Entre boicots y logros

14/Sep/2018

Semanario Hebreo- por Ana Jerozolimski

Entre boicots y logros

Los imaginamos a los enemigos de Israel sentados pensando a ver qué más se
les puede ocurrir. ¿Qué espectáculo podemos boicotear? ¿Qué visita a Israel
podemos arruinar? ¿A quién podemos mandar una senda amenaza, asustar con
nuestras presiones, para que no canten, bailen, actúen o hablen en Israel?
Festejan cuando sus intentos de amedrentar surten efecto. Mienten a menudo
cuando hay artistas que cancelan por una razón ajena a los intentos de boicot,
pero ellos se atribuyen una “victoria”. Celebraron cuando Lana del
Rey anunció que no viene, aunque inventando alguna excusa que nadie creyó sobre
la agenda que se complicó y no le da tiempo para presentarse tanto ante sus
fans israelíes como ante sus fans palestinos, aunque nadie la había invitado
“a Palestina”. Celebraron cuando la selección argentina no llegó a
jugar su partido amistoso en Israel antes del Mundial, aunque luego la
suspensión de la FIFA a Jibril Rajub, Presidente de la Asociación Palestina de
Fútbol, dejó en evidencia el sistema: “por incitar a la violencia y el
odio”. ¿Por qué? Porque había exhortado a quemar camisetas de Messi.
Es indudable. El movimiento BDS que llama desde sus distintas filiales o
“simpatizantes” en el mundo a boicotear todo lo que sea israelí, ha
tenido varios éxitos.Bueno…llamémosles victorias tácticas. ¿Por qué sólo eso?
Porque lograron sí frustrar varios espectáculos en Israel-aunque es larguísima
la lista de artistas que han estado en Israel en los últimos meses y los que
están por llegar- pero no han aportado con ello absolutamente nada a los
palestinos.
¿Por qué?
Porque quienes boicotean a Israel mintiendo sobre su realidad, sobre su
política, sobre la naturaleza del país, no buscan ayudar a los palestinos sino
dañar a Israel. No aportan absolutamente nada a los palestinos. Gastan fortunas
en campañas publicitarias llenas de odio para incomodar, dañar, molestar a
Israel, no para ayudar ni a un refugiado ni a nadie.
Pero sus mentiras no son sólo al acusar a Israel de barbaridades como
“limpieza étnica”. Claro que jamás lograrán explicar, si hay limpieza
étnica, cómo es que cuando se creó Israel había en su territorio unos 150.000
árabes que se convirtieron en ciudadanos del Estado judío y hoy son algo menos
de 1.700.000. Muy poco efectiva esa limpieza étnica ¿No es así?
Pero más allá de ello…sus mentiras no son sólo en los argumentos contra
Israel. Sus mentiras son acerca de sus objetivos, de su nervio motor. Es que
afirman en inglés ante los medios internacionales, que se oponen a la política
del gobierno de Netanyahu. Pero a lo que se oponen es a la existencia misma del
Estado de Israel. Los mapas que cuelgan en sus actos, los slogans que gritan
llenos de odio, son clarísimos, por más que intenten disfrazarlos de palabras
elegantes sobre derechos humanos: “Palestina libre, desde el río hasta el
mar”. Para quien no tiene un mapa a mano, aclaremos: esto se refiere desde
el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Hay un “problema” en el
medio: el Estado soberano de Israel.
Y hay otra razón por la que decimos que su intención no es, nunca, ayudar
a los palestinos. Nunca, absolutamente nunca, dicen nada contra los terroristas
de Hamas que gobiernan a los palestinos desde hace más de 11 años. Nunca
protestan por el hecho que los recursos económicos en manos de Hamas, sean
dedicados absolutamente siempre a su infraestructura armada y no a construir
escuelas y hospitales. Tampoco protestan cuando la Autoridad Palestina corta
suministros a Gaza , corta sueldos y agrava así la crisis económica en la
franja, de modo que allí el ciudadano tiene sólo unas horas de electricidad por
día.
Y por sobre todo esto, que podríamos detallar mucho más, nos preguntamos
cuánto habrían logrado en pro del pueblo palestino si en lugar de dedicarse al
odio y al boicot, hubieran dedicado las energías a estudiar, crear, desarrollar
y producir.
En el tema mismo de los refugiados , de los que tanto se habla ahora por
el conflicto entre la administración Trump y la agencia de la ONU para los
refugiados palestinos-UNRWA- es indescriptible la cantidad de recursos
malgastados indebidamente. Lo bueno, lo lógico, lo humanamente deseable, habría
sido que todo el presupuesto recibido, se hubiese dedicado a asentar y
garantizar nueva vida a los aproximadamente 700.000 árabes residentes en la
Palestina del mandato británico, que se convirtieron en refugiados cuando cinco
ejércitos árabes atacaron el 15 de mayo de 1948 al entonces naciente Estado de
Israel al que trataron infructuosamente de destruir. Es que más allá del
análisis de por qué surgió el problema de los refugiados y las culpas de los
líderes árabes al respecto, a nivel personal, cada uno era una tragedia, cada
uno sufrió su pesar personal al perder su casa .¿Cómo se explica que la
UNRWA-la única agencia de la ONU creada para ocuparse de un problema separado
de refugiados en lugar de que el caso de los árabes de Palestina sea atendido como
todo el resto por ACNUR- no haya logrado ayudar a esos 700.000 refugiados? En
lugar de ayudarlos, los convirtió en 5 millones.
Es que se apostó a usarlos como un arma bélica contra Israel, para
perpetuar el conflicto en lugar de resolverlo. También en eso se pensó en cómo
molestar y dañar a Israel, no en cómo ayudar a los palestinos.
Eso, mientras aproximadamente 800.000 judíos de países árabes que tuvieron
que dejar sus hogares en las tierras en las que habían nacido, fueron recibidos
por Israel, un país que lidiaba en aquellos años con numerosas carencias. Todos
fueron convertidos en ciudadanos. Ni uno se mantuvo en condición de refugiado.
¿Por qué?
Porque se apostaba por la vida, por la dignidad, por el desarrollo del
pueblo en su tierra ancestral.
Y todos estos años, mientras el mundo árabe se dedicó a boicotear y en los
últimos años son los así llamados “amigos de la causa palestina” los
que lo hacen con especial fervor, Israel no se detuvo. Siguió avanzando,
desarrollándose, se convirtió en una potencia no sólo militar sino también
científica y tecnológica. Mientras sus enemigos lo acusan de los peores
crímenes del mundo y jamás aportan ni a los propios palestinos ni a la
comunidad internacional en nada positivo, Israel sigue prestando asistencia a
países en desarrollo, ayudando en agricultura y numerosas áreas más, a quien
necesita y acepta su ayuda.
Lo peor es pensar cuánto se han perdido los propios árabes , cuánto mejor
estarían si entendieran lo beneficioso que resultaría cooperar con Israel por
el bien de Oriente Medio todo.
Al haber comenzado días atrás el año nuevo judío, deseamos al pueblo judío
que sepa seguir apostando por la vida y por el desarrollo, por su propio bien y
el del mundo todo. Y a los vecinos del Estado judío, deseamos que cambien de
actitud. Realmente saldrían ganando.