Historias comunitarias judeo-uruguayas: Roby Schindler

21/Dic/2021

Semanario Hebreo Jai- por Ana Jerozolimski

Semanario Hebreo Jai- por Ana Jerozolimski

Roby Schindler es hoy el Secretario General del Comité Central Israelita del Uruguay, pero tiene una larga trayectoria institucional en la colectividad judía uruguaya. Fue Presidente de NCI e integró otras instituciones. En esta entrevista de Ana Jerozolimski, cuenta sobre su vida comunitaria, su historia personal y familiar, su presencia en la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda forma de Discriminación, entre otros temas.

Roby Schindler fue para mí un singular descubrimiento. Nos conocíamos de jovencitos en Macabi Tzair, pero nunca tuvimos un contacto muy cercano. Ya de grandes, toda instancia comunitaria en la que pude encontrarlo, dejaba una sensación de enorme calidez . Allí iban combinadas su dinámica familiar, su activismo en la NCI y su responsabilidad como parte del Comité Central Israelita del Uruguay.

P: Roby querido, esta entrevista la debería haber hecho hace tiempo, porque hace años que estás muy activo y siempre lo tuve en mente. Pero nunca es tarde para hacer conocer a los dirigentes que aportan a la colectividad. ¿Cómo presentarte hoy? ¿Por dónde pasa tu principal responsabilidad comunitaria?

R: Ana querida, mi principal responsabilidad comunitaria hoy en día es el Comité Central. Entré en el 2016 como Vicepresidente de Lito Buszcaniek (2016-2018), luego en la Presidencia de Samy Canias (2018-2020) y hoy me toca ocupar la Secretaría General en la Presidencia de Marcos Israel (2020-2022). Además integro la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación, y también integro la Confraternidad Judeo Cristiana.

P:Tu trabajo en el Comité Central Israelita es en representación de la NCI ¿verdad? ¿Qué opinión te merece ese sistema, esa forma de elegir a las autoridades de la instancia representativa de la colectividad?

R: Así es. Entré en el Comité en representación de la NCI. Desde su propia fundación, en 1940, el Comité Central estuvo integrado por miembros de las instituciones socio-fundadoras, las kehilot, las distintas comunidades. Yo tengo un enorme respeto por lo que hicieron aquellos inmigrantes judíos, procedentes de los más remotos lugares de Europa y Oriente, hace ya más de 80 años, porque gracias a su trabajo, a su dedicación y perseverancia, la colectividad judía en el Uruguay, consiguió asentarse e incorporarse a la vida del país, sin perder sus tradiciones y costumbres. También creo que las condiciones del mundo, del país y del ishuv han cambiado de tal manera, que se impone el desafío de adaptarse a los nuevos tiempos. Esta idea, llevada al plano de la elección de representantes (no autoridades) de la colectividad judía en el Uruguay, la traduzco en que debemos levantar la mira y extender mucho más allá el horizonte, para elegir a los más capaces y que tengan ganas, sin importar a que institución representan.

P: ¿Cuáles sentís que son los desafíos principales?

R: Yo creo que los principales desafíos que enfrenta el Comité Central son basicamente los mismos que motivaron su creación hace ya 81 años. La defensa de la vida judía en el Uruguay, la lucha contra el antisemitismo, y la representatividad de la colectividad judía frente a la sociedad civil y política. Sucede que a medida que el mundo evoluciona, sus problemas y soluciones también. Por ejemplo, cuando el Comité Central se formó no existía el Estado de Israel, la idea de la Shoá era algo incipiente de lo que muy poco se sabía. Hoy más de 80 años después, la negación de la existencia de la Shoá es tal vez el mayor flagelo contra el que nos enfrentamos. Me imagino que los representantes de la kehilot en el Comité de aquellos primeros años, entre 1940 y 1950 debió trabajar denodadamente para asegurar la debida recepción a cientos y miles de inmigrantes que escapaban de la guerra, de la hambruna, de la pobreza, sin idioma, sin recursos, etc. Hoy las preocupaciones pasan por otro lado. Si bien nunca sabremos con exactitud cuántos judíos hay en Uruguay, sabemos que somos bastante menos que hace 80, 60 ó 40 años. Asi que los representantes de hoy en día tenemos otras preocupaciones, otros desafíos que hace 80, 60 ó 40 años.

