La antigua llave de la libertad

18/Abr/2011

El Observador, Daniel Viglio

La antigua llave de la libertad

16-4-2011 Antes de la Pascua judía, Pésaj, el rabino Eliezer Shemtov dialogó con El Observador de cómo vive esta comunidad ese festejo
DANIEL VIGLIONE P DVIGLIONE@OBSERVADOR.COM.UY
Desde el 18 al 26 de abril, la comunidad judía conmemora un nuevo aniversario del Éxodo de Egipto: el Pésaj, una festividad en la que no acostumbran a comer pan, levaduras ni masas leudadas -reemplazando todo esto por matzá- y en la que las familias se reúnen para llevar a cabo el ancestral ritual del Séder, en el que se relata la historia del Éxodo sobre cuatro copas de vino, hierbas amargas y matzá, continuando con una cena festiva que se extiende hasta tarde en la madrugada con canciones e historias de libertad.
Para conocer más acerca de cómo se preparan para esta fiesta y cuál es su verdadero significado para toda la comunidad judía, El Observador conversó con el rabino Eliezer Shemtov, buscando respuestas de cómo la tradición puede convivir en este mundo moderno.
Así como en el Rosh Hashaná la comunidad judía no solo celebra el Año Nuevo sino también la creación del mundo, ¿qué es en el fondo lo que conmemoran en Pésaj?
Es interesante que haya dicho qué conmemoramos y no otra palabra, porque en esta festividad nosotros no solo conmemoramos sino que también buscamos revivir Pésaj. Conmemorar implicaría solo recordar algo que pasó y revivir implica eso, vivir algo que está pasando en el momento, ahora. En este sentido, la festividad no es solo significativa porque conmemoramos el aniversario del Éxodo de Egipto sino porque es un día de liberación. Cada año, cuando llegamos a esta fecha, para nosotros se abre nuevamente esa ventana por la cual podemos lograr la liberación. Entonces, la idea central de Pésaj es experimentar nuestra liberación personal.
La liberación de sus antepasados viene a ser entonces el simbolismo para vivir la liberación personal…
Claro, porque se trata de un desafío que tenemos constantemente, que es escaparnos de nuestras propias limitaciones. Todos, por más que vivamos en una democracia, podemos ser esclavos de nosotros mismos. En Pésaj justamente buscamos liberarnos de nuestras propias ataduras, las emocionales e intelectuales.
A propósito de esto, ¿cómo convive esta tradición en un mundo globalizado, moderno y cambiante como el de hoy?
Esto es interesante, porque como la gente entiende que la globalización borra la identidad personal, el mensaje de Pésaj o el modo en que convive en este mundo globalizado es señalando que cada uno tiene su potencial particular que tiene que liberar, no en detrimento de la comunidad, sino como complemento.
¿Y cómo se vive esta fiesta hoy en Uruguay? Se lo pregunto a propósito de lo que una vez dijo con respecto a la poca participación que estaba teniendo la comunidad judía, por ejemplo, en ir a las sinagogas. Usted dijo que “la gente va más a la sinagoga por convicción que por tradición”. ¿Se conmemora Pésaj más por tradición o bien por convicción?
En Uruguay esta festividad tiene mucha concurrencia, mucha participación, y eso es porque lo central de Pésaj gira en torno a la familia, a la cena familiar, a la liberación familiar. Si bien en Rosh Hashaná también hay una cena familiar, la misma tiene mucha carga litúrgica, y en Pésaj no. Un tema central de cómo se celebra es que, durante toda la semana no comemos pan, comemos el matzá, un pan sin levadura, y esto es algo que está relacionado al hecho de que nuestros antepasados tuvieron que salir de Egipto muy rápidamente; por lo tanto, no hubo tiempo para que el pan fermentara. Para que se entienda mejor, en Pésaj, la matzá representa la humildad. Es la llave de la liberación personal.
3.323 años de tradición
Un buen séder. La noche previa al Éxodo de Egipto, las familias se reunieron a comer la carne del sacrifico pascual, acompañada de matzá y hierbas amargas y hablaron sobre la inminente realización de la promesa de liberación hecha por Dios a sus antepasados. Y efectivamente, a media noche, la liberación comenzó. Actualmente, 3.323 años después, los tataratataranietos, continúan reuniéndose esa noche, comiendo la misma comida, contando las mismas historias y anticipando una liberación aún mayor, la de la esclavitud al materialismo, la del adormecimiento espiritual y de la oscuridad espiritual y moral reinante en el mundo actual. Tal como sucedió aquella primera vez, funcionará nuevamente ahora. mensaje a la comunidad. “En Pésaj no conmemoramos el pasado. Egipto, el faraón, Moisés, todos están aquí, hoy y ahora. Egipto es una estrecha y pequeña caja de ego que no te permite crecer. El faraón es la voz dentro tuyo que se burla de tus maniobras por escapar, diciéndote, ¿Cómo se te ocurre ser hoy algo que nunca fuiste? Moisés es el libertador, esa fuerza infinita muy dentro nuestro, impetuosa y poderosa que nos permite liberarnos de cualquier atadura y así poder unirnos con lo verdaderamente trascendental, con Dios. La libertad y la Tierra Prometida están a tu alcance, simplemente libérate y rompe con todo aquello que fuiste el día anterior. Este año, desafía a tu faraón. Conéctate con el Infinito. No solo lleves a cabo el Pésaj, ¡vívelo y siéntelo!”. Adaptado De Las Enseñazas Del Rebe De Lubavitch