Irán esconde patíbulo tras muro de silencio

14/Feb/2011

El País de Madrid

Irán esconde patíbulo tras muro de silencio

El país de los ahorcados. Una opositora holandesa-iraní, ahorcada la semana pasada, forma parte de las varias decenas de personas ejecutadas por el régimen en enero | Mataron a 300 en 2010
13-2-2011
TEHERÁN | EL PAÍS DE MADRID
“Me prohibieron hablar del caso”, responde al otro lado del teléfono Jinoos Sharif Razí, la abogada de Zahra Bahramí, la mujer irano-holandesa que fue ejecutada la semana pasada en Irán “por tráfico de drogas”.
La hija de Bahramí ni siquiera tiene tiempo de responder a las preguntas. La línea se corta y no vuelve a enganchar. Como en otros muchos casos, las autoridades iraníes levantaron un muro de silencio en torno a esta historia. No quieren versiones diferentes de la oficial, mucho menos en un momento en que las organizaciones de defensa de los derechos humanos les acusan de estar intensificando la presión sobre la sociedad con un aumento de las ejecuciones, casi tres al día en lo que va del año.
“Zahra Bahramí, que fue condenada por vender y poseer droga, fue colgada el sábado a primera hora”, afirmaba el comunicado de la Fiscalía de Teherán difundido el pasado 29 de enero por los medios locales. Según esa versión, un tribunal revolucionario la condenó a muerte el 2 de enero por “poseer 450 gramos de cocaína y 420 gramos de opio, y participar en la venta de 150 gramos” de la primera sustancia.
Otra versión. Pero la versión oficial no es la única. La historia que contó su hija, Banafsheh Nayebpour, es muy diferente. Bahramí, de 45 años, fue detenida en Teherán el 27 diciembre de 2009, cuando participaba en una manifestación contra la reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad, proclamada seis meses antes. Aunque la mujer vivía en Holanda, donde había adquirido esa nacionalidad, se encontraba en su país de origen para visitar a su familia.
Ella, del mismo modo que decenas de miles de iraníes, se unió a las últimas grandes protestas que coincidieron con la festividad religiosa de Ashurá. En el curso de esas manifestaciones contra Ahmadinejad, la policía mató a nueve personas y detuvo a centenares.
Entre las acusaciones que presentaron contra ella también figuraba, según la hija, “pertenencia a un grupo armado opuesto al Gobierno”. Ese extremo parece respaldado por el comunicado de la Fiscalía, que atribuye su detención a “crímenes relativos a la seguridad”. Fue durante el registro de su domicilio cuando la policía supuestamente encontró la droga. Una investigación posterior “demostró que había vendido 150 gramos de cocaína”, según la versión oficial.
La hija de Bahramí interpreta que las autoridades deseaban alejar de la opinión pública el asunto de las controvertidas elecciones. “Mi madre es ciudadana holandesa. Así que probablemente presentaron esa acusación para tratar de evitar la intervención del Gobierno holandés”, dijo Nayebpour.
La principal prueba durante el juicio fue la confesión televisada que Bahramí realizó a finales del año pasado, después de pasar 10 meses en una celda de aislamiento en la cárcel de Evin. Pero estas declaraciones parecen ser hijas de la desesperación.
“Mi madre siempre dice que hizo las confesiones y participó en la entrevista televisiva porque la forzaron a hacerlo y le prometieron que le ayudaría. Pero no le ayudó en absoluto”, explicó. Tampoco le sirvió su doble nacionalidad.
“La repentina ejecución de Bahramí, sin ni siquiera informar a su hija ni permitirle una última visita, envía el mensaje a los iraníes de que si Europa no puede hacer nada para proteger a sus ciudadanos de nuestros tribunales tutelados y ejecuciones, el iraní medio tampoco está seguro”, explica Hadi Ghaemí, portavoz de la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán (CIDHI).
El Gobierno holandés congeló de inmediato sus relaciones con Irán luego de la brutal pena de muerte contra su ciudadana, pero las autoridades iraníes rechazan las críticas europeas como una intromisión en sus asuntos internos, ya que no reconocen segundas nacionalidades para quienes nacieron en sus tierras. Teherán asegura que utiliza la pena de muerte para mantener el orden público y que las ejecuciones solo se llevan a cabo tras exhaustivos procesos judiciales.
No opinan lo mismo las organizaciones de derechos humanos. Navi Pillay, alta comisionada de la ONU, así como las entidades Human Rights Watch y la CIDHI han denunciado el exponencial aumento del número de ejecuciones desde principios de año “en ausencia de los mínimos estándares internacionales”.