La actividad comunitaria-una visión personal

P: ¿Por qué decidiste dedicar parte de tu tiempo a la dirigencia comunitaria?

R: Nunca hay una única razón. Hay muchas. Pero más que dedicarme a la “dirigencia comunitaria”, a mí me gusta verme dedicado a la “tarea comunitaria”. Mi condición de judío es esencial, porque el judaísmo me enseñó conceptos que incorporé a mi vida de una manera que ya no tiene marcha atrás. No sabría vivir sin la tarea comunitaria. El concepto del “tikun olam”, ese eterno intento de mejorar el mundo, sumado a una idea maravillosa que nos regala el Talmud, que dice que “…no estamos obligados a hacer toda la tarea, pero sí a hacer nuestra parte…”, son algunos de los pilares sobre los que se apoya mi propósito de vida.

P: ¿Es una actividad ingrata?

R: ¿Ingrata?, ¡¡¡NO!!!. ¡Es una actividad maravillosa!  Te voy a contar algunos secretos de la tarea comunitaria: cuando desarrollás tarea comunitaria, el tiempo vuela, no importa que sea lo que hagas, estás haciendo dos bienes: uno para quien te estás brindando y otro bien, para vos.  El día que la gente descubra que cuando das, recibís mucho más que lo que das, el mundo va ser diferente. Mientras tanto, me gusta verme “contagiando” gente a que dedique parte de su vida, parte de su tiempo, a dar. Porque de eso se trata el trabajo y la tarea comunitaria. De dar. Mis años como Presidente de la NCI, (2012-2015) tal vez fueron los de mayor crecimiento personal. Fue ahí que aprendí a priorizar el bien colectivo antes que el bien personal.

Familia y comunidad

P: ¿Qué dicen en tu casa al respecto?

R: Hoy por hoy en mi casa tengo solo a Deborah, mi compañera de vida hace casi 36 años, que valora lo que hago, a pesar de mis ausencias. En mi otra casa, que es el trabajo, que comparto con mis hijos, Martín (33) y Federico (30), que además son mis socios, creo que el hecho que ellos vean mi entrega en el trabajo comunitario, es el mejor ejemplo que les puedo dejar, también a pesar de mi ausencia. De manera que nunca fue un impedimento, lo que dirían en mi casa. Al contrario, siempre me sentí muy apoyado por ellos.

P: ¿Cuál es hoy tu principal marco de referencia comunitario? ¿La NCI?

R: Si, la NCI.  Mirá, las kehilot (comunidades) en sus inicios, fueron el gran sostén de miles de inmigrantes que elegían su kehilá en función del lugar de donde venían. Hoy, las kehilot buscan ser el sostén que las familias eligen en función del tipo de judaísmo que quieren vivir.  Ojalá la gente entendiera la importancia de la filiación kehilatí (comunitaria). Nuestra vida judía nos convoca como mínimo en cuatro instancias fundamentales de nuestras vidas, a estar en contacto y bajo el cobijo de una comunidad. Cuando nacemos, cuando cumplimos la bar ó bat-mitzvah, cuando nos casamos y cuando morimos. En el medio hay un sinfín de instancias (los jaguim, las fiestas), que nos permiten aprender, vivenciar y disfrutar mucho más, las alegrías compartidas en comunidad, asi como tamibén amortiguar el dolor en las penas. Ojalá todos se afiliaran a una kehilá que se acerque al tipo de judaísmo que quieren vivir.

P: Y en eso, siempre hay historias personales ¿verdad?

