Fascismo en el viejo mundo

27/Jun/2011

La República, Editorial

Fascismo en el viejo mundo

26-6-2011
EDITORIAL Ya no son novedad las actitudes racistas, xenófobas y discriminatorias que se verifican en la vieja Europa. La cuna de la civilización occidental y cristiana, de las revoluciones liberales, de la tolerancia humanista, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, viene sufriendo un peligroso retorno de las peores doctrinas nazis.
El rechazo a los inmigrantes ­fundamentalmente aquellos que provienen del tercer mundo ­ sigue creciendo de manera alarmante; el color de la piel, ciertos rasgos faciales, idiomas ajenos, costumbres y religiones diferentes, no son admitidos en las sociedades del primer mundo. Norafricanos, asiáticos, sudacas (pobres, feos y sucios), son mirados con desprecio, con desconfianza, con repugnancia y hasta con odio por españoles, franceses, italianos, alemanes o ingleses. Xenofobia, racismo, intolerancia religiosa, han ganado la mentalidad media de los ciudadanos europeos, mientras los discriminados son compelidos a vivir en guetos.
Esta realidad viene profundizándose desde hace ya unos cuantos años, y el mundo parece aceptarla y acostumbrarse a ella no obstante la tarea desplegada por organismos internacionales que denuncian y condenan las actitudes xenófobas y discriminatorias, y sin perjuicio de la incorporación de normas concretas contra la discriminación. Sin embargo, un reciente fallo del Tribunal Supremo español ha sorprendido ingratamente a las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Ese máximo órgano jurisdiccional revocó una sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que había condenado a varios años de prisión a cuatro sujetos acusados de difundir ideas genocidas, y de provocar a la discriminación, al odio o a la violencia.
En un artículo de opinión publicado en “El País” de Madrid, Carlos Jiménez Villarejo ex fiscal de Anticorrupción, cita fragmentos de los mensajes emitidos por los cuatro reos hoy sobreseídos. Vale la pena reproducir tales fragmentos que merecen integrar una antología de la infamia:
“Se repite una y otra vez el mitológico infundio de las seis millones de víctimas judías ejecutadas en cámaras de gas, que ni aún sus inventores se atreven a aceptar ya como plenamente verosímil y demostrable”.
“Una nación que no elimina a los judíos acaba tarde o temprano, siendo devorada por ellos”.
“Mezcla de animal y de hombre, según la Biblia. Con la edad, los judíos van tomando rasgos de animales”.
“Todo individuo notoriamente enfermo y efectivamente tarado, y, como tal susceptible de seguir transmitiendo por herencia sus defectos, debe ser declarado inapto para la procreación y sometido a tratamiento esterilizante”.
“Sobre los negros, no se da cuenta ese desmoralizado mundo burgués que se trata de un ultraje a nuestra razón, pues es una criminal idiotez adiestrar, durante mucho tiempo, a un medio-mono hasta que logre hacerse abogado, mientras millones de personas, pertenecientes a razas más elevadas deben permanecer en una posición indigna, sin tener en cuenta su capacidad”.
Estos enunciados se comentan solos. Sin embargo, el TS español considera que no hay “una incitación al odio, la discriminación o la violencia contra esos grupos. (…) No puede apreciarse que solo con esos actos de difusión se venga a crear un clima de hostilidad que suponga un peligro cierto de concreción en actos específicos de violencia”.
Luz verde para que continúen las prédicas fascistas.