Israelíes amenazan con sanciones

21/Sep/2011

El País, Thomas Friedmann

Israelíes amenazan con sanciones

THOMAS L. FRIEDMAN Advertencia. Si palestinos acuden a la ONU habrá reprimendas económicas y políticas
21-9-2011
NUEVA YORK | AP Y AFP
Ministros israelíes agitan la amenaza de medidas económicas y políticas para sancionar la demanda de adhesión de un Estado palestino a la ONU, que el presidente palestino Mahmoud Abbas está determinado a presentar el viernes en Nueva York.
El jefe de la diplomacia, el nacionalista Avigdor Lieberman, advirtió sobre las “consecuencias duras y graves” de la iniciativa palestina y amenazó con anular todos los acuerdos “logrados” con los palestinos.
Lieberman se refería en especial a los acuerdos de París (1994) entre Israel y la Organización de Liberación de Palestina (OLP), que prevén el reembolso por Israel de las tasas aduaneras y del IVA sobre los bienes importados por los palestinos que cruzan por los puertos y aeropuertos israelíes.
Estos fondos, de un monto mensual de 76 millones de dólares, representan las dos terceras partes de los ingresos presupuestales palestinos. Sin esta suma, la Autoridad Palestina no podría garantizar el pago de más de 150.000 funcionarios.
En varias oportunidades, Israel congeló los fondos como un medio de presión.
Danny Ayalon, viceministro de Relaciones Exteriores, mencionó esta sanción el domingo en la reunión de prestamistas de la Autoridad Palestina en Nueva York.
“La asistencia futura y la cooperación podría comprometerse severa e irremediablemente si la dirección palestina continúa en esa vía violatoria de los acuerdos firmados que reglamentan las relaciones económicas entre Israel y la Autoridad Palestina”, dijo Ayalon.
Según él, “Israel no tendrá ninguna obligación hacia el supuesto Estado palestino creado artificialmente en violación de todos los acuerdos”.
El ministro de Finanzas, Yuval Steinitz, también expresó la hipótesis de un corte a los suministros a los palestinos. “Quieren establecer un Estado sin la paz, sin la seguridad, sin poner fin al conflicto, sin reconocer el Estado de Israel, sin asumir el más mínimo compromiso. Todo eso representa nuestra peor pesadilla, y eso tiene un precio”, advirtió.
Otro halcón de la coalición, Moshé Yaalon, ministro encargado de los asuntos estratégicos, preconizó la construcción de miles de viviendas en las colonias de Cisjordania y en Jerusalén Este.
Según la prensa, varios dirigentes israelíes, así como el poderoso lobby de los colonos, son favorables a la anexión inmediata de los bloques de colonias donde vive la mayoría de los 300.000 israelíes instalados en Cisjordania.
El primer ministro de derecha, Benjamin Netanyahu, afirmó que quiere la anexión de esos bloques en el marco de cualquier acuerdo establecido con los palestinos. El responsable gubernamental israelí precisó que Netanyahu no había decidido todavía las eventuales medidas a tomarse si los palestinos hacen la gestión ante el Consejo de Seguridad de ONU.
“Por ahora, Netanyahu deja hablar a Lieberman y a los otros ministros, pero todavía no ha decidido”, declaró el responsable, al subrayar que Estados Unidos y los europeos hicieron saber “claramente que están contra cualquier sanción económica”.
Según el diario Haaretz, el ministro de Defensa Ehud Barak, así como el ministro encargado de Inteligencia, Dan Meridor, moderado, son hostiles por pragmatismo a las represalias.
Según ellos, provocar el hundimiento económico de la Autoridad Palestina puede hundir a Cisjordania en un caos del que Israel pagaría las consecuencias en términos de violencia y condenas internacionales.
Abbas informó al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre su intención de entregarle el viernes la petición de adhesión de un Estado de Palestina para que sea sometido al Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos dijo que vetará la resolución. Abbas entonces recurrirá a la Asamblea General, donde logrará la mayoría y Palestina podrá convertirse en Estado observador como el Vaticano.
Abbas se reunió ayer con el presidente francés Nicolas Sarkozy. París ya reconoció que votaría a favor de un Estado palestino en el Consejo.