R: Sin duda. Mis abuelos paternos se hicieron socios de la NCI en cuanto llegaron al país, mi padre hizo bar-mitzvah en la NCI, luego mis padres se casaron en la NCI. Yo hice mi bar-mirzvah en la NCI, luego de haber estudiado hebreo y Tradición de chiquito. Luego me casé con Deborah Golub en la NCI con el rabino Daniel Kripper, luego vinieron los hijos y otra vez la escuelita de Tradición de la NCI, luego las bar-mitzvot de mis hijos con el rabino Kripper y con el rab Alejandro Bloch respectivamente. Luego vino la bat-mitzvah de mi mamá con el rabino Ari Kleiner en una instancia muy linda en la que la NCI le dio la oportunidad a gente grande, que por algún motivo no pudo realizar su bar ó bat-mitzvah en su momento, lo hiciera ahora. Luego, entre 2012 y 2015 tuve el enorme privilegio de presidir la NCI. Fueron años maravillosos, en donde me tocó, junto con mis compañeros de Directiva, vivir la inolvidable mitzvah de escribir un Sefer Torah en Comunidad literalmente, así como también liderar la comunidad en tiempos sin rabino, durante el período entre que el Rab Ariel Kleiner se fue a vivir a San Pablo, y que el Rab Dany Dolinsky llegó a la NCI. Luego vino el casamiento de mi hijo mayor, Martin con Caro Arlin, hasta la llegada de mi primer  y por ahora único nieto, Joaquín. De manera que si, la NCI definitivamente estuvo, está y estará presente en mi vida.

Los judíos uruguayos e Israel

P: ¿Qué lugar ocupa Israel a tu modo de ver en la vida de la colectividad judía uruguaya?

R: Un lugar muy importante. Un lugar fundamental. El Estado de Israel, representa la centralidad de la vida judía. Un Israel fuerte, sano, rico, y bueno, nos hace bien a todos. Tanto en las escuelas de la red, como en las tnuot (movimientos juveniles) y en las diferentes instituciones comunitarias, de una u otra forma, Israel está presente. Sus instituciones en el Uruguay forman parte de la vida comunitaria del país .Otro dato no menor, es la cantidad de uruguayos que viven hoy por hoy en Israel. Ese es otro motivo sumamente importante de por qué Israel debe ocupar un lugar preponderante en la colectividad judía uruguaya. Su bienestar, nos interesa y mucho.

Mirando hacia la sociedad toda

P: ¿Cómo ves el vínculo entre tu actividad comunitaria dentro de la colectividad judía y la sociedad uruguaya en general?

R: Una de las cosas que más me gustan de mi actividad comunitaria, es la de tender puentes, la de extender la mano y permitir a otros creer en sí mismos, enrolar a la gente a vivir creyendo que sí se puede. Yo siento una particular sensación de bienestar, cuando desde las instituciones judías se hacen obras de caridad, de asistencia y de apoyo a personas e instituciones NO judías. Yo siento esa misma particular sensación de bienestar, cuando un judío sale en defensa de una persona NO judía que sufre discriminación de alguna forma. Que las instituciones judías apoyen a personas judías que necesitan apoyo, me parece una obligación. ¿Cómo no vas ayudar a tu hermano? Pero que instituciones judías apoyen también a quienes NO son judíos ¡me parece una maravilla! Y repito lo que dije antes: cuando la gente se entere que cuanto más amor das, mas tenés…, ahí vas a ver como la ecuación cambia. Por eso redondeo la respuesta diciéndote que no concibo mi trabajo comunitario sin que esté vinculado a la sociedad uruguaya toda, de alguna u otra forma.

P: Y precisamente sos miembro de la Comisión Nacional contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación. ¿Qué más has conocido sobre Uruguay en ese marco?

