencidos o por burros.