Entre Vigalondo y Galiano

09/Mar/2011

El Reloj, Miguel Martín

Entre Vigalondo y Galiano

Lunes, 07 de marzo de 2011 El antisemitismo superviviente del siglo XXI, heredero del secular e hijo suyo, está entrando en fase de soberbia y autoafirmación
por Miguel Martín
El antisemitismo superviviente del siglo XXI, heredero del secular e hijo suyo, está entrando en fase de soberbia y autoafirmación, no hay más que acudir a los debates que se están abriendo tras las atrevidas manifestaciones de dos sujetos, arropados en una supuesta autoridad cultural y mediática que busca cuestionar y poner en tela de juicio permanente la legitimidad del Holocausto judío y su primacía como acontecimiento extremo con categoría particular, que en modo alguno anula el resto de los crímenes nazis cometidos contra otros ciudadanos europeos.
Nacho Vigalondo, cineasta diminuto, personaje con muy poco recorrido y necesitado de prestigio personal que por otros caminos no le llega, se ha permitido el lujo de hacer broma sobre el Holocausto diciendo entre otras estupideces: “¡El Holocausto fue un montaje!”. Así mismo, John Galliano, icono de la moda que trabaja para la casa Dior, también se soltó el pelo y aportó su “axioma” personal sobre el tema diciendo en una terraza de bar: “Sucio judío” a los presentes. En ambos casos las circunstancias eran similares y convenientemente vinculadas a los excesos alcohólicos. Desde algunos estamentos se les ha pretendido disculpar exonerándoles esgrimiendo como argumento una mala interpretación de sus palabras, pero resulta curioso observar cómo se suelta la lengua cuando la bebida ocupa el sentido común, casi siempre se termina por insultar y ofender a los judíos, algo recurrente y propio de mentes sectarias y necesitas de insultar y ofender en los términos más fáciles de echar mano. Si Vigalondo hubiese insultado a los nacionalistas vascos o catalanes le habría salido menos gratis, pero él sabe que nunca va a suceder, en su psique está bien instalado y anclado no meterse con los nacionalistas y por mucho que beba, de su boca nunca se caerá ese tipo de ofensas ¿Por qué es así y no de otra manera? Así mismo si Galliano la hubiese emprendido contra los homosexuales, colectivo al que pertenece, tal vez se hubiera encontrado con la horma de su zapato. El terreno donde mejor sobrevive el moderno antisemitismo es precisamente el mismo que permite a sujetos como estos exhibir sus propias miserias, el territorio de la desinhibición, el exceso y el permanente cuestionamiento a que se ve sometido el Holocausto como hecho histórico, algo que molesta y que nadie se atreve a negar de forma rotunda y sin embargo a nadie se le impide hacer chanza, broma o repulsivas manifestaciones sobre el genocidio judío cuando son precedidas de bastantes tragos mal digeridos y peor metabolizados. El terreno que ocupan Vigalondo y Galliano es el mismo que existe dentro de nuestras sociedades y su voz empieza a oírse claro y alto, alguien tiene que abrir el camino, una vez iniciado tras ellos vendrán miles. Solo es necesaria una botella de algo que tenga alcohol, un ambiente propicio y el momento oportuno, el resto viene sin mucho esfuerzo, hace días que está ahí, agazapado, a la espera, dispuesto a dejarse entender y sin reparo ético alguno. Es un territorio pequeño, pero cabe mucho más de lo imaginable, hace años que la mala hierba permanece ahí y nadie ha sabido limpiarlo y desbrozarlo definitivamente, por eso sigue entre nosotros.