El voto uruguayo y la condena de Naciones Unidas a Israel: Una cuestión de identidad nacional

16/Abr/2021

Correo de los Viernes- por Dr. Jonás Bergstein

Correo de los Viernes- por Dr. Jonás Bergstein

Cuando el 1° de marzo del año pasado una nueva Administración tomó funciones, hubo quienes -como quien esto escribe- creímos que ese hito habría de presagiar el advenimiento de un nuevo tiempo en lo que refiere a las votaciones de Uruguay en Naciones Unidas… A estar a las votaciones que a uno le constan, esa expectativa no ha dejado de ser eso, una aspiración.

Esa esperanza obedecía a dos razones fundamentales: el retorno de los partidos fundacionales al comando de las relaciones exteriores (y con ellos, la vuelta a la tradición que esos partidos encarnan); y la singular -e indubitable- identificación con el judaísmo de parte de quien hoy ocupa nuestra primera magistratura.

A estar a las votaciones que a uno le constan, esa expectativa no ha dejado de ser eso, una aspiración.

Algunas semanas atrás, nuestro país volvió a sumar su voto al bloque anti-israelí -en la ocasión promovido por la OLP y Venezuela (pavada de yunta)- que desde hace décadas marca la tónica de las votaciones en Naciones Unidas. En el marco del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Uruguay sumó su voto en favor de un pronunciamiento del organismo sobre “la situación de los derechos humanos en el territorio de la Palestina ocupada, incluyendo el este de Jerusalén (…)”. El título no es más que un largo eufemismo para disfrazar lo que todos ya sabemos: para decirlo en blanco sobre negro, una nueva condena contra Israel (todo el resto es mera ornamentación).

Nuestra diplomacia bien podía haberse abstenido, tal como otros países lo hicieron. Lo cierto es que no lo hizo.

El lector desprevenido bien pudiera creer que ésta es una cuestión que sólo debiera interesar a la comunidad judía del Uruguay, o a lo sumo a la comunidad uruguaya en Israel (¿Alguien alguna vez se detuvo a pensar cómo se sentiría uno aquí en nuestra bendita Montevideo -y cómo uno reaccionaría- si acaso Israel profiriera un voto contrario a Uruguay en algún foro internacional?).

Esa visión se nos hace un tanto estrecha: no logra captar el tema en su justa dimensión. Tal como lo hemos escuchado una y otra vez en los últimos tiempos -pandemia mediante-, aquí estamos todos en el mismo barco, Uruguay, uruguayos judíos, uruguayos no judíos, y uruguayos en Israel. Porque a juicio de quien esto escribe, en estas cuestiones se juega algo más que un voto en un organismo internacional: ellas hacen a nuestra identidad nacional, qué tipo de nación queremos ser, qué clase de República aspiramos a construir, y qué tipo de ideales anhelamos que nos distingan. Nada más ni nada menos.