Por: Francisco VillalobosLa Segunda Guerra Mundial entraba ya en su quinto y último año y la Alemania nazi de Adolfo Hitler, estaba en plena carrera contra el tiempo para implementar lo que catalogaron como la “Endgultige Losung”: La sistemática, burocrática, exterminación, persecución, asesinato e incineración de los más de 9 millones de judíos que radicaban dentro de la Alemania nazi y sus territorios ocupados.
“En 1944, los alemanes esperaban un proyecto masivo de exterminación. El cual era la exterminación de los judíos de Hungría. Ellos esperaban más de un millón de personas fueran deportadas aquí”, explica Pavel Sawicki, director del Museo del Holocausto Auschwitz, en Polonia.
Uno de este millón de húngaros judíos fue Albert, quien, aquella fría noche de hace 7 décadas tenía tan sólo 13 años de edad y lo recuerda todo como si fuera ayer:
“Era hijo único. Tomaron a mis padres. Iba con ellos en el tren, hasta que llegamos a Auschwitz/Birkenau y fue ahí cuando el doctor Mengele, el famoso Mengele, nos separó. Él decidió quién iba a la derecha y quien a la izquierda”, recuerda Albert Markovits, sobreviviente del Holocausto.
Ni Albert ni sus padres tenían la más remota idea de los planes de sus captores.
“No tenías idea. Nadie en una mente razonable podía imaginarse que en pleno siglo XX, gente civilizada pudiera hacer lo que ellos nos hicieron”, añade Albert Markovits.
En cuatro años y medio de existencia de Auschwitz, un millón, cien mil hombres mujeres y niños perdieron sus vidas. Un millón de ellos fueron judíos.
Hoy, este centro de concentración es un museo dedicado a la memoria de los millones que murieron aquí. En conmemoración a los 70 años del peor genocidio en la historia de la humanidad, durante todo el 2014 se harán diversos eventos aquí en Auschwitz, y en alrededor de los más de 500 museos y centros comunitarios dedicados a la memoria del Holocausto.
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