Ynet- traducido por UnidosxIsrael
A pesar de la turbulenta y, a menudo, violenta realidad fuera de sus muros, en las instalaciones del hospital de Ramat Gan, tanto los trabajadores como los pacientes miran más allá de las diferencias religiosas y políticas, centrándose únicamente en brindar soluciones a los enfermos. Crédito foto: Eli Mandelbaum.
En medio del telón de fondo de las recientes tensiones entre judíos y árabes en Israel, el Centro Médico Sheba de Ramat Gan, justo al este de Tel Aviv, parece ser un oasis absoluto de coexistencia.
«Creo que en el momento en que las personas ingresan a los límites del hospital, todos estos límites desaparecen», dice Lua Kormata, médica residente en el departamento de emergencias del hospital.
Según Kormata, en el trabajo, tanto los trabajadores médicos como los pacientes miran más allá de las diferencias religiosas y políticas con un enfoque puramente en la industria, en el tratamiento, en los pacientes, en las soluciones.
“Cuando un médico árabe, un médico musulmán entra para revisar al paciente, el límite que tienen está fuera del hospital. Te ven solo como médico, como el cuidador principal”, dice Kormata.
Con la situación política de Israel, a menudo hay una falta de conciencia sobre la posibilidad de cooperación y el éxito que puede derivarse de esa asociación.
El personal de Sheba reconoce que la convivencia se trata de compromisos individuales y amistades.
«Siempre tratamos de decir que está bien. Está bien ser diferente. Está bien estar juntos. Algo que, desde mi punto de vista, debería ser obvio, pero lamentablemente no lo es», dice Lena Ahmad, enfermera de medicina interna. en Saba.
Amiga de Lena y colega ultraortodoxa, Noa Pakter es la jefa de relaciones comunitarias y experiencia del paciente en Sheba, y a menudo organiza talleres sobre convivencia y conciencia de otras culturas.
«Doy conferencias sobre la cultura ultraortodoxa, la comunidad de la que vengo. Soy una mujer ultraortodoxa y doy conferencias sobre las sensibilidades de la comunidad y los conflictos que tienen aquí en el hospital», dice Pakter.
Sheba ofrece un ejemplo del impacto positivo multifacético que puede surgir del poder de trabajar juntos.
«Creo que el campo de la medicina en Israel y en todo el mundo puede servir como un gran ejemplo de paz», dice el Dr. Scott Ehrenberg, médico residente de Sheba.