R: Así es. En año 2018 el Comité Central Israelita del Uruguay, me propone como candidato a integrar la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación. Una comisión integrada por personalidades del Ministerio de Educación y Cultura, elige de entre todos los postulantes a tres personas en representación de la sociedad civil para que formen parte de esta Comisión que fue creada por ley 17.817 en el año 2004 a instancias de su promotor, redactor y responsable total de esta ley, el Dr. Nahum Bergstein. Esta ley antidiscriminatoria que fue aprobada por unanimidad, es la que dio origen a esta comisión de la que hablamos, que integro. En Febrero de 2019 me comunican desde Presidencia de la República que fui elegido para integrar la CHRXD, (sigla como se conoce a la Comisión), junto con otros representantes de la sociedad civil, asi como también integrantes de los Ministerios de Desarrollo (MIDES), Ministerio del Interior, Ministerio de RREE y el propio Ministerio de Educación y Cultura, que es quien preside la Comisión. El trabajo en la Comisión, me permite estar en contacto con una realidad del país, que dudo podría vivenciarlo de otra forma y eso a su vez me permite confirmar que la sociedad está enferma de “falta de educación y valores”. Estos tres años en la Comisión me han permitido confirmar eso de que el terror, el bullying, el menosprecio, la discriminación de cualquier forma, debe combatirse TODOS LOS DÍAS, con educación y valores. A todo nivel, desde jardinera hasta la universidad, pero también es fundamental que se enseñe a las y los maestros, profesores, adscriptos, directores y personal no docente de TODOS los centros educativos sobre Derechos Humanos y sobre valores.

P: ¿Dirías que otros colectivos conocieron nuestras preocupaciones a través de la representación judía en la comisión  y que por otro lado también nosotros podemos aprender más sobre lo que les preocupa a los demás?

R: Creo que quienes integran la Comisión conocen nuestras preocupaciones, debido justamente a que hay representación judía, y a mi también me queda claro que aún hay mucho trabajo por hacer en lo que refiere a educación en Derechos Humanos. Aprovecho a destacar el trabajo realizado en su momento  por Marcos Israel, actual Presidente del CCIU y primer integrante judío de esta Comisión. Luego lo siguió el querido Rufo Winter quien también brindó 4 años de su vida a integrar la CHRXD y terminó recibiendo un muy lindo reconocimiento por su gestión. Las redes sociales han permitido que se extra limite la forma y el contenido de los mensajes de odio, lo cual causa mucho daño sicológico a muchísima gente. Una vez más, no se trata de la herramienta, sino del uso que se le da a la misma. A mi entender son herramientas relativamente nuevas, que aún deben encontrar su punto de equilibrio y deberían estar reglamentadas.

P: ¿Qué hacen exactamente en la Comisión?

R: En la Comisión tratamos diferentes temas de la realidad nacional y tenemos la potestad de incidir, recomendando enmiendas en las leyes ó en artículos específicos que convoquen nuestra atención, como el Art. 149 que trata el tema de los discursos de odio y discriminación. Recibimos denuncias de discriminación de todo tipo, a las que llamamos “Peticiones”, a través de las cuales acompañamos a las víctimas en su camino a la reparación. También discernimos un premio anual, llamado Premio Nelson Mandela, para reconocer el trabajo de una persona u organización, basado en el legado que nos dejó Nelson Mandela. Te cuento que este año 2021, tendremos el privilegio de entregar uno de los Premios Nelson Mandela a una organización judía, como lo es el Proyecto Shoá, liderado por jóvenes judíos y no judíos, que partiendo de la base de la 2da Guerra Mundial y lo ocurrido en la misma, comparten con estudiantes de 3er año de liceo, (año en el que se toca 2da Guerra Mundial en los programas de historia), lo ocurrido en la Shoá.

P: Esos muchachos hacen un trabajo fabuloso.