Los números. Entre 66 y 83 personas subieron al patíbulo solo en enero de este año, casi tres al día. Las cifras aparecen en medios locales. Las autoridades no publican estadísticas. Aseguran que la mayoría son traficantes de droga y violadores, pero los observadores detectan al menos tres disidentes políticos. Además, las ejecuciones se realizan en plazas públicas en dos ocasiones, una en Teherán y otra en Karaj, una ciudad dormitorio al noroeste de la capital.
Incluso los líderes de la aplastada oposición reformista expresaron su alarma. En un comunicado conjunto, Mir Hosein Musaví y Mehdi Karrubí estiman en cerca de 300 los ahorcados en 2010, algunos de ellos antes de que concluyera la investigación judicial.
“Al margen de las acusaciones y de si eran verdaderas o falsas, es un derecho legal y religioso de todos los seres humanos que se complete su proceso”, recuerdan antes de calificar esas ejecuciones de “contrarias al islam”.
Ghaemí no duda del objetivo político. “Es parte de una estrategia de los servicios secretos y las fuerzas de seguridad para demostrar su control sobre la sociedad e intimidar cualquier acto de disensión”, asegura.
En su opinión, tampoco es casual que este súbito aumento de las ejecuciones coincida con los levantamientos populares en Túnez, Egipto, Yemen, Jordania y otros países de la región. “Las agencias de seguridad están extremadamente nerviosas por la facilidad con que los manifestantes desbordaron al aparato de seguridad de (el egipcio Hosni) Mubarak. Temen algo similar”.
Las cifras
66 Son las personas que subieron al patíbulo en enero de este año en Irán. Las fuentes difieren, otras dicen que fueron 83.
300 Es el número de personas que fueron ahorcadas en 2010 en Irán, algunos antes de que concluyera la investigación judicial.
Lazos entre el gobierno de Brasil y Teherán hacen temer a la región
BRASILIA | Argentina y Chile alertaron a Estados Unidos que tenían reparos sobre la política exterior y nuclear de Brasil, sobre todo luego de que en noviembre de 2009 el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió en Brasilia al mandatario iraní, Mahmoud Ahmadinejad, según documentos de WikiLeaks revelados por el sitio brasileño Opera Mundi.
El encuentro de Ahmadinejad con Lula hizo encender una “alerta amarillo” en el gobierno argentino, según dijo un de la embajada estadounidense en el vecino país.
El consejero político norteamericano, el 10 de diciembre de 2009, según el despacho enviado por la embajada en Buenos Aires, se reunió con el director de Seguridad Internacional, Asuntos Nucleares y Espaciales de la cancillería argentina, Gustavo Ainchil, y el subdirector de la oficina, Alberto Dojas.
Según el despacho diplomático enviado por la embajada al Departamento de Estado, que consta entre los miles en poder de WikiLeaks, el funcionario argentino aceptó una reunión para discutir la relación Brasil-Irán.
En noviembre de 2009 Brasil se erigió como mediador posible entre la comunidad internacional e Irán a raíz del plan nuclear de Teherán, objetado por Estados Unidos.
“Fue apenas una luz amarilla, pero los argentinos estaban preocupados con la aproximación de Brasil a Irán y a Corea del Norte y sobre los comentarios no oficiales de Brasil sobre su posición al lado de los países del Bric (Brasil, Rusia, India y China) que poseen armas nucleares”, dice el despacho.
El funcionario Ainchil, según el despacho, expresó “alivio” con que el movimiento internacional de la política de Lula se acabaría el 31 de diciembre de 2010, al dejar la presidencia.
“Ainchil dijo se confortaba con la transición presidencial en Brasil en 2011. Si bien destacó el respeto de Argentina a Lula, sugirió que la popularidad única y su distanciamiento de consideraciones políticas lo convirtieron en un aventurero en política externa”.
La visita de Ahmadinejad a Brasilia “fue desconfortable” para Argentina, según el funcionario. Argentina acusa a iraníes por el atentado terrorista a la sede de la mutual judía AMIA en 1994, que causó 86 muertos.
Desde Chile también los estadounidenses escucharon críticas hacia Brasil. Pocos días después de la reunión Lula-Ahmadinejad, Chile comunicó su opinión a Estados Unidos. Según WikiLeaks, el director Internacional de la cancillería chilena, general Álvaro Guzmán, fue a la embajada a discutí la posición de ambos países sobre Irán.
“Brasil está buscando una avenida para promover su autoridad como un lider en ascenso y puede ver una oportunidad para entrar en este tema”, dice el despacho firmado por el embajador estadounidense Paul Simons. ANSA