El presidente israelí Simón Peres fue reconocido por la comunidad beduina

28/Jun/2011

CCIU, Martín Kalenberg

El presidente israelí Simón Peres fue reconocido por la comunidad beduina

“Un beduino, un amigo”, se podría decir parafraseando a la popular publicidad del Ministerio de Turismo de Uruguay. La comunidad beduina de Hura, en el desierto del Neguev (sur de Israel), le otorgó el título de “jeque” (“sheij” en árabe) a Simón Peres, actual presidente y ex primer ministro (el único en la historia israelí que ocupó ambos cargos de gobierno), de 87 años de edad, quien además obtuvo el premio Nóbel de la Paz en 1994.

En la ceremonia, que tuvo lugar el martes 14 de junio, los jeques de la villa de Hura le agradecieron por su compromiso por la paz y lo coronaron como jeque cuando le colocaron la “abaya” (túnica) beduina y lo llamaron “sheij”, informó la periodista Tami Maor del sitio web israelí local.co.il

“Esta visita ha sido un placer. Estoy muy impactado por (lo que es) Hura. Ustedes hacen por vosotros mismos lo que nadie hubiera hecho”, dijo el presidente en la ceremonia. Peres añadió que los beduinos son parte del Neguev, el cual no puede ser desarrollado sin un avance (paralelo) de la comunidad beduina, la que —asimismo— debe mantener su tradición”.

La visita del presidente se condice con el rol asignado a los presidentes del Estado de Israel que consiste en unificar a la sociedad, opinó el diario digital israelnationalnews.com. Asimismo, la publicación digital reconoció que, en ese sentido, Peres ha tenido gestos —disímiles al gobierno— como reunirse con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, o con el presidente estadounidense Barack Obama.

El presidente del Consejo de Hura señaló: “le damos mucha importancia a su visita. Estamos en el Neguev, la periferia del país, y estamos en un proceso de cambio desde nuestra simple vida a un modo de vida más moderno”.

La Real Academia Española tiene dos definiciones para el término beduino: “Se dice de los árabes nómadas que habitan su país originario o viven esparcidos por Siria y el África septentrional”, es la primera. La segunda, remite a la discriminación que aún sobrevive en el idioma español: “Hombre bárbaro y desaforado”.

(En base a información de ynetnews.com)