Israel y Ben Gurion

30/Oct/2023

El País- por Matías Chlapowski 

El País- por Matías Chlapowski 

En el contexto actual conviene saber algo sobre este capítulo de la historia universal y recordar al padre fundador del estado de Israel, un personaje excepcional, mezcla de idealista y filósofo con hombre práctico y de acción.

Habían pasado unos 18 siglos desde que los romanos, por orden del emperador Adriano, expulsaron de Judea (hoy Palestina) a casi todos los judíos, los que no habían matado o vendido como esclavos. Eran súbditos rebeldes, siempre armaban lío (3 guerras y 60 rebeliones en menos de 300 años de dominio), nada les complacía. Díscolos, si podían evitaban pagar impuestos y tenían una rara religión. Se creían un pueblo elegido con un dios único y esperaban a un mesías que los iba a conducir a no sabemos dónde. Aparecieron dos variantes; una pacifica, Jesús de Nazaret, a quien no creyeron y terminaron pidiendo su muerte. Más tarde otro, Simón Bar Kokhba (o Koj-ba) gran guerrero, y decían que ese podría ser él.

Adriano, para combatir a este último, eligió a su mejor general, Sixto Julio Severo, a quien trajo de Bretaña, el cual con perseverancia masacró a la población judía. Se calcula que casi 600.000 personas fueron muertas en forma metódica en pequeños combates o de hambre y sed en largos asedios. Para ello Roma lo dotó de 6 legiones de sus mejores tropas y refuerzos varios y aunque diezmados en los enfrentamientos, consiguieron prácticamente despoblar a la región de judíos. A excepción de dos colonias en Galilea y Golán que no se habían plegado a la revuelta. Bien hecho, habrán pensado en Roma, se terminó el asunto.

El 16 de octubre de 1886 nació David Grin, en el seno de una familia de clase media, en Plonsk, un pueblo en Polonia ocupada por Rusia. A los 11 pierde a su madre. Su padre se ocupa de facilitar trámites y suministra asesoramiento legal a su comunidad. El joven niño es inquieto y estudioso a la vez, además escucha en su ambiente familiar sobre las persecuciones sufridas y las aspiraciones judías. Antes de cumplir 18 años comienza su actividad política-sindical-sionista de corte socialista. Al no encontrar satisfacción a su ambición e impulsado por las ideas de Teodoro Hezl y Hermann Shapira, a los 20 emigra a Palestina (entonces bajo el dominio otomano) donde estos líderes sionistas proponían crear un estado judío independiente.

Al llegar, trabaja en labores agrícolas y aprende árabe. Pero gana la impaciencia y al poco tiempo se vuelca al periodismo, adoptando un nuevo nombre, Ben Gurion (hijo de león joven) más acorde con su personalidad donde concentra sus energías organizando y sindicalizando a quien pueda y brindando ayuda, orientación y seguridad a los que llegan.

Brevemente vuelve Polonia (ocupada) a ver a los suyos en 1909 y al año siguiente, a los 24 se traslada a Constantinopla a estudiar el idioma y la legislación turca. Se prepara.

Cuando en 1914 estalla la gran guerra regresa con dificultades a Palestina pero por su actividad periodística y activismo es expulsado logrando refugiarse en EE. UU. en 1915. Allí en N.Y. contrae matrimonio con Paula Manwess, el amor de su vida y madre de sus hijos.

Con fecha del 2 de noviembre de 1917 lord Balfour, ministro de Relaciones Exteriores, contestando una carta al barón Rothschild expresa que: “GB vería con agrado el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”… sin desmedro de los derechos de las comunidades no judías allí residentes, etc.

Ben Gurion consideró que era clave aferrarse a esta declaración y aprovechar al máximo las puertas que esta abría. Ergo, se debía repoblar Palestina con judíos que en esos tiempos no sumaban allí más de 100.000. Si hubo algún judío que en esta saga, lo tenía claro, era Ben Gurion. En 1918 se trasladó a GB para ayudar a crear una Legión Judía como parte del ejército británico y ganar su simpatía.

En noviembre termina la 1ra. Guerra Mundial y nuestro personaje vuelve a Palestina donde activamente promueve seguir poblándola de judíos. Intuye que sin una masa crítica no podrán afrontar los futuros desafíos. La llegada de judíos a Palestina es muy resistida por los árabes que presionan a GB y logran hacer muy difícil su inmigración.

La derrota alemana es seguida por la desintegración del Imperio otomano. Se reparten los despojos entre GB y Francia y el mandato (de la ONU) para gobernar Palestina recae en GB.

Durante el conflictivo período, entre 1919 y 1947 Ben Gurion despliega una constante actividad política, leyendo copiosamente, viajando varias veces a Londres y EEUU, aprendiendo idiomas, buscando aumentar sus conocimientos y forjando para sí, una posición de liderazgo en su comunidad y fuera de ella.

En 1947 es encargado de la defensa -en la Agencia Judía de autogestión de Palestina- que mantiene contacto con GB, el mandatario. Ese mismo año, a pesar de la oposición árabe, es convocado a exponer ante la ONU el punto de vista israelí.

Acosada por ambas comunidades, GB, anuncia, su retirada de Palestina. Al mismo tiempo las Naciones Unidas aprueban la partición de Palestina entre árabes y judíos, creando dos estados independientes y Jerusalén como zona internacional, formando parte de una unidad económica y da plazo al Reino Unido de retirarse antes del 1ro. de agosto de 1948. Pero los eventos aceleran los tiempos.

El 14 de mayo, Ben Gurion declara la independencia, conforme la resolución del 29/11/47 de la UN. Las tropas inglesas envueltas en desafortunados incidentes se van retirando a medida que pueden, mientras se desata la guerra. De ambos bandos mueren en la lucha pero los judíos no tienen otra opción, mientras que en el caso de los palestinos, muchos huyen del conflicto a países vecinos dejando sus tierras, cultivos y casas que han perdido para siempre. En 1949 se firma un armisticio entre Israel y Egipto, Siria, Jordania, Líbano e Iraq, los beligerantes aliados de los palestinos. Gran triunfo de Israel que se consolida como nación.