R: Así es. En la segunda parte de la presentación de Proyecto Shoá, se le muestra a los estudiantes, los diferentes roles que jugamos en la sociedad donde vivimos. Podemos ser víctimas, victimarios, simples testigos pasivos, ó podemos reaccionar y no permitir que esa situación ocurra. Es maravilloso el trabajo que realizan hace ya más de 10 años, habiendose presentando ante más de 100.000 estudiantes de liceos de todo el país. Es tan impresionante este proyecto que los chicos ya lo han exportado a España y están en tratativas para llevarlo también a Chile.

Trayectoria juvenil

P: Yo te recuerdo de jovencito en Macabi Tzair, siempre muy activo. ¿Cuán importante es a tu criterio haber pasado por la experiencia tnuatí, del movimiento juvenil?

R: La experiencia tnuatí, o sea de haber pasado por un movimiento juvenil,  es TODO. Es fundamental haber vivido esos años “mágicos”, en donde aprendimos a convivir y competir sanamente, donde formamos nuestras amistades para siempre. Lo vivido en las tnuot, la pasión con que los javerim( compañeros)  van al ken (el nido, la sede del movimiento), la pasión con la que los madrijim (guías, líderes) de apenas 16, 17 y 18 años encaran el armado y preparación de las peulot (actividades) , la pasión que TODOS, o sea madrijim y janijim (los chicos que participan)  le meten cuando viene la época del Jodesh (el mes de competencias), cuando llega la hora del Majané (campamento), y viaje de Majón ó Shnat (programas de un año en Israel), sólo se pueden trasmitir viviéndolas. No podés simplemente contarlo y que te lo entiendan. Pero lo que sí podés contar y te lo tienen que creer, es la preparación que la vida tnuatí le da a los chicos y más tarde jóvenes. Se nota cuando terminan su vida tnuatí y tienen que encarar sus propias vidas, sus primeros trabajos, como se paran frente a esa nueva realidad, como hablan, como se involucran y comprometen.

La colectividad judía hoy

P: ¿Cómo ves hoy a la colectividad? ¿Cuáles son sus grandezas y cuáles sus debilidades, o sus debes?

R: Es muy dificil establecer una única sensación con respecto a como veo hoy a la colectividad. Pero creo que es una época en la que tenemos que reconocer la necesidad de cambiar. Creo que la colectividad cuenta con una fortaleza enorme, y es la de estar muy concentrada en una sola ciudad. Casi nada es como era antes, desde donde vive la mayoría de la colectividad geográficamente, hasta el crecimiento inusitado y firme que viene mostrando la colectividad judía de Punta del Este, por ejemplo. Tenemos las tnuot, tenemos Proyecto Shoa, tenemos un ishuv (colectividad)  que ha demostrado, especialmente en el último año, estar a la altura de las circunstancias. Tenemos un Hogar maravilloso para nuestros abuelos, que es  ejemplo en el país, que nos enseña y recuerda que debemos cuidar a nuestros mayores. Tenemos kehilot vibrantes que siguen mirando el futuro con entusiasmo, tal el caso de la Kehilá que acaba de colocar la piedra fundamental de su futura nueva sede en Punta Carretas, aproximándose a la masa social. Tenemos un club como Hebraica y Macabi  que es ejemplo de servicio social, a la vez que le permite a muchos jóvenes y no tan jóvenes competir en una cantidad enorme de deportes federados. Podría seguir nombrando gente y espacios en las propias kehilot que trabajan día a día en beneficio del país todo. Tal vez nos esté faltando comunicar mejor todo lo que hace la colectividad judía en el Uruguay, y como se ha amalgamado en el entramado social del país. Tenemos tanta gente valiosa que podríamos y deberíamos incorporar al día a día del Comité, que da pena no encarar esa gestión, como para dejar algo en el “debe”.

En primera persona

P:  ¿Cómo es el hogar en el que creciste?

