“Existen mujeres dispuestas a sorprender y a romper esquemas de tradiciones masculinas” en la política comunitaria y en la nacional

22/Ago/2011

CCIU, Martín Kalenberg

“Existen mujeres dispuestas a sorprender y a romper esquemas de tradiciones masculinas” en la política comunitaria y en la nacional

Con tan solo 21
años de edad preside una institución judía. Recientemente fue la portavoz (en
la imagen) de la proclama de la comunidad judía ante las afirmaciones del
embajador de Irán, Hojjatollah Soltani, cuestionando la veracidad del
Holocausto del pueblo judío. Karina Sapolinski, presidenta de la Federación
Juvenil Sionista (FJS) desde febrero de 2011 y hasta febrero de 2012, es
egresada del Instituto Ariel Hebreo Uruguayo y estudiante de la carrera
Contador Público en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la
República. En la FJS —destacó la joven— “no permitimos que las diferencias nos
separen sino (buscamos) que nos unan”. A continuación, un resumen de la
entrevista que el portal web del CCIU mantuvo
con la presidenta:

– ¿Qué es lo más destacable de las actividades que
desarrolla la Federación Juvenil Sionista?

– Creo que lo más
destacable es que surge totalmente por el activismo de los jóvenes que quieren
ver más allá de ellos mismos. A pesar de cada uno tener su propia tnuá (movimiento juvenil sionista) el
hecho que se puedan lograr actividades de la federación, en conjunto, demuestran
que existe una unión y un activismo que lleva a que cada actividad sea
fundamental. 

– ¿Cómo hacen, en el marco de la federación, para
combinar su identidad juvenil, con la sionista, la judía y la uruguaya?

– Si hay algo que
sabemos los jóvenes es que tanto Uruguay como Israel son dos países que forman
una parte importante de nuestro día a día. Israel es el país al que aspiramos,
al que educamos. Uruguay es el país que le abrió las puertas a nuestros
abuelos, a miles de judíos que llegaron en busca de un futuro, que hoy es nuestro
presente. Tenemos muy clara la importancia del ser joven, lo que ello implica y
lo que ello permite, y creemos que, mientras estemos aquí tenemos un doble
compromiso: el sionista que nos caracteriza y cuya bandera siempre llevaron las
tnuot (plural de tnuá) y la federación como núcleo de éstas, y el ser parte de
Uruguay, país en el que vivimos, en el que crecemos, que nos permite desarrollarnos
y educar.

– ¿Qué tienen para aportarle los jóvenes judíos a la
comunidad? ¿Y al país en general?

– Voy a tomar
esta pregunta como qué tienen para aportarle los jóvenes de las tnuot a la comunidad, principalmente
porque sabemos que la mayoría de jóvenes de la colectividad son parte de estas
y además porque es la realidad que más conozco; ellas permiten soñar y aspirar.
Constantemente hacen énfasis en que los jóvenes sí pueden y deben hacer de este
mundo lo que les parece que debe ser. Desarrollan personas críticas,
analíticas, activistas, basadas en valores e ideales, algo que a veces parece
muy perdido en el mundo en el que vivimos. A su vez sabemos que los jóvenes
solemos ser quienes impulsamos movilizaciones, manifestaciones, cosas más
activas, seguramente porque es nuestro momento para llevarlas a cabo. 

– ¿Y qué les aportan a ustedes las generaciones de
adultos que están involucradas hace años en el activismo comunitario?

– Por sobre todo
nos aportan experiencia. No fuimos los jóvenes de hoy los creadores de este
fenómeno tan importante que se da en Uruguay que son las tnuot. Es algo que heredamos y que esperamos hereden también
nuestras futuras generaciones. Pero por sobre todas las cosas creo que la
comunidad entendió la importancia que tiene la FJS y con el tiempo le dio el
lugar que merece, y creo que eso es lo más rescatable, que ahora se trata de
una retroalimentación; la comunidad necesita de los jóvenes y nosotros
necesitamos de los demás. 

– ¿Cómo hacés como presidenta para unificar las
distintas posiciones políticas y religiosas que hay dentro de la federación? 

– En la FJS no
hay posiciones políticas ni religiosas, hay ideologías. Sabemos que cada tnuá representa una y saber que no
permitimos que las diferencias nos separen sino que buscamos que nos unan es
algo que resaltar. Por lo general en la juventud es cuando uno se encuentra más
ligado a sus ideas y a su vez, es en este momento donde se suele trabajar más
en conjunto haciendo de las diferencias algo enriquecedor y defendiendo la
tolerancia ante todo.

– ¿Tiene algún sentido especial el hecho de ser
una mujer presidiendo una institución judía? 

-A nivel personal
significa mucho ocupar este cargo. Fue algo que hace ya mucho tiempo quería y
me implicaba alcanzar un objetivo muy importante a nivel personal pero creo que
el hecho de ser mujer no es algo que me genere alguna diferencia. Ya hubo
presidentas mujeres y creo que en el marco de la FJS las mujeres nunca nos
vimos con una mayor dificultad para ocupar los distintos cargos. 

– ¿Cómo te sentís respecto al trato que tenés con
tus compañeros hombres de la Federación así como con otros dirigentes comunitarios
del sexo masculino?

– Con respecto a
mis compañeros en el Consejo de la Federación tenemos un excelente trato, somos
amigos y desde un principio quisimos postularnos para recorrer este desafío
juntos. Con los demás dirigentes creo que la colectividad se ha abierto a que
las mujeres ocupen también los distintos cargos pero no dejan de sorprenderse.
Siempre sentí muchísimo respeto por los distintos dirigentes con quienes debí
trabajar y nunca sentí que el ser mujer modifique algo, aunque creo que a veces
me tratan con más simpatía. 

– ¿Considerás que las mujeres cada vez ocuparán
puestos más influyentes en Uruguay? ¿Y en la comunidad judía?

– En lo personal
creo y espero que sí. Yo soy una persona a la que la política le interesa mucho,
tanto a nivel comunitario como nacional, y creo que la política en estos dos
marcos ha demostrado que existen mujeres dispuestas a sorprender y a romper
esquemas de tradiciones masculinas. No por un conflicto entre sexos sino por
nuevas ideas y formas de liderazgo. 

– Un artículo de tu autoría, publicado en el
portal web del CCIU, refiere a la movilización denominada “Contra el
exterminio de la memoria”, que condenó los cuestionamientos que el
embajador iraní hizo sobre la veracidad del Holocausto. En él agradecés a
quienes acompañaron la iniciativa “demostrando que con libertad de
expresión y en forma pacífica, es posible reivindicar nuestros derechos”.
¿Por qué considerás que es mejor una manifestación pacífica a un escrache?

– Creo que un
escrache iría contra todos nuestros principios y objetivos. Por suerte vivimos
en un país donde podemos expresarnos libremente y, si buscamos transmitir un
mensaje de memoria colectiva, y de compromiso colectivo, debemos hacerlo de la
manera que consideramos correcta y coherente en un país que nos permite hacerlo
así.