Israel: a la deriva, solo en el mar
THE NEW YORK TIMES
Nunca había estado tan preocupado por el futuro de Israel. El desmoronamiento de pilares básicos de la seguridad israelí -la paz con Egipto, la estabilidad de Siria, y la amistad de Turquía y Jordania- junto con el gobierno más diplomáticamente inepto e incompetente estratégicamente en la historia de Israel, lo colocaron en una situación muy peligrosa.
Ello también tiene harto al gobierno estadounidense de la dirigencia israelí, pero es rehén de sus ineptitudes, porque el poderoso cabildeo a favor de Israel en una temporada de elecciones puede forzar a defenderlo en la ONU, aun cuando sabe que persigue políticas no en su propio interés ni en el estadounidense.
Israel no es responsable del derrocamiento de Hosni Mubarak, ni del levantamiento en Siria, ni de la decisión de Turquía de buscar el liderazgo regional, poniendo cínicamente por los suelos a Israel, ni por la fractura en el movimiento nacional palestino entre Cisjordania y Gaza. De lo que es responsable el primer ministro Bibi Netanyahu es de no plantear una estrategia para responder a todo esto en una forma que proteja los intereses a largo plazo de Israel.
Está bien, Netanyahu tiene una estrategia: no hacer nada respecto de los palestinos o Turquía que lo hagan ir contra su base, comprometan su ideología o antagonicen a su socio clave en la coalición, el ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman, de extrema derecha. Luego, llama a EE.UU. a detener el programa nuclear de Irán y ayudar a Israel a salir de cada berenjenal, pero se asegura de que el presidente Barack Obama no pueda pedir nada a cambio -como detener los asentamientos israelíes- movilizando a los republicanos en el Congreso para que confinen a Obama, y alienta a los dirigentes judíos para que sugieran que es hostil hacia Israel y está perdiendo el voto judío. Y, entre tanto, hace el cabildeo israelí para que critique a cualquiera del gobierno o el Congreso que diga en voz alta que quizá Bibi ha cometido algunos errores. Ahí está, ¿quién dice que Netanyahu no tiene una estrategia?
“El esfuerzo diplomático de años para integrar a Israel como un vecino aceptado en Oriente Próximo colapsaron con la expulsión de los embajadores israelíes en Ankara y El Cairo, y la evacuación apresurada del personal de la embajada en Amán”, escribió Aluf Benn en el Haaretz. “La región está expulsando a Israel, que cada vez se encierra más en sí mismo, detrás de muros fortificados, bajo un liderazgo que se niega a cualquier cambio, movimiento o reforma. Netanyahu demuestra una pasividad total de cara a los cambios dramáticos en la región, y permitió que sus rivales confiscaran la iniciativa y establecieran la agenda”.
¿Qué pudo haber hecho Israel? La Autoridad Palestina, que ha dado zancadas concretas en los últimos cinco años en la construcción de instituciones y fuerzas de seguridad de un Estado en Cisjordania -haciendo que la vida ahí sea más tranquila que nunca antes para Israel- finalmente se dijo a sí misma: “Nuestra construcción de un Estado no ha provocado que Israel detenga los asentamientos ni se comprometa en pasos para separarse, así es que todo lo que estamos haciendo es sostener la ocupación israelí. Vayamos a la ONU, que nos reconozcan como un Estado dentro de las fronteras de 1967 y combatamos a Israel de esa forma”. Una vez que esto estuvo claro, Israel debió haber sacado su propio plan de paz o tratado de moldear a la diplomacia en las Naciones Unidas con su propia resolución, con la cual se reafirmara el derecho tanto del pueblo palestino como del judío a un Estado en la Palestina histórica y reanudar las negociaciones.
Netanyahu no hizo nada. Ahora, Estados Unidos está batallando para distender la crisis, para no tener que emitir un veto en las Naciones Unidas, lo cual podría ser desastroso en un mundo árabe que se mueve hacia un autogobierno más popular.
Desafortunadamente, Israel hoy no tiene un dirigente ni un gabinete para lograr una diplomacia sutil. Sólo se puede esperar que el pueblo israelí reconozca esto antes de que su gobierno hunda al Estado judío en un aislamiento mundial más profundo y arrastre a Estados Unidos con él.