Es tu elección, Argentina, tu desafío.

21/Ene/2015

Por Ing. Roberto Cyjon, ex presidente del CCIU (especial para CCIU)

Es tu elección, Argentina, tu desafío.

No sabremos nunca la
verdad específica. La del acontecimiento puntual. Si podremos interpretar la
verdad conceptual. Ésta está marcada por hechos reales. Un primer atentado en
1992 y otro más feroz dos años después. Un país incapaz de resolver ambos
crímenes y actores que los han encarado de formas diferentes.
El fiscal Alberto Nisman
eligió un camino para pasar a la historia. El de Martin Luther King, el de
Rabin y Sadat; el del juez Giovanni Falcone. El de Emile Zola. Todos murieron
por una causa, una causa noble y altruista. Ya sea una vida sin
discriminaciones ni crímenes, o de paz y de justicia. También Abraham Lincoln y
Primo Levi. Ninguno eligió morir. Sus muertes tampoco fueron claras ni siempre
aclaradas. Aunque hayan sido por balas, o por la mano de un hombre
identificado, o por realidades atroces difíciles de encarar, siempre
conllevaron una ideología asesina por detrás.
Un fanatismo desbordado o
un interés mezquino. No solemos recordar a los asesinos, porque poco importan,
solamente sus agigantadas muertes solemnes pasan a la posteridad. Shakespeare
interpretó magistralmente sus tragedias. Ofelia enloqueció de amor y Otelo
sucumbió a la maldad y falsa amistad de Tiago. Argentina, hoy te asemejas a
Lady Macbeth quien alucina viendo sus manos manchadas de sangre. Y no lo puede
evitar pues la culpa la atormenta. Sólo puede dialogar con las brujas y su
caldero putrefacto del cual salen sapos y culebras. Por eso lloro por ti
Argentina, pues has de alucinar con manos ensangrentadas. Una Argentina que no
pudo comprender ni enaltecer a su
Fabaloro, también suicidado quién sabrá por qué. Probablemente no te podría
ayudar ni Sábato ni la sabiduría de Quino. Sólo rogarían parar a tu mundo para
poderse bajar. Argentina, perdiste la enorme oportunidad que Nisman te dio. No
lo pudiste afrontar. No representaba una amenaza; su gol no era uno fraguado
con la mano. Su rol en el cambalache pretendía que no todos los argentinos se
revolcasen en el mismo lodo. No se lo merecen, argentina. Ni tus grandes
hombres ni mujeres, cuanto menos tus niños, se merecen tal mancha, Argentina.
Hoy Virgilio te abandona sola en el purgatorio, argentina.
La atemporalidad de la
impunidad se cobró otra víctima en el atentado a la Amia. Los que te queremos,
Argentina, los que conocimos y valoramos a Nisman, nos reímos con
Fontanarrosa y Les Luthiers, quienes nos
enriquecimos con Borges, Arlt y Cortázar, aspiramos a que tu destino, argentina,
difiera del de Lady Macbeth. El legado de Nisman se mantiene incólume: no se
destruye a la Justicia. Junto a ella, y no sin ella, se construye una sociedad
mejor. Argentina toda, tú te la debes a ti misma.