Januca: La lucha por preservar la identidad

24/Dic/2024

Lic. Rafael Winter (Rufo), para CCIU

En el atardecer del 25 de diciembre, coincidiendo este año con la celebración de la Navidad, los judíos comenzamos la festividad de Januca. Nuestro colaborador habitual, el Lic. Rafael Winter, nos deja su mensaje para la ocasión.

Durante la festividad de Januca se cumplirán 450 días del cautiverio de nuestros hermanos secuestrados.

D’os quiera se produzca su liberación total.

Sería un nuevo “milagro” de Januca: EL milagro que todos estamos esperando…

Me atengo a los relatos tradicionales.

Cito fuentes: el historiador Flavio Josefo, Talmud, libros de Macabeos (o atribuidos a ellos)

Siglo II aec. Bajo dominio greco sirio estaba la tierra de Israel.

La independencia política se había perdido hace tiempo, pero aun quedaba la libertad religiosa.

Hasta que el rey greco-sirio Antioco !V Epifanes, decide tomar medidas draconianas contra los judíos, las cuales apuntaban contra  su religiosidad,  su identidad. Es en ese contexto que estallará la rebelión macabea.

Llegado a este punto, hay que decir que la comunidad judía estaba dividida.

Por un lado, los judíos “helenizantes”, quienes se habían visto fascinados por la cultura griega y muchos estaban a un paso de la asimilación.

Por el otro lado, aquellos judíos que decidieron permanecer judíos “contra viento y marea”, cuidando la religión, las tradiciones y costumbres, la identidad.

La rebelión de los macabeos -un padre anciano, Matitiahu y sus cinco hijos, Yehuda, Yonatan, Eleazar, Yojanan y Shimon- tiene lugar, pues, en ese contexto. Es una lucha por cuidar la identidad judía, además de luchar también por la libertad.

Los objetivos se consiguen. Luego de largas y duras batallas (165-160 aec ) pocos años después de las mismas, se logrará la independencia nacional, aunque esta será demasiado efímera.

Pero previamente, el aspecto espiritual en el que hace hincapié el Talmud: el milagro del frasco de aceite que se encontró en el Templo y alcanzó para ocho días.

Mas allá de como se lo interprete, siempre “debe” haber un aspecto espiritual con características de “milagro”…

El “milagro” fue la victoria de los macabeos, de pocos contra muchos, victoria que aseguró ni más ni menos que la supervivencia del judaísmo, de la identidad judía, “asediada” por el helenismo que era la cultura predominante de la época.

En su confrontación con el helenismo el judaísmo salió airoso. No tenía por qué prevalecer. Pero sí sobrevivir. Y sobrevivió.

El símbolo principal, la Janukiá, candelabro de 8 brazos con uno adicional que prende a los demás y que se enciende progresivamente durante los ocho días de Januca, nos irradia luz, esa luz tan necesaria que ayuda a dispersar la oscuridad…

En la historia de Januca, la epopeya, el heroísmo de los macabeos es fundamental.

Pero no olvidar lo que dice el Profeta Zacarias, cuya Haftará (capítulo de los Profetas) se lee en Januca:

“No (solamente) por el ejército, no solamente por la fuerza sino por el espíritu, dice el Eterno ”

La fuerza… del espíritu.

Este año, la misma noche que por calendario hebreo comienza Januca, la cristiandad está celebrando su Navidad.

Y viene bien en este contexto recordar una conocida canción, que muchas veces cantamos en nuestras reuniones de la Confraternidad Judeo-Cristiana: “Hine ma tov umanaim shevet ajim gam iajad.”

Que se traduce: Cuán bueno y agradable es cuando los hermanos están juntos.

Es muy importante -más allá de las naturales diferencias o precisamente debido a ellas- dialogar, tender puentes, estar juntos.

Especialmente en los momentos difíciles.

Como en los de hoy en día.

JAG SAMEAJ!

FELIZ NAVIDAD!