R: Un típico hogar judío de clase media. Mi padre, nacido en Alemania y llegado al Uruguay en 1937 y mi madre, nacida acá en Uruguay, de padres polacos. Yo no asistí a colegio de la red judía. Fui al Colegio y liceo Richard Anderson y al terminar 4to de liceo, ahí si, cursé lo que en aquella época se conocía como 1ero y 2do de Preparatorio de Ciencias Económicas. Pero desde muy chiquito asistí a las clases de Tradición en la NCI, en la calle Río Branco, con el Profesor Neumann. En la NCI aprendí lo poquito que sé del idioma hebreo, toda la Historia del Pueblo Judío y en ese marco, y de la mano del Hazan Bahrman y el Gran Rabino Fritz Winter, estudié para mi bar-mitzvah. Desde el año 1966 que voy a Macabi Tzair, ó sea desde los 5 años. Hice toda mi vida tnuatí en Macabi y ahí conocí a quienes fueron mis primeros amigos con quienes sigo manteniendo un hermoso vínculo hasta el día de hoy. Mis padres eran de ir todos los domingos al country, de manera que no había lo que pensar. Domingo de mañana: country de Macabi. Viví y presencié caminatas, noariot (competencias entre los distintos movimientos juveniles), majanot (campamentos), peulot (actividades), pre cursos y cursos de madrijim, trasnochadas, participé en mesibot (fiestas), fui madrij y me encanta hoy en día ver y reconocer janijim después de más de 40 años, así como también mantener el vínculo vivo con ex madrijim! ¿Qué no viví en Macabi Tzair? Si no es la etapa más linda de la vida, es porque existen los hijos, y luego los nietos, que llegan  después.

P: Hermosa descripción. Te entiendo tanto…

R: Mis padres también fueron parte de la generación que fundó lo que hoy conocemos como Jazit Hanoar, es decir el movimiento juvenil de la NCI. De hecho, ellos fueron la primer pareja de la tnuá que se casó. Luego se vincularon a la Bnai Brith, donde forman parte hasta el día de hoy de la filial Rey David.

P: ¿Dirías que en tu propio hogar hubo algo que te empujó a la actividad comunitaria?

R: Desde muy chico, junto con la NCI, aprendí que existía otra institución judía, la WIZO. Mi mamá fue primero Tesorera durante 4 administraciones de 2 años cada una, y luego fue también 4 veces Presidenta de la WIZO, por lo que durante esos 16 años los varones en casa, eramos javerim WIZO también. Así aprendí de muy chico todo el trabajo que esas señoras judías hacían, no solo por la colectividad, sino también y muy especialmente para madres solteras, escuelas de contexto crítico, y un sinfín de otras instituciones que tenían necesidades. Mi madre era una trabajadora incansable. Hasta el día de hoy, cuando voy a ciertos eventos, no falta quien me venga a saludar y me recuerde que trabajó junto a mi madre en la WIZO. El recuerdo de mi abuela Norma, que falleció cuando tenía 103 años, es permanente fuente de inspiración y sostén. Su recuerdo tiene en mi, un efecto de retro alimentación. Honro su memoria cuando hago lo que hago, y esa es a su vez, mi manera de mantener vivo su recuerdo. Esa es otra hermosa lección de nuestra milenaria tradición. Podemos mantener a nuestros afectos “vivos”, aún cuando no estén fisicamente con nosotros, cuando nos inspiramos en ellos para hacer el bien.

P: Ay Roby, es hermoso todo lo que contás y como lo planteás. ¿Algo más que desees agregar?

R: Sí.  GRACIAS ENORME a vos, por tu trabajo, por todo lo que nos das a quienes te queremos, a quienes te respetamos como la invalorable profesional que sos y porque nos servís también de inspiración, por tu inclaudicable lucha. Ojalá alguna vez la colectividad judía del Uruguay pueda reconocerte todo lo que has hecho, y seguís haciendo por nosotros, por el Uruguay y por Israel.

P: Mil gracias por tus palabras Roby. Éxito en todo lo que sigas haciendo, que sé será mucho.

R: A vos Ana.